B u r n

2 1 0
                                    


-Siento que hace mucho que no te veo. –La chica de ojos azules me observaba con dulzura, era una chica muy dulce y algo ingenua. –Hemos tenido que entrenar mucho.
-No hay problema. –Suspire, al final estar con Zac a solas había sido mejor que cualquier cosa. Marie y sus minions pasaron atrás de nosotras.
-La odio. –Sus dulces ojos azules ahora expresaban una rabia insoportable. Rodó los ojos. –Hablando de Trespalacios, ¿Qué hay con él? –Suspire, después de huir del beso no había vuelto a hablar con él, ninguno de los dos ha llamado al otro, y supongo que eso pauta todo.
-Somos amigos. –Resté importancia, la chica me sonrio con incredulidad.
-Yo tampoco querría estar relacionada con un Trespalacios, así que entiendo.
-¿Qué? –Pregunte algo curiosa, la chica entrecerró los ojos.
-¿No sabes quienes son los Trespalacios? –Negué con mi cabeza y por primera vez en toda nuestra conversación presté atención. –Su padre es uno de los mayores inversionistas a nivel mundial, dueño de hoteles, maneja parte de la industria musical y por supuesto es un picaro.
-¿Picaro? –Pregunté.
-Su dinero no es limpio. Todos lo saben pero nadie dice nada porque tiene el poder de destruirnos a todos tres veces, estuvo relacionado con un escándalo sexual en uno de sus hoteles donde supuestamente había acosado a varias empleadas, por supuesto el dinero lo limpia todo. –Rodó los ojos, suspire y levante mis cejas. –Jacobo y Marie son mellizos, se llevan dos minutos, problemáticos hasta la última gota de sangre que corre por sus venas, cada uno por su parte es peligroso pero juntos son el maldito diablo, afortunadamente desde que Jacobo se declaro públicamente como homosexual, su hermana se ha alejado de él, algo ignorante de su parte si me lo preguntas y mas cuando Marie solía compartir noches con el mejor amigo de su padre. –Rio con cinismo mientras parecía recordar algo por unos segundos. -ahora, si es capaz de hacer daño a alguien con quien compartió espacio en la barriga de su madre, que puede hacerle a los demás.
-¿Daño? –pregunté.
-Junto con su novio de la escuela le hicieron algo terrible a Jacobo, él lo enamoro y por supuesto todo era mentira. Pobre Jacobo, jamás volvió a ser el mismo. –observo a lo lejos. Negué con mi cabeza. –Pero, Jacobo no es un santo, utiliza niñas, las vende a sus amiguitos con dinero. –La ansiedad de la fiesta volvió a mis venas, creo que era algo deducible. –además, son adictos a las drogas, al sexo y al alcohol, pero al final son millonarios hasta la maldita tumba, tienen dinero para hacer lo que sea y pretender que no han hecho nada. -Evite contacto visual con ella. –Harry es un misterio, solo sé que decidió volver a la escuela, supongo que sabes que es mayor  que casi todos nosotros por dos o tres años, y según tengo entendido estuvo viajando todo este tiempo, pero sin embargo no tengo mas información de él de la que tu puedes tener. –Me observo. –Eres una chica muy dulce Lúa cuídate.
-¿Cómo sabes todo esto? –Pregunté ignorando el último comentario.
-Yo era la mejor amiga de Marie. –La observé extrañada y ella se limito a sonreírme. –hasta yo me sorprendo. –soltó una carcajada. –Zac y yo no estamos bien. –Arrojó otra bomba como si lo que me hubiese dicho antes no fuese suficiente información. Su rostro se tornó triste. –Zac no es el mismo, ya no me habla, no esta aquí, Lucas piensa que esta algo preocupado por sus estudios pero Lucas es su amigo, encubriría la verdad hasta el apocalipsis y Zac, a el no le importan sus estudios. -Observé al fondo y vi a Harry pasar con la chica rubia amiga de Marie, los osberve allí caminando con ella y pude sentir un brote de celos pasar por mi cabeza. –tiene otra chica. –Al escuchar esto volteé a ver a Lucy nuevamente y la observe confundida.
-¿Qué? –pregunté.
-Sí Lúa, el debe tener otra niña, alguien más esta rondado su cabeza, parezco paranoica pero sé que tiene a alguien más, lo puedo sentir. –Suspiro y unas lagrimas cayeron de sus ojos.
-Oh Lucy. –La abrace.
-Necesito que me ayudes. –Interrumpió el abrazo.
-Por supuesto. –Dije confiada de que quizás me pediría que le comprara un café.
-Me voy de viaje con mis papás este fin de semana a visitar a mi abuelo. –Suspiro. –No es fácil pedirte esto porque sé que sueno como enferma de celos. –sonreí al escuchar ese terminó, no hay peor suicidio o enfermedad que estar enfermo de celos. –Podrías estar con Zac todo este fin de semana, no se puedes salir con el, o seguirle... -Solté una carcajada.
-Hay personas a las que les pagan por ser el detective privado de alguien. –Lucia sonrió.
-No quiero que lo sigas, quiero que estés con él.
-¿No crees que se esta saliendo la situación de las manos? –La chica apretó los labios y agachó la cabeza. –Esta bien. –Suspire. Lo hare. –Sonrió. El timbre sonó.
-Solo mantelo alejado de cualquier víbora con apellido Trespalacios. –Me abrazó, se levantó y se fue. Suspire y observe a todos entrar, no pude evitar las ganas de observar a Harry y cruzamos miradas extrañamente, luego el entro junto con la rubia que tanto adoraba. Tome un sorbo de agua y evite pensar que lo que sentía eran celos.
-No puedes pensar que alguien es de tu propiedad, ni dejar que alguien piense que tu eres su propiedad Lúa. -Un chico algo mas grande que yo, con barba y ojos cafés claro me observo seriamente.
-Esa es su forma de mostrar amor.
-¿Humillandote? ¿Marcandote como si fuera un perro orinando su territorio?
-Miguel. –pronuncié.
Miguel. El nombre se quedó en mi cabeza. ¿Quién es Miguel? –Miguel. –Comenté en voz alta.
-Me llamo Nathaniel. Volteé a ver al amigo rubio de ojos claros de Jacobo y sonreí. -¿No vas a entrar? –Observe mi reloj.
-Ya que, mi profesor de matemáticas ya debio haber cerrado la puerta. –Subí los hombros.
-¿Quién necesita matemáticas? –Nathaniel comentó sentándose a mi lado. Solté una carcajada.
-y tú, ¿No vas a entrar?
-si. –Dijo colocando sus libros encima de la mesa. –Pero unos minutos tarde no me mataran.
-¿Tus admiradoras no te extrañarán? -pregunté bromista.
-Sabes eres de las pocas chicas a las cuales les hablo.
-¿Por que? Eres un chico genial y guapo.
-Supongo que no soy suficiente. -Lo observe extrañada.
-Te lo juro que por más que lo intento no lo entiendo.
-¿Tu saldrías conmigo? -Sonroje.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 28, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

N E U T R A LWhere stories live. Discover now