Estoy cansada de buscarte y pedirte que me des la oportunidad de explicarte, este es mi último movimiento, si me ignoras sabré cuál es tu respuesta porque incluso el silencio comunica. No voy a buscarte más porque por más que te ame no tengo por qué estar rogando que me escuches como si hubiera hecho algo malo, y aunque lo hubiera hecho, todos merecemos una oportunidad al menos de explicarnos, una que no me has dado. Y yo te amo con locura, pero también me amo a mí misma, y no puedo seguir persiguiendo a alguien que no tiene ganas de luchar por lo que hace solo unos días creíamos eterno.

Esperaré una respuesta, aunque esa respuesta sea tu silencio...

Te amo,

Tu princesa por siempre,

Frieda».

***

Eran cerca de las diez de la noche cuando Frieda envió aquello, y sin más, se acostó a dormir, estaba agotada y no tenía ganas de seguir llorando ni pensando. Escribir la carta al menos le había ayudado a desahogarse.

Al otro lado del océano estaba amaneciendo, Adler tomaba cerveza tras cerveza con Nery y un grupo de chicos y chicas entre los cuales, estaba Ava. Hacía mucho tiempo que ellos no se veían ni sabían uno del otro.

—¿Quieres que caminemos un poco y conversamos? —preguntó Ava y Adler asintió, verla no le había provocado ninguna emoción, pero el recordar lo que le había hecho había encendido la llama del rencor que sentía por Frieda, ¿acaso todas las mujeres eran iguales?

Eso es lo que decía Nery, que todas eran iguales, y que si uno les daba demasiado amor y cariño, ellas terminaban por engañarte con uno que no las tratara bien. A Adler aquello siempre le pareció una tontería, pero justo en ese punto comenzaba a dudarlo.

Ava caminó a su lado y sonrió esperando que él hablara, pero él no dijo palabra alguna. Solo podía pensar en el dolor que estaba atorado en su corazón, en la humillación que Frieda le había hecho pasar.

—¿Estás bien? —preguntó Ava.

—No —respondió el chico secamente.

—¿Quieres hablarlo? —inquirió la muchacha.

—¿Contigo? —se burló Adler irónico y ella solo se encogió de hombros.

—Bueno... no lo sé —añadió—. ¿Sabes? Hace tiempo quería decirte que te extraño, Adler... tú has sido muy importante para mí —se animó a confesar.

—¿Ah sí? ¿Te puedo hacer una pregunta, Ava? —inquirió molesto y la chica solo asintió—. ¿Es que acaso soy tan estúpido por eso las mujeres se burlan de mí? ¿Qué hay de malo conmigo para que tú hayas buscado otro... u otros? ¿Qué es lo que me falta? ¿Es porque las trato bien, porque soy demasiado bueno como dice Nery?

—Es porque las chicas somos tontas y no te sabemos valorar, Adler. Al menos en mi caso no hay otra respuesta para ello... me equivoqué —susurró.

—Ya es tarde —negó con la cabeza sintiendo un dolor en el pecho, quizás un día Frieda también se diera cuenta y aunque no creía posible que el amor que sentía por ella se apagara como lo que sintió por Ava, por primera vez en su vida supo que había situaciones que el amor no podía resolver, no podía sobrepasar.

—Lo siento, Ad... ¿Estás enamorado? —inquirió la muchacha que por todo ese tiempo había guardado la esperanza de recuperarlo.

—Sí, pero no tiene caso... Es igual que tú... —dijo con dolor y todas las ganas de ofenderla—. Le gusta... divertirse con varios —añadió.

Aquellas palabras le dolieron a la chica pero no dijo nada, no tenía caso y al final, era lo que ella había hecho.

—¿Cómo se llama? —inquirió.

—No quiero hablar de ella, no quiero hablar de nada —susurró agotado.

—Bien... sentémonos aquí a observar el amanecer —dijo Ava sentándose en una plaza a la que habían llegado.

Aquel sitio le recordó a Adler las veces que se había encontrado con Frieda en un sitio similar cuando ella había estado en Alemania. Ya había pasado tanto de aquello.

—No quiero ver el amanecer contigo —dijo sin pensarlo y recordando a la chica a quien hacía muy poco le había pedido que vieran muchos amaneceres juntos—. Dios, Frieda... ¿por qué? —susurró y se recostó cerrando los ojos.

Ambos quedaron allí en silencio y unos minutos después el alcohol y el cansancio hicieron que Adler quedara dormido. Ava se quedó en silencio pensando en lo mucho que quería recuperarlo y que quizá si las cosas con la chica que lo tenía así no funcionaba, ella podría aprovechar.

El teléfono de Adler timbró, Ava dejó que sonara aunque podía verlo en su bolsillo. Volvió a timbrar, así que la chica se acercó cuidadosa y tomó el aparato para ver quien llamaba. Era Nery, no atendió.

Dejó que terminara de sonar y vio que el chico le enviaba un mensaje preguntándole donde estaba. Ava tomó una selfie con el celular de Adler acercándose mucho a él como si le fuera a besar, no se les veía los ojos, solo la boca y el cuello, se la envió a Nery junto con un mensaje que decía: «Me quedo con Ava».

La batería del celular estaba a punto de descargarse pero no tenía clave de acceso, Ava aprovechó para revisar los mensajes y vio unos cuantos de una tal Frieda desesperada por hablar con él, ella debía ser la chica. También encontró conversaciones en el grupo de la universidad y aunque no entendía mucho el idioma, vio el nombre de la chica en varias ocasiones repetidos en las conversaciones.

Luego entró a las fotos y la última que vio llamó mucho su atención, la chica estaba desnuda, y aunque no se veía nada era una foto muy provocadora. Había varias más de ellos juntos en distintas poses. Ava recordó la frase de Hanna, su mejor amiga que siempre le decía que en la guerra y en el amor, todo se vale. Sintió que esa era su oportunidad, así que escribió en el grupo de la universidad enviando la foto de la chica semidesnuda... y luego buscó el contacto de Frieda, que en realidad decía «princesa» y le mandó la foto que acababa de sacarse, la misma que le había enviado a Nery. Quiso poder escribir algo pero no manejaba el idioma así que no sería buena idea. Apenas envió las fotos, la batería se agotó y el celular se apagó. Ava sonrió pensando que al fin podría recuperar a Adler.

 Ava sonrió pensando que al fin podría recuperar a Adler

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Bueno, en el grupo de facebook hice una encuesta. Como he terminado de escribir la historia pregunté si les gustaría que subiera un capítulo por día y en gran mayoría dijeron que sí. Así que acá vamos. Son 53 capítulos y un epílogo. Espero lo disfruten

 Espero lo disfruten

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Ni príncipe ni princesa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora