☆Veinte☆

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-¡¿Qué haces?!- gritó.

-Abro la puerta burro- Karol se volteó y caminó hasta el sillón.

-Pero no podes moverte mucho, el doctor dijo reposo- Agustín cerró la puerta y camino tras ella.

-Ya pasó el mes de reposo y puedo moverme, no necesito que ningun doctor me lo ordene- rodo los ojos, Agustín era... insoportable.

-No cuestiones a un profesional- Karol dejó de prestarle atención para concentrarse en su anoté- ¿Dónde está Rugge?- le sorprendió no verlo.

-Se fue a recoger el auto en casa de sus papás- es que anoche había bebido demasiado como para conducir.

-¿Y se fue en bondi? Me hubiese llamado y lo llevaba-

-No te preocupes, Caro lo llevó- dijo naturalmente. Después de unos segundo captó lo que había dicho y miró a su primo- Ella... regresó- le sonrió apenas.

-Ya se- intentó sonreír- Mis tíos me contaron-

-Estuvo aquí toda la tarde- con razón- Se fueron unos segundo antes de que tu llegaras- maldita sea, podría haberse apurado un poco más y podría verla.

-¿Y que tal?- no quería parecer muy interesado.

-Genial, ella está muy bien pero... eso a ti no debe interesarte- se levantó del sillón- Vamos a comer algo- camino hasta la cocina.

-Si que me interesa- hablo para el- Mucho-

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Karol había ayudado a que decidiera. Así que cuando llegó a casa de su tía Maia preparó un bolso para pasar los siguientes cinco días en la finca de Gastón.

Habló por teléfono como dos horas con el y prometió que pasaría a buscarla temprano. Esperaba que las cosas resulten como se la imagina y no peor. No quería confundir a nadie y menos sufrir.

No quería sufrir nunca más, bastante tenía. Quizá por eso rogaba no toparse con Agustín. Pero ni rezandole un día entero a Dios podría evitar eso. Ellos iban a encontrarse en cualquier momento y el corazón de Carolina no estaba listo.

Se sentía muy estúpida por seguir tan enamorada de él. El bendito tiempo nunca hizo su efecto en ella.

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A las ocho de la mañana ya estaba lista y cargando sus pertenencias en el auto de Gastón.

-Te cuidas mi niña- Maia estaba en la puerta, aún en camisón, ahogando en un abrazo a su sobrina.

-Si- obedecía contenta- Voy a llamarte siempre que pueda- no importa la situación Maia era como su mamá y los lazos de sangre no pueden romper lo que el corazón siente.

-Me la cuidas muchacho- le dijo a Gastón que miraba tierno la escena.

-Si señora, lo prometo- sonreía.

-No me digas señora, decime Maia o, Tía como te guste- estaba sobrepasandose- Es que no se muy bien que es lo que son así que...-

-Suficiente- la detuvo Carolina- Mejor ya nos vamos- hizo muecas a su tía.

-Está bien- saludaron y partieron.

-¿Tu familia ya se fue?- le preguntó cuando estaban en marcha.

-Si, ellos se fueron ayer- explicaba mientras se concentraba en el camino-  Yo quise esperar a que te decidieras- era tan considerado.

-Siento que estamos incompletos sin Dani- Mejor cambiar de tema.

-Cuando lleguemos podemos llamarla- propuso- O nos tomamos un avión a Colombia- río.

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Karol desayunaba en el patio de su casa, hoy debería pasar por una dura jornada. Quería que la casa esté perfecta para recibir el año con toda la familia. Debía hacer compras así que se apresuró en terminar

-Hola pesado- atendió el teléfono cuando bajaba cuidadosamente de su habitación, ya estaba lista.

-¿Tenés planes para hoy perro loco?- Karol río, si primo era único.

-Voy a salir de compras- comenzó a buscar su cartera.

-¿Puedo acompañarte?- se ofreció de inmediato. No es que ese día se levantó muy servicial, en realidad tenía planeado algo. Si estaba con Karol todo el día seguro se encontraba con Carolina. Era como una trampa, el pez siempre va al anzuelo.

-Si, claro- Ella era muy inteligente pero todavía no se daba cuenta de las verdaderas intenciones de su primo- Nada más no vayas a venir con la desabrida pelos de muñeca- se refería a Julieta. Se había olvidado por completo de que ella estaba en su casa, dormida.

-Voy a ir sólo, tranquila- aseguró.

-Apúrale entonces- colgó la llamada y se sentó a ponerse los zapatos. Cada vez era más difícil vivir con esa panza, pero su bebé valía la pena. Ansiaba tenerlo o tenerla en sus brazos, todavía no sabía. Con Rugguero no quisieron saber que sexo era, preferían sorprenderse.

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Agustín convenció a Karol de no comprar tanta ropita para el bebé, aún no sabían en sexo y sería un desperdició elegir algún color. Por lo que el le compró algunos trajecitos amarillos y verdes con un montón de pañales. Quería consentir a su ahijado.

-Así que... ¿Por qué tu interés en acompañarme?- toda la mañana sospecho que no lo hacía sólo por buena intención.

-... No podes estar sola..- lo primero que se le ocurrió- Además... quería comprarle cositas para el porotito o porotita- Karol sonrió pícara, acababa de mandarse al frente solito.

-Aaaaam- tomó un sorbo del jugo que pidió- Es una pena que Caro no pudo venir ¿No?-

-...¿Ella iba a venir?- se hizo el desentendido.

-Pues no la invité, pero de todas formas ella no iba poder venir con nosotros- Agustín dio un mordisco a su hamburguesa tratando de no poner tanto interés.

-Estará muy ocupada...- Karol asintió-... Haciendo sus cosas y... ¿Vos no sabes que está haciendo?- se rió por lo pésimo que actuaba si de ella se trataba.

-¿Tú estás interesado?- le preguntó derepente.

-No... sólo me da curiosidad- se defendió- Además pregunté por sacar un tema de conversación... nada más-

Ya, okey!- Karol también mordió su hamburguesa- Igual... por sacar un tema de conversación... ella salió de la ciudad hoy...- Agustín asintió y maldijo por lo bajo.

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Hola chicos

Me disculpo por haberlos dejado con la intriga y en la espera. También me disculpo por no reencontrarlos.

Se que mis problemas personales no tienen nada que ver aquí, pero pasé un día con muchas emociones y lloré un montón, la verdad que estoy demasiado sensible y no me sentía muy apta para escribir. De todas formas prometo no fallarles nunca más 😙

Eres Lo Que Necesito Ahora Y Siempre (Aguslina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora