—Sí, ahora el señor gris quiere saber de Madeleine, aunque no lo dijo, así como tal, pero él quiere saber de ella pude darme cuenta — dejo suspirando.

—Esa mujer no me agrada, pero se casará con mi hermano, lo que me molesta es que creo que está enamorada de mi Alexter... — le contó todo lo que sabía desde que sabe de su existencia en la casa y prometió investigarle más, para después simplemente entrar a la casa creyendo que nadie la había visto pero María se había percatado de que salió y entro de la casa.

Madeleine intentaba controlar sus nervios después de escuchar a Alexter confesarse de esa manera, no lo esperaba, miro sus manos un momento contrariada de sí llevar ese anillo de compromiso le costaría aún más, recordó las palabras llenas de odio y veneno de una mujer que no la conoce, una que no sabe por todo lo que ha tenido que pasar, limpio una lágrima que escapaba de su mejilla, no podía sentirse más dolida, en esos momentos le gustaría tener un recuerdo firme de su madre pero de ella no tiene nada murió cuando ella era muy pequeña que solo se quedó con lo que su padre le contó, una bella mujer, igual de hermosa en su interior, amable, social y llena de fuerza; qué pensaría de ella que no es capaz de encarar nada en su vida.

Pero algo muy dentro suyo se movía como una ola rompiendo con fuerza ante las rocas, su amor por Alexter su amor correspondido, apretó su rostro con sus manos oprimiendo un grito de felicidad por sentirse correspondida, sintiendo ese nervio colarse en la boca de su estómago, la lluvia golpeo con fuerza su ventana, se puso de pie hasta a ella mirando los arboles empapándose.

—No puedo creer, que él me corresponda, tantas noches llorando por ese amor y ahora existe— paso sus manos en la ventana formando un corazón con su dedo, el calor de su cuerpo había empañado el cristal ayudándole a formarlo a la perfección, un mal pensamiento vino a su mente que con un manotazo lo borro de golpe, empuño su mano contra el cristal manteniéndose firme con la cabeza agachada se pegó a este, no dijo nada más en voz alta simplemente miro sus lágrimas caer al piso empapándolo una tras otra, deslizo su cuerpo quedándose sentada sobre sus piernas, suspiro después de un rato para tratar de controlarse, escucho que volvían los hombres se levantó con prisa y sin importarle lo que pensaran salió en búsqueda de Alexter.

Camino de prisa, observó a uno y exigió que le dijera donde encontrar al mayor, él sin negarse le dijo que venía pasos atrás que no habían encontrado nada, continuo entonces cruzando entre los árboles para pasar a unos cinco hombres más que le señalaron que más adelante el lobo venía caminando, siguió deprisa, miro a Alexter que venía con la cabeza agachada, se detuvo a esperarle en su camino, él pudo sentir su presencia alzo la cabeza para mirarla a los ojos, una ligera sonrisa se formó en sus labios, la lluvia seguía cayendo pero ahora con menos intensidad solo como una ligera brisa, pero él estaba empapado de pies a cabeza.

—No pude esperarte en la casa — dijo ella sintiéndose fuera de lugar.

—Quería correr a tu encuentro, pero decidí detenerme — sin acercarse a ella contestó.

— ¿Por qué? — apretando sus manos en puños nerviosa

—Por qué no sé de qué sería capaz de hacer si me acerco a ti — aceptó él mirándola con más intensidad «Sé que no podría controlarme»

—No tienes por qué controlarte, yo también deseo correr a tus brazos — dijo ella abrazándose para generarse calor, el frío estaba aún presente y empezaba a ser más fuerte.

—No, no digas eso Madeleine — inconscientemente camino hacia ella «Realmente, yo no puedo frenarme, después de lo que te he dicho... si me acerco a ti no sé dé lo que sería capaz» se detuvo a pasos de ella, ocasionando que Madeleine lo miraba directamente a los ojos.

El alfa enamorado ✔🐺🌌Where stories live. Discover now