quatrorze

533 48 6
                                    

Cordelia P.O.V

-¿Quieres que te recuerde como se tocaba la última canción que estábamos aprendiendo? - Pregunté sentada frente al piano, con ella a mi lado.

-Sería lo mejor. - Dijo sonriendo.

Asentí y le coloqué la mano en el piano, gesto con el cual pude notar que se ruborizaba un poco. Mi mano le indicaba con gentiles roces que notas debía de tocar. Mentiría si dijera que no había extrañado esto.

Pasó la hora como si hubieran pasado escasos minutos, y por fin llegó ese momento en el que conversábamos después de cada clase.

-¿Té o café, señorita? - Preguntó divertida.

-Té, prefiero.

-Ya se que me prefieres, es obvio, pero ¿primero quieres té o café? - Empezó a reír ante su comentario, lo que solo me hizo más gracia. Empecé a reír con ella, mientras mis mejillas se ruborizaban un poco por el comentario.

-Está bien, te haré un té entonces. - Me sonrió antes de dirigirse a la cocina.

Me senté mirando hacia su dirección, de manera que pudiera verla mientras cocinaba. Llevaba unos pantalones de pijama cortos negros y una camiseta, también de pijama. Debería de haberla avisado antes de venir, es normal que no se esperara mi presencia, pero quería ver si se emocionaba al verme. De todas maneras, no está nada mal que lleve ese pijama. - Pensé mientras se agachaba a la altura de los cajones.

Se veía concentrada preparando el té. Me acerqué a ella lentamente sin que pudiera notarlo, y cuando tuve su espalda a unos metros de distancia pude escucharla cantar en voz baja.

-She rules her life like a bird in flight, and who will be her lover?

-All your life you've never seen woman taken by the wind - Continué yo cerca de su oído. Dio un pequeño saltito del susto y luego me miró divertida.

-Would you stay if she promised you heaven?- Siguió ella sonriendo.

-Will you ever win?  will you ever win? - Cantamos a coro, sin dejar de mirarnos ni un segundo.

Me acerqué a ella bailando mientras seguíamos cantando. Cuando estábamos a centímetros la cogí de las manos y la separé de la encimera para que bailara conmigo.

De pronto su cocina se volvió una pista de baile, y a pesar de que en un principio sus movimientos fueron tímidos, se le fue pasando mientras avanzaba la canción. La hice dar vueltas y la rodeaba con mis brazos cada vez que fuera posible. 

Inevitablemente, la canción se acabó, y con ella nuestro pequeño espectáculo de baile. Nos separamos riendo, sin perder el contacto visual.

-Tienes una voz preciosa. - Sonrió ante mi comentario.








Lovers? (Foxxay)Where stories live. Discover now