29. Autorizado

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Chris se fue poco después porque pensó que mi madre estaba demasiado inquieta caminando por el pasillo y sería mejor darle algo de paz mental. Eso solo duró unos quince minutos antes de que mi padre irrumpiera en mi habitación como un loco revisando mi cara para ver bien el golpe.

—¡Auch, me duele! —lloriquee y las manos de mi padre desaparecieron instantáneamente.

—Lo siento bebé ¿Qué fue lo que pasó?

—Ya te lo dije, un imbécil nos golpeó hasta que nos salimos de la fila y luego huyó mientras otro auto me golpeaba pero estoy bien, el paramédico dijo que no era necesario visitar a un médico ya que no hay fractura o contusión ¿Podrías darme uno de esos calmantes? Creo que los voy a necesitar después de todo.

—Está bien pero creo que ambos estaríamos más tranquilos si te revisa un médico —no pude evitar rodar los ojos pero asentí.

—Creo que mejor te dejamos descansar, cariño —mi madre me acercó una pastilla y un vaso de agua y besó mi frente, papá acarició mi cabello y mi mejilla suavemente —Te amamos tanto Brook.

—Y yo los amo a los dos, buenas noches.

—Buenas noches —en eso una bola de pelo los empujó y se subió directamente en mi cama, no pude evitar reírme cuando Zeus babeo toda mi cara y se acurrucó a mi lado listo para dormir —¡Zeus, baja de ahí!

—Está bien mamá, ¿Quién me cuidará mejor que él durante la noche? —mi madre parecía consternada y sé que su mente hiperactiva de ama de casa solo estaba pensando en la cantidad de pelo que tendría que limpiar mañana, pero asintió bruscamente y se fue resoplando con mi padre riendo a su espalda. Me acomode mejor en la cama y le di una caricia a Zeus que se acercó para más hasta que terminó con la panza expuesta y yo rascandole hasta quedarme dormida.

•~•~•~•

—Bueno familia Tate, todo parece normal en las radiografías. No hay ninguna señal de lesiones internas o huesos rotos ¿Cómo sientes la nariz, Brook? —el buen doctor de la familia, el doctor Owen, se acercó a mi y examinó mi cara desde todos los ángulos posibles.

—Como si fuera tres veces más grande de lo normal —me quejé y él asintió, luego sacó una linterna y me hizo mirar su dedo mientras pasaba la linterna cerca de mis ojos.

—Muy bien, todo en orden —luego se dio la vuelta y se dirigió a mis padres que esperaban pacientemente en el otro lado de la habitación —Su hija está perfectamente bien, señores Tate, lo único que le recetare son vitaminas y esa hinchazón para mañana desaparecerá, también unos analgésicos para el dolor de cabeza que es normal después de un golpe tan fuerte como el que se dio. Descansa un poco y estarás de maravilla, Brook.

—Gracias Doc —me acerqué y le di un abrazo, después de todo éste hombre me había traído al mundo y me había curado de mis enfermedades desde que era pequeña, era como de la familia —¿Lo ven? No hay nada de que preocuparse, se los dije —ellos me dieron una mala mirada y luego se despidieron del doctor, tuve que aguantarme una charla sobre como los padres siempre están preocupados por sus hijos y no debo ser una malagradecida, blah, blah, blah.

Aunque lo único que levantó mi ánimo fue encontrar a un chico rubio sentado en las escaleras del porche de mi casa.

—¡Chris! —corrí hacia él que sonrió a penas me vio y me atrapó a mitad de un salto dándome algunas vueltas lo que me hizo reír con deleite.

—Hola preciosa Brook —murmuró sobre mi cabello y yo suspire llenándome de su olor y su calor, hasta que escuchamos un carraspeo y la cara enojada de mi padre apareció en mi línea de visión, bueno mierda.

Inked LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora