Capitulo 4

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Las ganas de ir al baño me despertaron, abrí los ojos y vi el televisor encendido, nos habíamos quedado dormidos, Mía estaba dormida junto a mí, la sabana se había corrido dejando ver una de sus piernas, llevaba un pijama de short corto y una camiseta de algodón blanca, sonreí al recordar que solo se quito el sujetador al estar bajo las sabanas, mire su pierna y parte de la curva de su cadera, tenía ganas de tocarla y sentir su suave piel pero eso la despertaría, me levante de la cama intentando alejar ese pensamiento de la cabeza.

- Adonde vas? - dijo medio dormida

- Al baño - me gire para ver sus ojos azules mirándome medio dormidos

- Espera! - dijo levantándose rápido y poniéndose en mi camino - solo espera un minuto - entro al baño

- Mía mi baño esta peor créeme - entre en el baño y la vi escondiendo unos frascos en los cajones, bajo la mirada avergonzada, sentí una punzada de dolor al verla así, me acerque pero ella dio unos pasos atrás, no merecía haber pasado por tanto

- Te presento a prozac, haloperidol y a zolpiden - dijo tendiéndome los tres frascos

- Mía...

- No, no digas nada - salió del baño y fui tras ella - se que al igual que todos debes pensar que estoy loca y lo entiendo - me miraba intensamente como intentando saber en que yo pensaba, se veía hermosa con su cabello largo y despeinado cayendo a los lados, sus carnosos labios rosados, sus pechos bajos su camisa de algodón y sus piernas desnudas, diablos Nathan solo es Mía no puedes pensar en ella de esa forma

- No lo hago - me acerque a ella tomando sus mejillas en mis manos - no pienso que estés loca, no más de lo que ya lo estabas - ella sonrió, tenía ganas de besarla, de abrazarla pero no podía - ahora vete a dormir yo iré por algo de agua - salí de su habitación a la cocina.

Abrí la nevera y saque la jarra de agua, por que tiene que pasar por todo esto? por que ella?, las preguntas en mi cabeza me volvían loco.

- Debe preocuparme que estés a esta hora en la cama de mi hermana y sin camisa? - Thomas estaba recostado en la puerta de la cocina con los brazos cruzados y mirándome con unos ojos azules iguales a los de Mía

- No, solo estábamos viendo una película y nos quedamos dormidos

- Nathan Jacobs solo ve una película con una chica? - se burlo

- Ella no es solo una chica, ella no es cualquier chica

- Eso espero Jacobs porque si le haces algo a Mía no me molestara golpearte

- Nunca le haría daño a Mía y lo sabes

- Bien, ella ya ha sufrido bastante - dijo dando media vuelta para salir

-Tom - lo detuve - gracias por traerla

- No lo hice porque me lo pediste, lo Hice porque quizás a ti te cuente que fue lo que paso de verdad durante esas dos semanas

- Aun no le dice a nadie?

- Cada terapia es un fracaso y ni nosotros ni la policía sabemos los detalles, ella es...

- Un misterio?

- Si - dijo mas serio - Nathan ella no es la misma Mía que conociste, esta Mía está rota aunque no lo demuestre - salió de la cocina dejándome solo, deje el vaso en la encimera y me fui a la habitación de Mía.

                                                                                         ...

No pude dormir más en la noche, las preguntas sobre lo que les paso a ella y a su madre en esas dos semanas secuestradas rondaban mi mente, nunca habían encontrado al culpable pero eso Mía no lo sabía y tampoco debía saberlo, ella se removió en la cama y abrió los ojos mirándome directamente

- Buenos días dormilona - le alborote mas el cabello y ella solo se tapo con la sabana

- Buenos días, sabes que si mi abuela te ve aquí te matara?

- Ya lo hizo, vino temprano a despedirse pero como estabas durmiendo tan tranquila me encargo que te diera esto - me incline hacia ella, Mía mordió su labio inferior nerviosa por mi cercanía, me entro la tentación de besar sus labios pero la bese en la frente - fue a New York por algo de la revista dijo que la llamaras cuando despertaras

- No me mientas - sus mejillas estaban rojas, esto me está gustando y mucho

- No lo hago - me acosté otra vez y la abrace pegándola a mi cuerpo

- Que se supone que haces?

- Abrazarte

- Por que me abrazas?

- Me gusta abrazar

- Nathan levántate tenemos que ir a la escuela

- Ya es tarde

- De que hablas? - dijo sentándose en la cama

- Son pasadas las nueve Mía - sus ojos se abrieron como platos y se levanto de la cama

- Pero y mi alarma?

- La quite - me lanzo una almohada, bien está molesta pero me gusta verla así

- Eres un idiota por que hiciste eso? - dijo caminando por la habitación

- Vamos momo solo es un día - me levante de la cama - sabes te ves mejor sin sujetador - sus ojos se abrieron como platos y sus mejillas se tornaron de un encantador carmesí

- Date vuelta - dijo tomando un sujetador blanco de encaje

- De verdad?

- No pensaras que me quitare la camisa contigo viéndome verdad?

- Antes no te molestaba - dije dándome la vuelta

- Teníamos tres años - me reí y sentí el golpe de un cojín en mi cabeza - listo

- uummm si me gustas mas sin sujetador - Mía rodó los ojos - aunque el encaje es sexy

- Bien podrías decirle eso a tu novia la rubia - Tomo algo de ropa y se metió en el baño

- Estas celosa? - dije después de un rato a la puerta del baño

- No

- Segura

- Muy segura - abrió la puerta del baño, tenía el cabello mojado y llevaba un vestido corto azul oscuro con un suéter de botones gris, estaba seguro que era para cubrir las cicatrices de sus muñecas, no pude evitar mirar sus piernas y querer tocarlas - deberías ducharte buscare algo de ropa de Tom supongo que algo te debe de quedar

- No nos da tiempo de llegar a la escuela

- No iremos a la escuela - ella bajo la mirada - se suponía que debía ir a mi primera terapia con un nuevo psiquiatra después de clases pero ya que no fui...

- Quieres que vaya contigo? - dije evitando sonar sorprendido, no lo logre

- Solo si quieres, nunca me ha gustado ir sola pero no tenía a nadie a quien pedirle que fuera conmigo - levanto la mirada, siempre me gustaron sus ojos azules aunque ahora estaban algo apagados 

- Tus hermanos te podían acompañar

- Si pero ya se preocupan bastante sin ir, no quiero que escuchen lo que me dicen allí- bajo la mirada nuevamente

- Iré a darme una ducha y nos vamos - dije entrando al baño, le prometí que no la dejaría sola y lo cumpliría

Para siempre MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora