Observó además, como el buzón de la casa de Belle estaba en la acera y la reja que cubría su jardín estaba tenía un agujero enorme.

–Se veía muy alterado, el muy estúpido chocó el auto con mis cosas.

Belle observó el perfil de Will, el chico parecía una pequeña bola de nervios, desde que había llegado era el único sentimiento que había observado en él, no era como el Will que conoció.

–¿Quieres que te lleve?–preguntó ella, dejando de lado un destornillador que seguro llevó para torturar a Thomas por su innecesario destrozo de su propiedad, lo mismo que había escondido tras ella. Belle supuso que el retraso era la razón de su falta de atención y su mirada perdida, pero ella no sabía nada–ya no tengo mi licencia pero te apuesto a que no me detendrán de camino allá, la venganza contra el idiota de Thomas la puedo dejar para más tarde.

El asintió sin mirarla, minutos más tardes ambos se encontraban dentro del auto de la chica mayor.

–¿Por qué te la quitaron?–preguntó al entrar, el asiento de copiloto tenia hoyos por todas partes y el clima junto a la radio estaban casi destruidos, también, al entrar había oído el sonido de varias envolturas vacías por donde sus pies pisaban, por fuera podría parecer un auto normal, pero por dentro era un completo desastre.

Casi como su dueña.

–Cosas tontas, nada de lo que debas preocuparte–admitió ella, sujetándose el cabello oscuro en una coleta alta y bajando su blusa ya que mostraba más de lo que pretendía mostrar (Will no sabía cuándo se le había subido).

Ese día Belle llevaba una blusa morada sin mangas, con un estampado de unicornio, unos shorts blancos y sandalias del mismo color, llevaba unas perlas adornando sus orejas, su forma de vestir no iba nada acorde a su personalidad y su pasión por las cosas raras.

La chica encendió el motor, que hizo unos sonidos extraños antes de parecer presentable. Will tuvo que sujetarse de los costados de su asiento para no verse afectado por la velocidad, no supo como un auto así podía ir tan rápido, cuando vio la sonrisa siniestra en el rostro de Belle supo que lo mejor que podía hacer era ponerse el cinturón y rezar por su vida.

Para cuando llego al colegio su cabello estaba todo menos ordenado y Belle seguía riendo a su lado.

–¿Estás bien dulzura?–preguntó ella con voz melosa, llevándose un mechón oscuro tras la oreja.

Él la miró como si estuviera de broma, no dijo nada y se giró hacia la puerta para bajar, ella lo tomó del brazo.

–Will ¿En serio estas bien?– esta vez fue más seria, su rostro viéndose de pronto preocupado, el asintió sin ganas y aunque ella no parecía creerle en lo absoluto asintió también y lo dejo ir.

–No te deprimas por un corazón roto–la escucho decir–El mundo ha pasado por millones y sigue funcionando de maravilla–él asintió, de nuevo–oh, y recuérdale a Tom que voy a patear sus pequeñas bolas en cuanto lo vea–y con esto, Will vio al auto alejarse con la misma velocidad con la que llegó.

Había perdido la primera clase, y de no ser por Belle y su inadecuada forma de manejar habría perdido la siguiente también, así que se lo agradecía, de alguna forma.

Belle no fue la única que notó su poco entusiasmo ese día, Will se había visto ahogándose en preguntas de lo mismo, cada una proveniente de una chica diferente, algunas que ni siquiera conocía mas sin embargo ellas si lo conocían a él, ¿Cómo no conocer a la mascota femenina del colegio?

A la hora del almuerzo, cuando por fin pudo tener algo de paz, se sentó con Alex y Demian. El segundo sin levantar la vista del celular más que para saludarle, se sentía más agotado de lo que se sintió al llegar.

Rainbow guy Where stories live. Discover now