Lo mejor de todo esto es que ya la había terminado completamente de principio a fin, lo único que espero es que no haya ningún error en ninguna de sus fórmulas, ya que la profesora O'connor sabe muy bien que vivimos en la misma casa, y no sería de mucha ayuda tener los mismos errores en los mismos procedimientos y en los mismos lugares.

Su habitación era muy bonita a comparación de cómo se encuentra la mía en estos momentos, también la suya tiene un balcón, «Me pregunto si nuestros balcones estarán juntos» me acerque a la puerta de cristal tire un poco de la cortina para asomarme si así era, abrí la puerta y eche un vistazo, no obstante aunque estén juntas nuestras habitaciones los balcones no se juntan ni un poco. Doy un paso a atrás para entrar nuevamente, al momento de girarme pude observar la perilla girarse un poco, mi pecho comenzó a subir y bajar en cuanto me di cuenta de lo que iba a suceder, me sentía como un ladrón a punto de ser atrapado, aunque la diferencia es que yo iba a regresar la libreta al terminar de copear. Volví a recorrer la cortina de tal forma que no se diera cuenta de nada y volví a salir al balcón al ver que la perilla no se iba a detener, deslicé la puerta para cerrarla lo más rápido que pude, con el corazón a punto de salir por casi ser descubierta. Afuera no se alcanzaba a ver nada de lo que ocurría dentro, agradecí internamente por haber cerrado la cortina.

Tome aire «inhalar y exhalar, inhalar y exhalar» me recordaba a cada segundo tratando de regular mi respiración, mi pecho se fue tranquilizando poco a poco, caminaba dando círculos por todo el balcón pensando en una manera de salir de ahí, frustrada por no saber qué hacer me senté en el piso recargada a la pared cerca del barandal esperando a que: número uno: saliera a cualquier lugar, con tal de salir de su habitación, número dos: que ni siquiera se le pasara por la cabeza salir al balcón a tomar aire o hacer lo que sea que hace aquí cuando sale, o número tres: que por lo menos fuera al baño para tener aunque sea cinco minutos para salir de ahí.

Pero nada de eso paso durante un largo periodo de tiempo, mire mi reloj de mano por segunda vez desde que quede encerrada en el balcón, ocho cuarenta y cinco de la noche, había estado presente para la puesta del sol, y cada minuto que pasaba se metía más y más hasta volverse totalmente oscuro, como ahora. Los mosquitos en cuanto notaron la ausencia de luz en el cielo, comenzaron a salir, a mí no me picaban tanto, pero era molesto escucharlos zumbar cerca de mis oídos, son como vampiros, solo salen de noche porque les aterra la luz que irradia el sol durante el día. Eche un vistazo a la puerta de cristal percatándome que hay un pequeño espacio de apenas dos centímetros entre el marco de la puerta y la cortina, pude observar que aún seguía en su escritorio, dándome la espalda. Estaba comenzando a desesperarme por estar solo aquí sentada sin hacer nada, aunque por un lado me gustaba estar así, en silencio, sintiéndome tranquila, sin ruido que me moleste, solo yo y el silencio presentes. Me levante por causa de mis piernas que empezaban a dormirse, las doble y las estire hacia atrás, primero una y después la otra, me recargue en el barandal y volví mi vista al jardín, sumiendo mis pensamientos en una gran idea, un poco fuera de lugar, pero si no lo intentaba nunca sabré si pude haberlo logrado. Entonces levante la libreta del piso y la metí entre mi cuerpo y mis jeans. Empezaba a pensar que era una locura, pero tenía que intentarlo, de otro modo me quedare a pasar el resto de la noche aquí. Me acerco a la orilla del balcón y levanto la pierna derecha pasándola sobre el barandal que está un poco más arriba de mis caderas, pero lo logro, acomodo bien mi pie entre los balaustres antes de pasar el otro pie por encima del barandal, con cuidado hago lo mismo que hice con el anterior, cuando ya estoy nuevamente de pie, por la parte exterior del balcón miro hacia abajo, de esta forma llego a pensar que es mucho más alto, pero no puede ser así, simplemente ignoro ese pensamiento, para enfocarme en mi siguiente paso.

― Primer paso superado ―me aliento a seguir lo que ya he comenzado.

Trato de bajar lo más que me es posible hasta estar de rodillas entre los balaustres, donde antes estaban mis pies, respiro un poco y luego pongo una de mis manos sobre el balaustre, mientras que la otra la dejo en el barandal, estiro mi pierna derecha hacia una de las cornisas que hay en una columna cuadrada de la pared, luego mi brazo derecho lo muevo y lo apoyo sobre la cornisa de arriba que está casi a la altura de mi cintura, trato de sostenerme lo más fuerte que puedo, con mucho cuidado cambio mi brazo izquierdo a otro balaustre más cercano a la pared y cambio la pierna que falta a la misma cornisa donde está sostenido mi pie derecho.

No sé cómo es que siempre dejo de respirar en situaciones como ésta. Respiro profundo un par de veces y luego, con mucho cuidado de no caer, muevo mi brazo izquierdo de donde lo tengo y empiezo a bajar lo más pegada que puedo a la columna. Miro hacia abajo, no me falta mucho para tocar el pasto, pero mis dedos comienzan doler, siento que en cualquier momento me soltare y caeré al piso. Involuntariamente mi mano derecha se suelta de la cornisa, desequilibrándome, me tambaleo un poco tratando de sostenerme nuevamente, pero ahora la libreta comienza a zafarse de entre mis jeans, me vuelvo a soltar, ésta vez para tratar de acomodarla nuevamente en su lugar, pero con la ausencia de luz, me es imposible hacerlo, trato de sacarme la libreta de los jeans pero cuando la aviento al jardín, pierdo completamente el equilibrio y caigo golpeándome la espalda, el pasto húmedo amortigua un poco la caída pero aun así duele.

Me quedo durante unos segundos recostada en el piso esperando a que deje de doler un poco, echo un vistazo a mi alrededor en el jardín, está oscuro pero gracias a la luz que apenas sale de la ventana, a través de las cortinas deduzco que no hay nadie afuera, después miro la hora en el reloj de mano que traigo puesto: nueve quince. Me levanto de un golpe, ignorando lo más que puedo el dolor ocasionado por la caída, gateo hasta la libreta y la recojo del piso observándola que no le haya pasado nada, al parecer está bien, a excepción de algunas gotas del rocío de la noche que mancharon las rayas de la libreta, pero no es para tanto. Me levanto lentamente y camino hacía mi balcón, feliz de saber que hay un gran árbol que puedo escalar junto a este. Vuelvo a poner la libreta entre mis jeans para poder trepar el árbol, no tarde mucho en hallar la manera de cómo subir, ya que es muy fácil de trepar, tanto que no tarde más de cinco minutos haciéndolo. Me brinque con cuidado de no volver a caer, aterrice en el balcón y rápidamente entre en mi habitación, comenzaba a hacer un poco de frío ahí afuera, me senté en la silla rodante de mi escritorio aun con el dolor que tengo, empiezo a copear los trabajos para mañana de la libreta de Claire, « ¡Todo lo que tuve que hacer por una simple libreta!, y aún falta regresarla a su sitio».

Al terminar con mis deberes me percaté de que ya es la una de la mañana, del día miércoles, después de las nueve había ido a la cocina en busca de un par de manzanas y una taza de café, que en verdad no ayudaron en nada. Me levanto de la silla y acomodo los libros que tocan mañana, la ropa que usare, y finalmente el pijama y ropa interior, entro en el baño que hay en mi habitación y dejo la ropa en el lavabo, deposito la ropa que traigo puesta en el cesto de la ropa sucia y entro en la regadera, dejo que el agua llene la tina hasta cubrirme completamente, le pongo algunas fragancias al agua y jabón para hacer burbujas. Dejo que la temperatura me tranquilice, cierro los ojos por un rato. Cuando despierto el agua ha comenzado a enfriarse y la espuma se ha ido completamente, me levanto cuidadosamente, coloco mi toalla alrededor de mi cuerpo, salgo de la ducha para ponerme mi pijama.

Dos cincuenta de la madrugada, estuve en la tina por casi dos horas, mi piel aún estaba un poco arrugada, salí del cuarto con la libreta en manos, no era necesario cerrar la puerta, ya que solo la entregaría, así que la deje entrecerrada, me dirijo a la siguiente puerta, trato de abrirla cuidadosamente y me asomo, al ver que Claire está durmiendo entro sigilosamente caminando hacia su escritorio, mañana también toca cálculo, así que sería mejor si la dejo en su mochila, abro cuidadosamente el cierre y trato de meterla sin hacer el más mínimos ruido, mi intento es fallido, porque algo suena dentro, escucho movimientos en su cama, volteo, pero afortunadamente solo se ha volteado y ha quedado a espaldas de mí. Cierro la mochila al terminar de guardar la libreta, salgo lo más rápido que puedo cuidando que no se despierte. Me alegre de que fuera un poco más fácil devolverla que tomarla prestada por un tiempo. Vuelvo a mi habitación, feliz de poder dormir unas cuatro horas más, o hasta que por fin suene la alarma. 

∞SECRETS∞Where stories live. Discover now