El Regreso de una Prodigio [Haikyuu!!]

Capítulo 4

—Antes de que me mudara a Tokio, yo jugaba...— Miró de nuevo a Yamaguchi. Quien la miraba con interés. Soltó un suspiró.— Voleibol.

Yamaguchi sonrió con satisfacción.— Algo me decía que eso era.

—Así que cuando entré a la secundaria en Tokio, me uní al club de chicas. Entrenaba mucho y disfrutaba de los torneos y esas cosas. Pero... En mi último año de secundaria, cuando íbamos a nuestro primer partido en el Torneo Nacional-

—¿Qué?—Yamaguchi preguntó, interrumpiendola.—¡¿T-Tu fuiste a un T-Torneo N-Nacional?! ¡Genial Akari! Eso quiere decir que eres muy buena jugando.— La felicitó.

Akari se sonrojó por los halagos del chico.— B-Bueno... No era tan buena, supongo.

—¡Sí llegaste a un Torneo Nacional en Tokio fue por eras muy buena, ¿cierto, Tsukki?!— Se giró al de lentes.

Este miró en dirección a su amigo.—¿Qué dices?

—¿No escuchaste? ¡Akari dijo que fue al Torneo Nacional cuando estaba en Secundaria!

Tsukishima se giró a ella.—¿Es verdad? ¿Representando a quién?— Preguntó.

Akari jugó con sus dedos.— Tokio.

El rubio se sorprendió, pues dejó el libro de vuelta a su mesa.—¿Tokio?— La chica asintió.— Tokio es muy grande, muchas escuelas se peleaban en ese entonces por conseguir siquiera calificar para cuartos de final en la prefectura. Tu escuela debió ser muy fuerte. ¿A qué secundaria pertenencias?

Akari sintió que no debía decir más, pero si el rubio parecía muy interesado, quería seguir respondiendo a sus preguntas.— Hōkusu. No era una escuela muy popular hasta el año pasado. Yo era la vice-capitana del equipo.

Tsukishima procesó aquello. Recordaba el año pasado haber visto un partido del Torneo Nacional. Hōkusu...  Pensó. Con razón me parecía ésta chica conocida.—Akari-san.— Dijo, mirándola fijamente a los ojos.— ¿No eras tú a la que llamaban "Chica Prodigio"?

——

Kageyama miraba a los chicos frente a él mientras comía.
Era el almuerzo, los tres estaban sentados comiendo de su lonche en el lugar que Yoshida-san había encontrado para que ellos pudieran entrenar.
Lo del día anterior lo traía algo inqueto. La chica castaña que había hecho una escena con su amiga y había dicho aquella confesión de haber dejado el Voleibol, seguía en su cabeza.

No tenía idea de porqué, seguramente era por que le seguía parenciendo conocida, o quizá por lo que dijo después:

“...Hasta que dejé de jugar...”

¿Por qué lo habría dicho? ¿Qué era lo que había hecho que dejase el Voleibol? Quería saber, pero no quería que Yoshida-san se enojara con él por ser tan entrometido.

—Oye, Yoshida-san.— Dijo Hinata. Ambos miraron al más pequeño.— Akari-san, la chica de ayer... Ella... Humm, dijo algo inesperado.

Yoshida asintió a lo que el naranjo dijo.— Tienes razón, me disculpo por ella.

Hinata levantó las manos y las agitó frente a su rostro.—¡N-No! No me refería a eso. Lo que quería decir era...— El chico calló, incapaz de terminar la oración.

—¿Por qué lo dijo?— Terminó Kageyama por él. Yoshida y Hinata lo miraron.— Eso ibas a decir, ¿n-no?

La chica arrugó la bolsita en la que traía su almuerzo y la colocó en su bolso.— Akari dejó el Voleibol, es todo. ¿Por qué les preocupa?