Capítulo 8

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No quiero lastimarte...


El día tan esperado por todos esa semana llegó, todos han estado perdidos en los últimos detalles, Madeleine ha estado al pendiente, noto que una de las casas cercanas está preparada para recibir a la familia del novio, ella desconoce quien sea el novio, pero Sofía le ha platicado que también es una familia de hombres lobos y que su matrimonio es una alianza entre manadas, los Montenegro es una raza mexicana arraigada en la Europa antigua que se ha mantenido firme ante sus creencias y encontró en los Itreque un buen clan, desde pequeños pactaron que su hijo Arturo sería el esposo de Sofía, ella le comentó que desde que se conocieron hubo mucha química y que ella consideraba que había encontrado a su «pareja destinada», Madeleine no entiende mucho lo que le dijo al final sobre las parejas destinadas, pero no pregunto sobre el tema, hoy es el compromiso pero la alegría con la que Madeleine lo esperaba ya no está, no se siente nada bien, no ha sabido nada de Alexter el ático ha permanecido en silencio, pero aun así bajara con su mejor cara preparara todo porque el protocolo iniciara a las siete de la tarde.

Las horas pasaban y don Guillermo intentaba tener una conversación en santa paz con su hijo menor.

— Traerás a alguien hoy Sebastián — don Guillermo no preguntaba, él era firme aun en su convicción.

— Tal vez o tal vez no, no sigas con esa idea de que necesito tener una pareja para ser el alfa que la manada necesita, para ser fuerte o quieres que te recuerde a tu hijo el salvaje — dijo cruzándose de brazos imponiéndose ante su padre.

— Te recuerdo que tu hermano la perdió de una manera trágica, que lobo podría no perderse en el dolor — hablo molesto golpeando ligeramente el escritorio con una de sus manos, Sebastián podía llegar a fastidiarlo muy rápido.

— ¿Tú? — contesto, logrando que el ex alfa se enfureciera.

— Tú madre murió de una enfermedad, yo tuve la dicha de formar una familia, cumplir muchas metas junto a ella, además que ella me dejo tres motivos para salir adelante y no podía defraudarla, crees que no espero el día que me recoja en sueños y me lleve a su lado, todas las lunas llenas lo he esperado... pero aún sigo aquí, cumpliendo mi promesa de amor y aguantando tus groserías — golpea el escritorio con las dos manos poniéndose de pie mirando a su retador hijo a los ojos.

— Promesa de amor... para ti y para Alexter está bien, para mi son simplemente cuentos — salió inmediatamente del estudio.

Don Guillermo quedo molesto y harto de la actitud de su hijo, aún pensaba en como sus dos hijos son tan diferentes.

Madeleine esperaba en su habitación faltaba una hora para que diera inicio todo, sentada en la cama frente al espejo se miraba en el vestido que le habían prestado y no se reconoce, el vestido le quedaba como mandado hacer para ella, dejo su cabello suelto y este lo acomodo en unas ondas que se formaron muy naturales, se sentía bonita y eso lo siente raro, mira al cielo y recuerda lo que María dijo en la cocina «Hoy la luna estará hermosa, la luna llena adornara el cielo con alegría» tiene un presentimiento en su pecho pero no quiere darle importancia decide bajar y ser parte de la reunión, al salir ve el bosque como el escenario perfecto para una fiesta, las luces, la decoración y la gente hablando con alegría.

Las mesas están perfectamente decoradas, las guirnaldas quedaron exactamente como Sofía quería, Madeleine se acerca sin perder detalle sonriendo a algunas personas que la saludan con cortesía, mira el pastel junto a unas flores y otros postres sin duda está satisfecha por lo que hizo.

Aunque ahora no puede imaginarse una boda después de esto, pero sin duda será aún mejor que este día.

— Madeleine, te ves hermosa — don Guillermo la saluda con suma alegría.

El alfa enamorado ✔🐺🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora