Soy Ladybug.

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Narra Marinette.

Ya era de noche, un poco tarde por cierto, pero tenía que ir con Adrien a aclarar todo.

-¡Tikki motas!- grité.

Me transformé y salí de mi cuarto por una ventana.
Salté los tejados hasta llegar a casa de Adrien. Vi como el ya estaba metiéndose a la cama. Así que me apresuré a tocae su ventana.

-¿Ladybug?- dijo Adrien.

-¿Puedo pasar?- dije nerviosa.

-Claro- dijo serio.

-Adrien- lo abracé.

-¿Ladybug?- dijo extrañado.

Lo vi. Se veía tan lindo. Esos ojos verdes que brillaban como el sol, me encantaban.

Lo besé.

El se separó.

-¿Qué haces?- dijo asustado.

-Calma, "gato"- dije sarcástica.

-¿Gatito? ¿a qué te refieres?- dijo nervioso.

-Tu sabes- dije seria.

Se quedó en silencio.

-Eres Chat Noir, ¿cierto?- dije seria.

-¿Cómo lo sabes?-.

Le conté lo que había visto gracias al villano y lo que vi cuándo lo seguí.

No puedes decirme que no, yo vi todo- le dije seria.

-Ladybug, no puedes decir nada-. me dijo asustado. -Ni mi novia lo sabe-.

Mentiroso, tu novia si lo sabe.

-No te preocupes, no diré nada, pero con una condición-. Dije seria.

-¿Qué condición?- dijo nervioso.

Iba a jugar con el.

-Bésame- le dije sonrojada.

-¿Qué? Tu me rechazaste como Chat Noir- dijo un poco enojado. -Además yo tengo...-.

No lo dejé terminar y lo besé.
Quité mis pendientes y ahora estaba Marinette en vez de Ladybug. Tikki se escondió en mi chaqueta.

-¿Y ahora?- le dije sonrojada. -¿Te vas a seguir resistiendo?-.

-¿Marinette?- dijo nervioso.

-Si, soy Ladybug, ¿que raro no?- le dije sonriendo.

-No puedo creerlo- dijo feliz.

Me abrazó con fuerza.

-Adrien- dije con los ojos llorosos.

-¿Qué pasa?- dijo preocupado.

-Es que, te traté mal cuando eras Chat, era mejor saber que eras Adrien para comportarme mejor contigo y- me interrumpió.

-Oye, no me trataste mal- dijo. -Solo me dijiste que te gustaba alguien mas y eso esta bien, no te sientas mal, olvidé eso cuando te hice mi novia, también perdona mi comportamiento serio con Ladybug, era incómodo hablar con ella por lo que había pasado- dijo secando mis lágrimas.

-Adrien yo- puso su dedo en mi boca.

-Calla mariquita, no des más explicaciones- me abrazó con fuerza.

Me besó. Puse mis brazos al rededor de su cuello y el apretaba mi cintura con fuerza.

-Te amo- dijo durante el beso.

-Y yo a ti- le dije.

Nos separamos por falta de aire.

-Una pareja de enamorados que salvarán a París- dijo sonriendo.

-Cierto, es nuestro deber- le dije.

Adrien y yo cuidamos a París, nadie a parte de nosotros sabía nuestra identidad. Parecía un sueño al principio. Pero después, fue un acostumbre. Que más da, el gato y la mariquita tenían que estar juntos por siempre.

Fin.

Azul y verde, ¿quién lo diría?Where stories live. Discover now