Lovers? (Foxxay)

dix-sept

Misty P.O.V

Llegó el viernes, día que acordamos para ir a cenar, y no podía estar más nerviosa. Es cierto que quizás esté malinterpretando las cosas, pero ¿que sería de los seres humanos sin soñar?

Una hora antes de que viniera a buscarme me metí en la ducha e, intentando sorprenderla, me alisé el pelo. Llegó el momento de elegir la ropa y no supe que hacer. Después de unos veinte minutos mirando mi armario de arriba abajo, me decidí por un vestido rojo por encima de las rodillas con un poco de escote, unas medias negras y unas botas, también negras.

Me maquillé un poco, ya que no me gustaba mucho hacerlo y justo cuando acabé, llamaron al timbre. Como esperaba, era Cordelia. Mis nervios iban aumentando cada vez más.

-Hola. - Dije tímida mirando a Cordelia con una pequeña sonrisa.

Cordelia me miró un tanto sonrojada.

Cordelia P.O.V

-Hola Mist, ehm... ¿subimos al coche? - Pregunté. Se notaba que estaba nerviosa. Ella estaba preciosa, y no sabía como decírselo, porque preciosa estaba siempre, y cuando pensé que no podría ser más perfecta, aparece delante de su puerta como una diosa.

Subimos al coche y conducimos hasta el restaurante escuchando música.

-All I wanna hear her says is are you mine? - Cantamos, o más bien gritamos a coro, mientras reíamos. Noté su mirada fija en mi, agachó la cabeza y esbozó una pequeña sonrisa. Era adorable.

Llegamos al restaurante. Miré el reloj y justo antes de que ella bajara me di cuenta de que era demasiado pronto.

-Mist, aún queda media hora para nuestra reserva, tenían todo el restaurante lleno.

-Oh... no pasa nada, tampoco tengo mucha hambre. - Sonrió ella.

-Oye... pensaba que no podías ser más preciosa de lo que ya eras, pero brillas más incluso que esa estrella. - Dije señalando una estrella que se podía divisar desde el coche.

-Gracias. - Dijo ella bajando la mirada. - Tu también estás preciosa.

Acaricié su rostro suavemente mientras me iba inclinando hacia ella. Cerré los ojos y finalmente, lo noté, sus preciosos labios bailando con los míos, en un beso romántico y corto. 

Me separé de ella lentamente, la miré a los ojos y me di cuenta de que ella sentía exactamente lo mismo que yo había estado sintiendo este tiempo. En un acto de valor, agarró mi mentón y volvió a besarme, con más pasión que antes.