Capitulo 7

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Todas las hojas de los árboles están cayendo en el césped. Los ciruelos en cambio dejan ir sus pétalos rosas dejando ver un espectáculo mucho mejor. El cielo esta despejado y el sol alumbra.

   Me gusta estar sola en los pasillos porque así puedo pensar en mí misma y todas mis acciones. Aunque me hubiera ido también a biblioteca. La mayoría estaría en su última clase, pero tenía que esperar a Fernanda y Michel, ya que no las veo mucho.

   Han pasado varias semanas desde aquel terrible accidente que tuve con mi profesor. En clases me ignora y hace como si nada hubiera ocurrido. Eso me preocupa, ya que nos llevábamos muy bien.

   Hablando de él... Lo vi caminando por el pasillo en mi dirección, en cuanto lo vi, baje de repente la mirada.

—¿Mariam? —Ahian caminaba hacía mí, algo sorprendido al verme — ¿Qué haces aquí?

Me quede helada por un segundo y volteé hacia él que me miraba fijamente. Supongo que estaba por marcharse.

—Es que, espero a unas amigas...y decidí esperarme aquí— baje la vista nerviosa. Intenté cerrar el cuaderno de dibujo que tenía en la mano, pero él se percató de lo que estaba por hacer.

   Lo tomó antes de que pudiera esconderlo, ahora mismo me moría de la vergüenza, nunca le he mostrado a alguien mis dibujos.

—Son terribles. ¿No es verdad?— no quería saber su respuesta.

   Me miró sonriendo por mi respuesta, ya llevaba mucho tiempo que no se portaba así conmigo, siempre soy la que tensa las cosas que ya no se que decir cuando estoy con él.

—¿Por qué dices eso?¿Quién te dijo esa mentira? Son fabulosos.

   Deprimí una sonrisa y me levante poco a poco del lugar donde me encontraba sentada.

—Nunca se los había mostrado a alguien.

   Me atreví a observarlo mientras analizaba lo que me iba a decir. Vi en su rostro asombro, y sus ojos grises le brillaban. Estaba fascinado con mis dibujos.

—Tienes mucho talento. No te lo deberías guardar solo para ti — notó que lo observaba, pero no hizo por quitar su vista de mí.

   Me empecé a sentir muy nerviosa que sentía que todo me daba vueltas. Mis mejillas me ardían de los nervios, espero que no lo noté.

—Gracias — fue todo lo que pude decir, pero quería decirle más y no quedarme callada, no quería que las cosas me volvieran a salir mal—. La verdad soy una persona muy penosa. Lo siento si soy muy cortante a veces, pero no sé qué decir.

   La última vez que hable con él lo empeore todo. Se empezó a reír de repente y me observó con tranquilidad.

—No te preocupes — sonó la campana que anunciaba el final de las clases del día de hoy, los alumnos ya comenzaban a pasar por los pasillos, así que me levanté y empecé a recoger todas mis cosas —. Bueno es mejor que me marche. Nos vemos Mariam.

   Mi mente se relajó después de varias semanas, donde pensaba que él estaba enojado conmigo. Pero no quería que se marchará, quería estar más tiempo con él.

   Quería gritarle que no se fuera, pero fue imposible, la multitud de alumnos ya salía por los pasillos. Mis amigas, minutos después aparecieron:

—Estais enamorada — me dijo con tranquilidad Fer, pero yo estaba más confundida que nunca.

—No...no lo creo, nadie me gusta realmente — dije suspirando.

—Te hemos pillado con un chico muy guapo — Michel me hizo una sonrisa picara.

   Me pare de golpe, obvio que si ellas me vieron, también mis demás conocidos.

—¿Cuándo fue eso? — les pregunté.

—Hace unos días, iba tu amiga Lena, pero los dejó solos — ferchis y Michel ya ubicaban a Lena.

   Yo pensaba que hablaban de mi profesor, pero es obvio que no. Me vieron con Cedrik, aquel día que me lastime la rodilla.

—Es un chico que se sienta conmigo en clase de computo. La verdad, no sabía su nombre hasta ese día.

   Les fui platicando todo el camino sobre Cedrik. Quería contarles también sobre mi profesor, las extrañas sensaciones que tengo cuando lo veo. Pero me dirían que estoy loca.

   Llegamos a la casa de Michel donde estuvimos toda la tarde, para mi suerte, no tenia mucha tarea.

Michel y Fer prendieron la Laptop, dónde estaban creando una red social para mí. Yo no tenia una, porque no tenia celular y no tenia el permiso de mis padres. No suelo agarrar el celular, ya que mis padres me lo prohibieron hasta tener los 16 años, también la tableta y la computadora. Si quería hacer tarea, les pedía prestada la computadora y me supervisaban en la sala.

—Ya esta listo tu perfil — dijo emocionada Fer —. Con esto podrás mandarle mensajes a Cedrik. A que buscarlo de inmediato.

—No, no, él tiene que ser, quien le envíe la solicitud a Mariam — la detuvo Michel —. Se tiene que ver el interés de él.

—Bueno, con esta foto de perfil, te va a mandar solicitud de inmediato.

   Solo esperaba que esta cosa no fuera a causar adicción en mí. Ellas piensan que realmente me gusta Cedrik. Es tan lindo conmigo, toda esta semana hemos estado juntos, y siento algo por él, pero no es lo mismo que siento por Ahian.

...

Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora