33.Musa

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Desperté con el olor a café recién hecho, además del sonido de los pájaros en mi ventana. Extraño, los pájaros nunca cantaban en mi ventana. Entonces abrí los ojos y vi unas sábanas color crema y todo lo que pasó la noche anterior me golpeó como un cálido rayo de sol, me estire un poco pero no vi a Chris, al menos hasta que bajé la vista y lo vi sentado con las piernas cruzadas al final de la cama.

—Buenos días —dijo con esa voz ronca y sexy de recién levantado, su cabello estaba hecho un lío con un lado aplastado y el otro completamente erizado de una forma linda, sus mejillas estaban cubiertas de esa barba que tanto adoraba, tenía un cuaderno y un lápiz en su regazo y no estaba usando más que boxers azules. Una linda imagen para iniciar el día.

—Buenos —él se inclinó y me dio un beso que me robo el aliento — días.

Me sentía ridículamente tímida en este momento, lo cual era estúpido porque él me había visto sin nada de ropa pero de alguna forma aún me avergonzaba estar desnuda frente a su intensa mirada. Me senté acomodando las sábanas a mi alrededor y tratando de peinar mi cabello con los dedos que seguro era un desastre.

—¿Qué haces? —preguntó mirándome con una sonrisa, sentí mis mejillas calentarse como era usual a su alrededor.

—Estoy bastante segura de que mi cabello es un nido de pájaros en este momento, no puedo creer que me estés mirando —él se acercó hasta que nuestras narices se tocaron.

—Te he estado mirando un rato y no creo que haya algo más hermoso, deja de preocuparte cariño —sentí como mis entrañas se calentaron y probablemente se derritieron. Joder, yo lo amaba.

—Está bien —él se alejó y me pasó una taza de café con leche y mucha azúcar, tal y como me gustaba, Chris no entendía como podía tomarlo tan dulce aunque sus palabras exactas eran “no sé como puedes tomarte esa mierda que ni siquiera sabe a café ” pero eso solo lo decía porque él lo tomaba sin azúcar lo cual es seriamente asqueroso. Lo vi garabatear en su cuaderno una vez más y no pude evitar inclinarme a espiar sobre su hombro como siempre —¿Qué estás haciendo?

—Te estoy dibujando —abrí mucho mis ojos cuando noté toda la hoja llena de bocetos míos, más que nada durmiendo pero ahí estaban, incluso había hecho caricaturas mías haciendo muecas —Me gusta dibujarte, eres mi musa.

—¿Yo? —me quedé ahí como una tonta sin saber que decir porque la verdad estaba luchando con el latido frenético de mi corazón. Yo era su musa. Él no dijo nada más, me quitó el café y lo puso junto a su cuaderno en un lugar seguro fuera de la cama, entonces me estaba besando y yo estaba pidiendo más mientras él me amaba sin decir una palabra.

•~•~•~•~•

—Vaya, esa es una linda vista para iniciar el día —chillé ante el sonido de la voz de Blake y sentí como mi cara se ponía roja al instante, sabía como me veía: cabello despeinado, labios rojos e hinchados y solamente usaba la camiseta gris de Chris con el logo de Inked. Entonces la idea de que Blake y Christopher probablemente oyeron todo lo que pasó anoche casi hizo que me desmayara pero en su lugar corrí lo más rápido que pude y me encerré en el baño mientras aún escuchaba la risa de Blake desde la sala —¡Lindas piernas, Brooklyn!

—¡¿Qué coño, Blake?! —escuché la voz de Chris y luego una sarta de maldiciones y el sonido de forcejeo, supe que ambos estaban luchando como orangutanes en la sala pero también sabía que no era en serio así que rodé los ojos y me giré para usar la ducha.

Inked LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora