-Dentro de una semana mi grupo se marcha a Estados Unidos.

Cierro los ojos como si así las palabras doliesen menos. Esas palabras que me había imaginado una y otra vez y que sabían que tarde o temprano las iba a oír.

-Gracias por avisarme.- digo con un tono impasible y duro. Mi tono de voz es demasiado serio pero creo que es lo mejor.- Supongo que no hay mucho más que decir.

-¿Qué?- exclama Gavan notablemente sorprendido por mi actitud.- ¿De qué estás hablando Annie? Puedo quedarme algunas semanas más, no es algo obligatorio.

-¿Y hacer esto más difícil? – pregunto intentando controlar las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos.- No. Tu familia te está esperando.

Y Emily también.

Aunque eso no lo digo en voz alta.

Me giro y empiezo a buscar las llaves en mis bolsillos; sin embargo, Gavan alcanza mi brazo haciendo que le mire a la cara.

-No he dicho que me vaya a ir.

-Y yo no te he pedido que te quedes.

Entro en casa y cierro a la puerta mientras las lágrimas empiezan a caer por mi rostro.

Al principio temo que Gavan empieza a llamar a la puerta, pero no lo hace.

Y en parte eso me decepciona.

Inmediatamente oigo el ruido de pasos al acercarse corriendo. Entonces veo a Rose y Matt corriendo hacia mí y el dolor se alivia un poco al verles.

-¡Annie!

Los dos se abalanzan, creo que voy a perder el equilibrio, pero consigo agarrarme al poco de la puerta. El estómago me duele muchísimo pero no me importa.

-Te hemos echado mucho de menos.- dice Rose mientras me agarra más fuerte.

La bajo con cuidado porque de repente me encuentro muy cansada. Matt va a la cocina y Rose me ayuda a llegar al sofá.

-Vamos a ir a ver al abuelo con papá.- dice Rose en un susurro.

Mi cuerpo se tensa ante aquel comentario. Hacía mucho tiempo que no veía a mi abuelo, desde que dijo que mi madre era una desgraciada que no sabía hacer otra cosa que limpiar no le he vuelto a visitar.

Ese hombre no se merecía mi respeto ni mi tiempo.

Pero mis hermanos adoraban al abuelo así que de vez en cuando iban a visitarle con mi padre, era el único momento en el que salían con mi padre de casa.

-De acuerdo.

Rose sale corriendo hacia la habitación y Matt viene al salón con un plato de sopa que deja sobre mi regazo.

-¿Quién ha hecho la sopa?- pregunto extrañada.

-Gavan.

Mi estómago se encoge perdiendo el apetito al oír su nombre.

Rose vuelve a aparecer con la muñeca que le regalé por Papá Noel.

-¿Puedo llevarme a Lula a casa del abuelo?

-Claro.- contesto mientras la coloco el pelo con mis dedos.

El interfono suena y Matt se encarga de cogerlo.

-Es papá.- dice poniéndose sus zapatos.

Doy un beso a Rose que no agarra con fuerza a Lula y luego le doy otro a Matt.

-Tened cuidado. Y no os separéis de papá que la casa del abuelo está en el centro de la ciudad y os podéis perder.

Ambos asienten y salen corriendo hacia la puerta. El corazón se me encoge unos segundos al verlos marchar como cada vez que me alejo de ellos, pero me repito una y otra vez que todo está bien.

El Soldado Del VientoWhere stories live. Discover now