Capítulo 2

9.4K 316 39
                                    

Y aquí estoy yo, viviendo la mejor fiesta de cumpleaños que alguna vez hubiera soñado, mi cuerpo se mueve al ritmo de la música y el chico más apuesto del curso me sostiene fuerte de la cintura mientras cada vez acerca su rostro más a mi y sus tibios labios

No. Ojalá.

La situación actual es que estoy recostada en la cama de la habitación del hotel después de una merecida ducha, después de horas de viaje, mientras no puedo evitar pensar en que todos mis invitados ya habrán llegado a casa y visto que la fiesta fue un fiasco, ya que no pude avisarle casi a nadie. Solo espero que al final de las vacaciones y de vuelta a clases nadie lo recuerde ni me reprochen nada.

Escucho dos toques en la puerta y de seguro es mi padre. No tengo ganas de ponerme en pie así que exclamo que entre levantando la voz y así lo hace. Dirijo mi vista hacia él y noto que va vestido de traje y corbata.

—¿Cómo estás? —Me pregunta con una sonrisa que más bien parece una mueca.

—¿Acaso te importa? —Respondo tajante.

—No me hables de esa forma, prometo recompensártelo luego. —Dice arrodillándose en la alfombra hasta quedar a mi altura ya que sigo sentada en el borde de la cama.

—¿Luego? ¿Cuándo es luego? Mi cumpleaños es hoy, papá. Se supone que tendría que estar pasando un día divertido como una chica normal cumpliendo 17 años. Pero no es así. Es únicamente tu culpa. Si mamá estuviera aquí esto no pasaría.

Él se pone en pie y se sienta en un pequeño sofá sin responderme más nada. Tal vez porque ya no quiere discutir más, o quizá porque sabe que tengo razón. O ambas cosas. Lo observo en silencio y noto su mirada preocupada y su pierna se mueve nerviosamente. Quisiera preguntarle que le pasa pero durante los últimos años el orgullo ha construido un gélido muro entre nosotros difícil de traspasar. Luego de unos largos minutos oigo su voz nuevamente.

—Enciende la televisión por favor Beryl, quiero saber qué hora es aquí.

Hago lo que me pide y veo que aquí son las 8:32 pm, aunque esta tan oscuro afuera que parece más tarde. Mi padre ajusta su reloj de muñeca y luego hecha la cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Luego lo escucho bufar.

—¿Viniste para quejarte? —Pregunto en voz baja pero aún así me ha escuchado.

Me mira de reojo en silencio por unos cuantos minutos, como si no supiera que decir. Hasta que rompe el silencio.

—¿Sabes? No pensaba salir esta noche. Realmente quería dormir temprano. Pero en realidad no lo sé. Antes de viajar había quedado con un socio en que él se hospedaría en el hotel y así encontrarnos ya que no conozco muy bien esta ciudad ni tampoco tengo como movilizarme excepto que rente un auto o viaje en taxi, claro. Pero no lo he visto en todo el día ni tampoco responde mis llamadas. Así que iré a la empresa ahora, no puedo esperar hasta mañana. De todos modos no queda muy lejos de aquí. —Explica poniéndose en pie nuevamente.

Y la verdad es que al escuchar todo eso no pude evitar sentirme estúpida por haber pensado que él se había vestido así para... No sé. Invitarme a cenar fuera. Pero ahora ya sabía la razón.

—Bien. —Digo poniéndome en pie y acompañándolo a la puerta— Entonces, nos vemos mañana...

DeliciousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora