~Capítulo 16~ El final

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Narra Cato

Un nuevo día, pero esto no acababa. Marcia seguía dormida en mi pecho. Le acaricié el cabello y el rostro, descubriendo que no estaba dormida.

-Hola- su voz adormilada me dio a entender que no hace mucho se había despertado.

-Hola- le dediqué una pequeña sonrisa. Aunque aún estuviéramos allí, ella me hacía sonreír. -¿Cómo está tu pierna?- se incorporó y se quitó las vendas. Su pierna tenía un aspecto horrible, el área de las mordidas estaba roja e hinchada y las mordidas en sí tenían un tono amarillento. Me volví a sentir culpable.

-No creo que esté muy bien- en su cara pude notar el dolor. No podía dejarla así, tenía que ir al banquete y esperar que nos trajeran medicina.

-Iré al banquete. Vuelvo enseguida, princesa- me senté para levantarme, pero ella me detuvo tomando mi rostro, se veía preocupada, preocupada por mi. No me había pasado antes.

-Cuídate por favor- me dio un beso en los labios que casi se sintió como una despedida. Junté nuestras frentes al separarnos y le acaricié el muslo de su pierna sana.

-Lo prometo, Marcia- y con eso me levanté con mi espada y nada más. Ella tenía a mano todo lo que pudiera necesitar para defenderse.

El camino era un poco largo hasta la cornucopia y ya había pasado el medio día. Lo notaba por la posición del sol, además de que la noche anterior dormimos tarde por todo lo ocurrido. Recordé que habíamos dejado sola a Clove en la cornucopia, cuidando de si misma y de las provisiones. Ella era más que capaz de eso, pero por alguna razón me preocupé. Seguí mi camino porque sino no llegaría y temía que se llevaran la bolsa de Marcia, porque claramente el banquete sería por distrito.

De pronto sentí una explosión. Solo una cosa podía ser la causa, las minas al rededor de las provisiones. Mierda, esa fue la palabra que pasó por mi mente. Corrí lo que me quedaba de camino a la cornucopia. Todas las malas posibilidades pasaban por mi cabeza. Al llegar me encontré con la montaña de provisiones explotada, la cornucopia saqueada y un cuerpo en el suelo. Corrí hasta allí, era Clove. Y el único que podría haber hecho eso era Tresh. No podía hacer nada más por ella que sentirme tan angustiado como me sentía. Le di un beso en la frente. Tomé la bolsa que el Capitolio dejó para Marcia, ya que el idiota se había llevado la bolsa del distrito 2. En la cornucopia tomé una mochila que aún quedaba allí, llené de cuchillos y de comida que había sobrevivido. Si teníamos que estar más tiempo aquí no sabía cuan difícil se nos haría cazar así que era mejor juntar comida.

Volví a donde estaba Marcia, esperando que lo que nos habían dado fuera medicina. Estaba furioso, me vengaría de Tresh ese mismo día. Después de caminar un buen rato llegué hasta donde ella seguía. Me sorprendí de su aspecto mucho más desmejorado. Estaba casi azul por la palidez, temblaba. Me senté junto a ella, tenía los ojos cerrados y por un momento pensé que también la había perdido a ella.

-Mi amor- la sacudí despacio, pero comencé a aumentar la fuerza viendo que no despertaba. Por fin lo logré, sus ojos estaban perdidos, mostraban lo débil que estaba.

-Volviste- la sonrisa que dejó escapar me llenó el alma. Aunque todo fuera una mierda ella hacía que todo pareciera ir bien.

-Lo prometí. Veamos que hay en la bolsa- la abrí y saqué un frasco de metal con una nota encima. "Aplica generosamente sobre la herida". La miré a los ojos, ella me observaba con atención. -Es una pomada- ella asintió y yo procedí a seguir las instrucciones. Me lavé las manos con un poco de agua que nos quedaba en la mochila, abrí el frasco y tomé en mis dedos una buena cantidad para luego posarla en las heridas. Su cara mostraba cuanto le dolía, aún así no podía detenerme, esto le haría bien. Al terminar la abracé con fuerza, pero aún se veía demasiado débil. -¿Preciosa?- lentamente dirigió su mirada a mi.

ʟᴏᴠᴇ ɪɴ ᴛʜᴇ ʜᴜɴɢᴇʀ ɢᴀᴍᴇꜱ ~ ᴄᴀᴛᴏ ʜᴀᴅʟᴇʏ & ᴍᴀʀᴄɪᴀ ᴘʀᴏʜᴀᴄᴇ {EN EDICIÓN}Where stories live. Discover now