—Ya veo... pero aceptaste un compromiso — dijo en tono molesto.

—Sí, soy consciente que yo misma me metí en esto, pero seamos sinceros ni tú sientes algo por mí ni yo por ti, sería injusto para los dos formar un lazo a fuerzas, sé que no estoy en condiciones de cancelar el compromiso, he leído las consecuencias de ello... — dijo moviendo sus labios nerviosa.

—Aun así, estás dispuesta a terminar el compromiso — dijo e él sonriendo de lado.

—Sí, aun así, estoy dispuesta a enfrentar las consecuencias — sonríe amargamente mirando sus manos

—Realmente debes amarlo — suelta Maximiliano haciéndola alzar su mirada a él.

— ¿Cómo? — no puede terminar la pregunta.

—No soy un hombre ciego, me doy cuenta... pero al principio pensé que él no te correspondía y me sentía con ánimos de continuar y alejarte de todo eso, escuche a mi madre, escuche lo que le decía a mi hermana sobre ti y sobre Alexter, ¿ha aceptado sus sentimientos? — pregunto por último.

—Yo no he querido faltar a nuestro compromiso — se limpió una lágrima que corrió por su mejilla, pensó en lo que su madre pudo haber dicho y el estómago se le revolvió Max la miro esperando una respuesta «Si, me corresponde, él siente lo mismo que yo» dijo casi como un susurro.

—Debo admitir que no me gusta para nada, pero mi padre siempre me dijo que buscara mi felicidad... no lo odie por buscar la suya al final lo entendí... así como te entiendo a ti — coloca una de sus manos sobre la de Madeleine «Entonces no tienes nada que hacer en mis tierras regresemos» dijo por último poniendo en marcha el automóvil dando vuelta por el camino donde venían.

—Gracias...— dijo Madeleine ganándose la mirada de Max... giro su vista a enfrente en una fracción de segundos todo se perdió «¡CUIDADO!» un lobo en medio del camino apareció de repente, Maximiliano tuvo que maniobrar de prisa y perdió el control de carro golpeándose contra una roca y un árbol unos cuentos metros del camino, Madeleine quedo aturdida por el latigueo del cinturón de seguridad, Maximiliano por su parte cayo inconsciente por el golpe de frente al volante. Empezó a observar unas siluetas que se acercaban. Su puerta fue abierta bruscamente.

—Bien señorita daremos un paseo — escucho una voz varonil después de eso solo fue tomada de ahí, cayo inconsciente en unos cuantos pasos más. «Ok oculten todo no quiero ningún rastro de este entendido...» grito a sus hombres

— ¿Qué haremos con Max? Renato — gruñe el lobo pelirrojo.

—Bueno a él tenemos que entregarlo unos kilómetros adelante hazte cargo — dijo llevándose a Madeleine consigo.

El lobo obedeció llevándose a Max a rastras como dijo un automóvil apareció.

— Como te atreves a tratar así a mi hijo — dice disgustada bajándose del automóvil.

—Es un hombre lobo Minerva, deja de tratarlo como un niño además que sea hijo de él no lo hace tan especial — lo coloco en la parte atrás.

—Se llevaron a esa mujer, no entiendo que ganas del lobo gris de ver a esa humana — gruño

—Deja de ponerte celosa, no ganas nada el señor no te mira — dijo con sarcasmo.

—Él debe de hacerlo él debe de verme a mí no a esa estúpida yo le he dado tanto yo le di un hijo y soporte casarme con ese imbécil solo para quedarnos con sus tierras traje al mundo dos hijos de él; era un asco acostarme con él, soporté años— volvió a reclamar la mujer.

— Me viste cara de psicólogo, no me interesa tu interior roto y dolido, solo te traje a Max, quien diría que él salió más a su no padre... es bueno y leal algo que tú no conoces, No me imagino su rostro cuando por puro capricho se entere de que tú mandaste matar a su no padre y además planeaste su ataque solo para hacer creíble la unión entre manadas contra el lobo gris pero tú solo quieres poder — ganando la mirada dura de la mujer.

El alfa enamorado ✔🐺🌌Where stories live. Discover now