Los dioses del Olimpo están divididos.
Una mitad quiere acabar con los humanos para introducir un nuevo ser vivo en el planeta, mientras que el resto se opone ciegamente a la propuesta.
Zeus, rey de los dioses, determina que cada dios deber...
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Dusseldorf, Alemania.
Narra Hallie:
Es increíble la forma en la que sucedió todo. Una mañana común y corriente fui contactada por mi padre Poseidón, quien nunca se había preocupado de buscar a sus hijas por todo el mundo.
Al día siguiente, resultó que me convertí en una Defensora de la humanidad.
Es algo que realmente me llena de emociones que no puedo explicar, pero el simple hecho de que me haya tenido que alejar de mi familia sin siquiera poder despedirme es algo que me molesta. Me enfada. Me hace extrañarlos aún más.
De todas formas, ¿quién soy yo para cuestionar las decisiones de los Dioses del Olimpo? Por ahora solamente una simple Elegida...Quizás en el futuro la salvadora de la humanidad.
La cuestión es que ahora estoy en Alemania, buscando rastros de algún Asesino. Luego de que Sophie llamó, es importante que estemos preparados por si nos agarran desprevenidos. Un simple desliz y podrían acabar con nosotros en un instante. O viceversa.
Hay veces en las que temo por mi vida, la de mis amigos, familiares y la de todas las personas que viven en este planeta.
¿Y si Da Vinci tenía razón? Él una vez dijo:
"Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo."
¿Y si en realidad estoy muy asustada porque no quiero perder a todos aquellos que quiero?
¿Y si en realidad soy una cobarde que defraudará el mundo?
¿Y si muero sin haberlo dejado todo?
Las dudas me están carcomiendo el cerebro. Estoy segura que puedo hacerlo, solamente tengo que vencer mis miedos y salir adelante. No puede ser tan difícil.
Eres mucho más que una cobarde, hija de Poseidón.
Espera, ¿ahora mi cerebro me habla? Cada día estoy más loca, de eso no tengo duda.
Bueno, volvamos a lo nuestro: mirar la televisión hasta que se haga el mediodía para recorrer la bella ciudad de Dusseldorf. Paso y paso los canales hasta que de repente un vídeo se proyecta instantáneamente en mi televisor, al mismo tiempo que me llega un mensaje a mi celular...
Ay, no. Esto no puede estar pasando.
—Humanos, su hora ha llegado. Morirán y desaparecerán de este planeta como pequeñas e indefensas cucarachas. ¿Ven a ese pobre hombre atado en una silla? Pues será la demostración de que estoy hablando muy en serio —recitaba una voz tenebrosa que no se veía en la reproducción. Se alcanzaba a ver un hombre de aproximadamente unos cuarenta y cinco años en una silla vendado en un edificio oscuro, sucio y viejo—. Miren como hago mi magia.
No había evidencia de que la voz siquiera haya tocado a la pobre víctima, pero sin embargo el hombre cayó sin vida de la silla. Solo se podía tratar de una cosa: un Elegido. Y estaba más que claro que era un Asesino y no un Defensor.
Ya un poco shockeada, seguí escuchando las palabras del Elegido.
«Ellos me vieron. Sabían que era su hombre. El único capaz de realizar una misión que ni ellos fueron capaces de concretar: acabar con la humanidad. ¿Cómo? Una simple conexión de un milisegundo entre tus ojos y los míos y tu vida habrá acabado. No importa que tan fuerte seas, o cuanto intentes escapar, ya que yo siempre encontraré la forma de mirarte y por consecuencia, matarte. Soy Hank, el enviado de los dioses Ares y Hades. Los veo pronto, humanos débiles.»
Eso fue... Aterrador. Incluso para mí, que soy una Elegida. De pronto me di cuenta que la reproducción del vídeo estaba por todas partes: celulares, pantallas, televisiones, reproductores, todo. Absolutamente todo.
Saqué mi cabeza por la ventana para comprobar la reacción de todos aquellos que ya habían visto el espeluznante desenlace de ese pobre hombre: estaban petrificados.
¿Qué pasará con la humanidad? ¿Se creerán las palabras de Hank?
Solo haría falta una muestra más del poder de los Asesinos y el mundo quedará paralizado.
Tomé mi teléfono satelital para hablar con mis compañeros, pero previamente (quizás por instinto o intuición) me dispuse a mirar la ventana una última vez.
Esperen, esperen un momento... ¿Eso es lo que creo es?
¿Estoy viendo un minotauro destrozar la calle que tengo en frente mío?
No me daban los dedos para marcar el número de Angelo, y el minotauro venía en dirección a mi hotel.
¿Sabrá que yo estoy aquí? Es imposible.
—¡Estoy viendo a un Asesino por la ventana, necesito refuerzos!—grité desaforada.
Y de un momento a otro, me desvanecí.
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¡Muchas gracias por leer este nuevo capítulo!
Hoy, 12 de febrero, pasó algo asombroso: ¡Elegidos superó en el ranking a La Isla!
Nos pudimos ubicar en el puesto 14, y sé que podemos ir por más, como siempre lo hicimos.
