Capítulo 22: Amenazas

13.5K 1.6K 451
                                    

Siento el frío viento golpear mi cuerpo mientras entra por la ventana. Pasa por mi piel como aliento frío. Estoy temblando. No siento la manta sobre mí. Es entonces cuando todos mis sentidos se activan totalmente. Abro mis ojos con pesadez, pero los cierro de nuevo, acurrucándome para tratar de sentir calor, sin recordar, por un momento, lo que había pasado la noche anterior.

Pero cuando lo hago, entonces espero sentir la presión suave de una mano sobre mi cabello, pero me siento tan liviana como una pluma. Veo en mi mente imágenes de unos ojos azul claro, un color misterioso e inédito. Veo la piel pálida y suave, reflejada por la luz. Recuerdo todo lo que pasó antes de quedarme dormida. Es ahí cuando abro mis ojos abruptamente, y el silencio y la soledad de mi oscura habitación son lo único que puedo sentir.

La ventana está abierta de par en par, y las cortinas se mueven al suave meneo del viento. Afuera, la luna llena ilumina los jardines, y la luz entra a mi habitación con un aspecto fantasmal.

Fantasmal.

Dirijo mi mirada al lado derecho de mi cama, confundida. Charles se ha ido. No puedo evitar extrañarme por esto, pues al mirar el reloj de mi mesita de noche, compruebo que han pasado pocas horas desde que caí dormida. Esperaba en lo más profundo de mí que permaneciese conmigo incluso más tiempo. ¿Estoy siendo demasiado exigente? Tal vez debería darle más espacio, sin duda. Que se haya quedado conmigo hasta estas horas ha sido suficiente.

Pero no puedo volver a cerrar mis ojos, pues el sueño se ha esfumado por completo. Ahora sólo estoy sentada en mi cama, aún con la ropa que traía ayer, observando hacia la ventana y el horroroso aspecto de la sombra de las ramas contra mi pared. Y sin poderlo evitar una sonrisa se forma en mi rostro, al pensar en él, en sus ojos, en todo.

Miles de pensamientos pasan por mi mente, y no hago nada por tratar de quedarme dormida de nuevo. Me pregunto a dónde ha ido; incluso me cuestiono levemente si sólo estaba soñando que ha estado recostado a mi lado. Después de unas tres horas de insomnio y profunda meditación, decido que quedarme aquí, en mi cama y sin evidentes ganas de volver a dormir, no es algo viable en el momento, pues no estoy cansada, y la soledad me abrasa cada vez más. Sólo pienso en él, ¿debería ir a buscarlo? ¿Estará conmigo en este momento, en la casa?

Observo de nuevo el reloj de la mesita de noche, mientras me coloco silenciosamente mis zapatos, estirando antes mis músculos. Son las dos de la mañana.

Me levanto, observando por la ventana un momento, sin haberme dado cuenta de que, sobre el escritorio, hay una nota escrita con una letra que es ahora muy familiar para mí. Sonrío nuevamente, tomándola en mis manos y leyéndola con dificultad, a falta de luz.

''Espero que estés descansando, tierna Emma. He debido irme antes, pues hace mucho que no visito a Dora y Plutón y ya me hacen falta también.

Nos veremos pronto.

Charles''.

Entonces siento un poco de decepción al darme cuenta de que no está en la casa, pero la promesa de vernos pronto me mantiene feliz y despierta.

Doy la vuelta y salgo de mi habitación rápidamente, el aspecto del corredor no es mejor que el de mi cuarto. Todas las cortinas están abiertas, y nuevamente las sombras de las ramas se reflejan en las paredes como garras asechándome. La habitación de papá, que queda en medio del corredor, está entreabierta, y puedo ver la luz del televisor salir de ella, sé que no está despierto, y suspiro, esperaba tener a alguien con quien hablar. Estar despierta, tan temprano, no es algo que acostumbro. Pero por alguna razón no quiero quedarme en mi cuarto.

Me dispongo a bajar a la cocina por algo de comer, pero mi ojo capta algo que no parece encajar en el ambiente: al fondo del gran corredor, con la puerta entreabierta, la habitación principal se ve levemente iluminada. No es la electricidad, es casi obvio. Son velas las que generan esa luz. Velas que han permanecido apagadas desde hace más de cien años.

Desde hace un sueño (En físico en Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora