Capítulo 53| La cápsula del tiempo

35.8K 2K 797
                                    

Por primera vez en mucho tiempo me vi bendecida por la suerte, y gracias al cielo el oficial de policía no logró atraparnos, aunque estuvo cerca. Todavía me parece surrealista el hecho de que Tyler se tomara una selfie junto a mí en medio de la persecución, el oficial salió en la fotografía.

Actualmente auto sigue andando en silencio, nuestras ropas se encuentran aún mojadas, a tal punto de que varias gotas caen a los asientos. Mantengo la mirada fija en la ventanilla, estamos en camino al lugar del último reto, según él, este reto será juntos.

La intriga no tarde en aparecer en mi semblante al percibir cómo el auto va disminuyendo su velocidad al ingresar al estacionamiento de la playa. ¿Qué hacemos aquí? Me giro a observarlo algo confundida, el chico me brinda una pequeña mirada antes de desabrochar su cinturón para salir del auto. Lo sigo con mis ojos, viendo como rodea el vehículo para luego detenerse en la puerta de copiloto, abriéndola.

— ¿Qué hacemos aquí? —interrogo, nada más poner un pie fuera del vehículo.

El lugar se encuentra repleto. Varias personas se broncean en la arena, otras simplemente deciden entrar al mar. Un par de niños corren jugando con una pelota al tiempo que ríen, mientras que un señor cincuentón no deja de comerse con la mirada a una chica veinte años menor. El sol se encuentra en su máximo esplendor, causando que achine los ojos, aunque la primavera aun no haya comenzado, en Los Ángeles el sol siempre brilla sin importar la estación del año.

—Nuestro próximo reto, aun no se cuál será —la voz de Tyler hace que fije mi atención en él, ruedo los ojos ante su respuesta.

Mis converse están en el auto, por lo que mis pies hacen contacto con la arena caliente una vez hemos caminado un par de pasos. Mis pies comienzan a arder, causando un pequeño chillido de mi parte.

— ¡Arena caliente! —exclamo, dando pequeños saltitos.

Escucho las risas por parte del chico, pero prefiero ignorarlo, pues lo único que quiero es aliviar el ardor proveniente de mis pies. Algunas personas a nuestro alrededor nos observan curiosas, otras ríen con desfachatez. Avanzo un par de metros saltando, mientras trato de llegar al mar para humedecer mis pies.

— ¡Espera, enana! —escucho a Tyler a mis espaldas.

Al observarlo no pasa desapercibida su radiante sonrisa, atrayendo la atención de varias chicas a su alrededor. Muerdo el interior de mi mejilla sintiendo algo de enojo formarse en mi interior cuando tres chicas que antes se estaban bronceando se levantan, dejando a la vista sus diminutos bikinis, antes de caminar hacia él. El chico comienza a trotar en mi dirección, tensionando sus músculos con cada paso, parece un estúpido súper modelo de comercial.

— ¡Cuidado con la...! —antes de que termine su frase un chillido escapa de mis labios cuando mis pies tropiezan con algo, instintivamente intento sujetarme de lo más cercano: el brazo de mi novio. Este abre muchos los ojos al sentirse arrastrado conmigo en dirección al suelo, mi cuerpo cae por inercia hacia la arena, dejando mi cara enterrada en una especie de montaña. De repente escucho varias quejas además de algunas carcajadas— Lata —escucho su voz junto a mí, terminando la frase antes interrumpida.

Un resoplido escapa de mis labios al levantar mi rostro de la montaña de arena, comenzando a escupir la que se ha colado dentro de mi boca. Él se levanta antes de tenderme la mano, la cual acepto con un bufido. Trato de sacudir mis ropillas, para que todo rastro de arena desaparezca.

— ¡Oigan! ¡Destruyeron nuestro castillo! —exclama una voz infantil frente a nosotros, por lo que bajo un poco la mirada para posarla en un niño rubio junto a una niña rubia, de no más de diez años, con sus brazos cruzados y sus ceños fruncidos.

Instituto de Hombres [#1] EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now