Especial Día De Reyes.

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Especial Día De Reyes.

El ruido de los pasos corriendo en el pasillo era lo único que se podía escuchar en esa casa inmensa casa. Su madre sonreía al verla correr de un lado a otro, tan alegre como siempre. La pequeña de cabello castaño paró de golpé y miró extrañada a su hermano mayor quien veía televisión con desinterés, sentado en el sillón.

Con un poco de trabajo logro subir al sillón y abrazó a su hermano, él dio un ligero brinco del susto, no se lo esperaba. Sonrió levemente y con cariño acarició su cabeza. Todos los años era lo mismo.

—¡Hoy vendrán!—Exclamaba emocionada la pequeña a su hermano mayor.

—No creó que te traigan nada enana—Dijo, pero rápidamente se arrepintió al ver la cara de desilusión de su hermana pequeña, las lágrimas se acoplaron detrás de sus ojos.

—P–Pero me porté bien—Su voz comenzó a temblar indicando que lloraría, asustado le tapó la boca pero fue demasiado tarde, de ella había escapado un sollozo. La madre de ambos salió de la cocina con la espátula en mano mirando extrañada a sus hijos rápidamente al verla la niña corrió a sus brazos. Tan acogedores como siempre. La mujer cargo a su hija y miró mal a su hijo preguntándole en silencio “¿Qué le hiciste?”.

—M–Mamá—Su mirada se desvió hacia su hija quien lloraba—¿Los Reyes magos me traerán juguetes?—Preguntó con inocencia la pequeña, su madre entendió al instante.

—Te portaste muy bien Jane—Limpió los rastros de lágrimas de su cara—Te traerán muchos juguetes por que te lo mereces.—Dijo con cariño logrando tranquilizar a la niña—Ahora vé a lavarte las mano.—Dejó a su hija en el suelo quien subió las escaleras rápidamente.

Su mirada se dirigió a su otro hijo y en silencio se acercó a él. Con la espátula en mano le dio un ligero golpé en el hombro a lo que el chico se quejó.

—Auch—Miró a su madre—¿Por qué hiciste eso?—Le preguntó, cuando su madre estuvo por decirle las muchas razones del porqué, los pasos de la pequeña bajando las escaleras la distrajeron.

—Lavaté las mano y vienes a ayudarme—Ordenó su madre mientras volvía a la cocina. El castaño mayor molesto hizo lo que su madre dijo.

Jane se sentó en su silla balanceando sus pies. Le encantaba ese día...aunque no tanto como su cumpleaños pero se acercaba.

Su hermano bajo las escaleras a pasos lentos y entró a la cocina. Jane miraba atenta aquel lugar en el que tenía prohibido entrar. Su hermano salió de ahí cargando una caja con su pan favorito. Sus ojos otra vez se volvieron a iluminar. Dejó el pan en la mesa y volvió a la cocina trayendo unos platos y cubiertos. Por último llegó su madre mientras tenía en sus manos tres vasos llenos de leche achocolatada.

Cuando todos se sentaron su madre abrió la caja del pan y comenzó a cortar una rebanada para ella y su hija. Quien no podía ocultar la emoción que sentía. Dejó una pequeña porción del pan en el plato que tenía enfrente suyo y la menor comenzó a comerlo lentamente.

Su hermano cortó su propio pedazo. Yo también quisiera hacer eso, pensó observando como su hermano tomaba una porción más grande que la suya.

Cuando dio su segundo mordisco a su pan sintió un fuerte dolor en sus dientes al chocar con algo muy duro. Extrañada alejó el pan de su boca y tomó aquel extraño objeto que le había hecho daño. Era un bebé.

—Te tocó el muñeco—Dijo su hermano mirando como Jane miraba con ternura el bebé.

—Es lindo—Dijo mirando a su mamá—¿Hay más?—Preguntó y al ver como su madre asentía se sintió aún más feliz—¿Los puedo agarrar?—Preguntó sin saber lo que significa que te tocará uno de ellos, su madre río.

—Si te vuelve a tocar uno lo puedes tener—Dijo su madre mientras le daba un sorbo a su vaso.

—También tienes que comprar los tamales.

Jane le dio poca importancia y siguió comiendo su pan a pequeñas mordidas. No importaba a quien le tocará su madre siempre los terminaba comprando.

Al terminar de comer se sentó en el sillón que estaba enfrente del árbol navideño que adornaba la sala de su casa. Sentía como sus ojos se cerraban a causa del cansancio, y su familia lo notó.

—¿Por que no vas a dormir Jane?—Le preguntó su madre mirando la hora. Doce de la noche.

—Pueden llegar en cualquier momento—Dijo mientras una vez más sus ojos se cerraban.

—¿Vas a esperar hasta que lleguen?—La pequeña asintió apunto de quedarse dormida. Su madre la miró divertida. No duraría mucho.

Sólo fue cuestión de segundos para que la pequeña se quedará profundamente dormida en el sillón su madre río y se llevó a su hija a su habitación. La dejó en su cama y la tapó con las sábanas para que no pasará frío en la noche.

—Buenas noches Jane—Sin esperar respuesta depósito un suave beso en la frente de su hija y salió de la habitación apagando la luz.

[•••]

—¡Ya llegaron!—Exclamó la pequeña mientras jalaba levemente a su hermano, logrando despertarlo. Dio un bostezo y miró la hora que marcaba el reloj eran la tres.—Despertaré a mamá—Avisó la niña mientras corría hacia la otra habitación donde dormía su madre.

Con cuidado se acercó a ella y en un pequeño susurro la llamó. Karen abrió los ojos y miró a su hija quien esperaba a que se levantará para ir a abrir los regalos juntos. Se levantó de la cama siguiendo a su hija quien corría, en el pasillo se encontraron todos y bajaron, en comparación ellos bajaban con calma mientras que Jane corría desesperado.

—Más rápido—Decia la niña emocionada. Cuando todos bajaron se me dirigieron hacia el árbol y Jane miró los regalos que estaban en el suelo, tomó el más cercano y vió que era la muñeca que le había gustado al acompañar a su madre al mercado.

Soltó un grito emocionada y comenzó a ver los demás regalos que le habían traído. Cada vez que abría uno se emocionaba aún más. Ya había perdido todo el cansansio que tenía. Su hermano también tenía regalos y los abría con calma. Mientras que su madre observaba con cariño a sus hijos, todo era perfecto.

Sólo le hubiera gustado que él estuviera aquí.

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¡Hola!

¡Feliz día!

No sé si en su país tengan una tradición así, yo soy de México y si te sale el muñequito compras tamales, son muy ricos :'v

No tenía planeado hacer un especial pero mientras que veía mis notificación me fijé que alguien había hecho un especial y me dije ¿Por qué yo no? Y comencé a escribir y así termino.
Cuando era pequeña me sentìa igual de emocionada por que fuera día de Reyes ;-; Pero ya no.

¿Qué pidieron de regalo?
Yo pedí una computadora o un perrito.
¿Qué les trajeron?
Aún no sé. :V

¡Ya tengo casi terminado el siguiente capitulo! Llevó más de mil palabras c: Pronto lo subire.

Espero que les haya gustado.
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