Capítulo 53| La cápsula del tiempo

Începe de la început
                                    

Sonrío para mis adentros, soy un par de centímetros más alta que ellos.

—No fue mi culpa, fue culpa del hobbit aquí presente. —me señala Tyler, ganándose una mirada cargada de indignación de mi parte.

Los niños descruzan sus brazos comenzando a reír. Ni que ellos fueran tan altos.

—Deben reconstruir nuestro castillo. —señala la niña hacia la pila de arena.

Elevo una de mis cejas de forma retadora, a mí nadie me dice qué hacer, excepto mi madre cuando está furiosa.

— ¿A eso llamas castillo? He visto colonias de hormigas mejores que eso. —alzo un hombro sin dale importancia.

El rubio ríe estando de acuerdo conmigo antes de acercarse a mi lado, mientras que la niña solo abre la boca indignada. Tyler frunce el entrecejo antes de posicionarse junto a la pequeña niña, frente a mí.

—Claro que no —la defiende, achino los ojos al igual que él.

Comenzamos una especie de guerra de miradas, en la que él me observa desde arriba, sus ojos avellana chispean con diversión. En serio, debo practicar baloncesto para estirarme un par de centímetros, ¡los niños de diez años casi tienen mi estatura!

—Es la guerra, el chico hace equipo con Melanie y yo hago equipo con el hobbit —afirma el rubio a mi lado de manera firme.

No dudo en propinarle un zape por haberme llamado de esa forma.

—Hecho, quien haga el mejor castillo gana, los jueces serán los que estén en la playa —Tyler extiende su mano para cerrar el trato, no dudo en aceptarla.

—Los haremos papilla —aseguro, tomando al rubio de la muñeca para alejarnos un metro del lugar donde están nuestros contrincantes.

Tomo un par de palas de la arena, dispuesta a construir el mejor castillo de la historia.

Díganme infantil, pero no puedo resistirme a una apuesta. El niño rubio resulta que se llama Alex, y la rubia es su «enemiga». Es algo extraño debido a que estaban construyendo un castillo juntos, pero sus padres son amigos y vinieron todos juntos a la playa. No sé por qué esa historia se me hace demasiado familiar. En fin, nuestros castillos están casi terminados, en realidad no quedaron nada mal.

—Pásame la pala —le pido al niño mientras trato de cavar un agujero con mis manos.

Doy una pequeña mirada a mi lado, donde Tyler le cuenta algo que no logro percibir a Melanie, antes de darme una pequeña mirada. Frunzo el ceño, concentrándome en terminar mi castillo.

— ¿Por qué se llevan tan mal? —escucho la pregunta de Alex.

Una de mis cejas se arque ante su cuestionamiento, pero continúo agregando un poco de arena a una de las «torres». Sé que se refiere a Tyler, pero nosotros no nos llevamos mal, solo que estamos a acostumbrados a tratarnos de esa manera.

—No nos llevamos mal —afirmo, dándole una pequeña mirada—. Antes nos llevábamos mal, ahora somos novios —me encojo de hombros.

La sorpresa parece tatuarse en el semblante del niño, quien no deja de repasar a Tyler y luego a mí. Su sorpresa me hace carcajear.

—Pero no se están besuqueando por todas partes, parece que se conocen de toda la vida.

Dejo escapar una exhalación, asintiendo. Es cierto, nos conocemos desde siempre, aunque antes nos lleváramos demasiado mal, ahora las cosas han cambiado un poco. No digo que seamos la pareja perfecta, porque la perfección no existe, pero hacemos lo mejor que podemos. No pasamos acaramelados, solo nos divertimos como si fuésemos amigos, no obstante, él provoca demasiados sentimientos inexplicables.

Instituto de Hombres [#1] EN EDICIÓNUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum