Esta es la historia de Park Jimin, un "estudiante modelo" de ultimo año que está aburrido de su vida, pero que en cuanto conoce a la extraña estudiante de intercambio, la cual ama las armas y oculta un oscuro pasado, descubre los peligros de las cal...
Un nuevo día en su aburrida escuela, hace apenas un día había conocido a la nueva estudiante y su vida ya había cambiado por completo, incluso su apariencia, aunque gracias a la ducha que se dio en casa de Yoongi sacó todo el tinte de cabello.
Volvió a ser el chico rubio con sonrisa de ángel, y cuando entró al salón nadie se molestó en mirarlo, estuvo a punto de sentarse en el asiento de más adelante, pero luego recordó que le habían asignado sentarse con Yoon Ji al final y maldijo por lo bajo mientras se dirigía a aquel sitio.
No pasaron ni tres minutos y la chica apareció por la puerta, los saludos hacia ella no tardaron en taladrarle la cabeza, idiotas calentones, pensó. Y cuando levantó la cabeza para saludar a Yoon Ji esta tiró la mochila a su asiento, pero tuvo un leve error de cálculo y golpeó la cabeza de Jimin.
— ¡Hija de...!
— Ups... lo siento.
— ¿Eres idiota?
— Te lo puedo compensar Jimin — Apretó el miembro de Jimin por sobre la tela — Y si, esta es mi forma de decir buenos días.
El menor la miró con cara de pocos amigos y la clase avanzó sin complicaciones, al contrario de lo que pensó Jimin, Yoon Ji se comportó de forma normal, si es que "Yoon Ji" y "normal" pueden ir en una oración.
— Necesito que me ayudes con algo— dijo el rubio.
— No tengo dinero.
— Idiota, no es eso, necesito que nos tomemos una fotografía.
— ¿Y para qué?
— Mi madre cree que tengo novia, y prefiero que siga pensando eso para que no me hinche las bolas, está feliz de que su hijo deje de ser virgen — Rodó los ojos.
— Bien, pero solo esta vez — Rió ante la estúpida situación.
Tomaron la fotografía y Jimin se la mandó a su madre, la cual parecía verdaderamente feliz de que su hijo no fuese homosexual como había sospechado, si supiera.
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Eran las seis de la tarde y la chica lo tomó de la muñeca para llevarlo nuevamente hasta su casa, volvieron a hacer el ritual de cambiar sus ropas y Jimin su cabello.
No lo reconocería jamás, pero al menor le encantaba el hecho de cambiar su apariencia para cometer delitos, se sentía como el protagonista de alguna película de acción o de esos fanfic que Namjoon lee, aunque esa idea lo perturbó un poco, ya que la mayoría de Fanfics de Namjoon contienen sexo, ¿qué ironía no?
— Hoy vas a conocer a un viejo amigo.
— ¿Lo dices en serio o con "amigo" te refieres a "enemigo"? — Yoon Ji rodó los ojos.
— De verdad, como dije, ves demasiadas películas niño.
— Ok, ¿y qué haremos entonces?
— Por hoy divertirnos, y si les caes bien, posiblemente hagamos alguna colaboración, de esas que dejan muchísimo dinero.
