TRAGEDIA

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– ¡Wes! ¡Wes, ven aquí!

La voz de mi hermano desde la planta baja me despertó de pronto. Me levanté apaciblemente y bajé las escaleras para encontrarlo.

– Son las cinco de la mañana, ¿qué haces despierto? – dije somnoliento, mientras caminaba hacia mi pálido hermano, quien tenía el teléfono en la mano y un semblante de confusión.

– ¿Estás bien? ¿Pasó algo? – pregunté asustado

– Es un hombre, un doctor, dice que tiene algo muy importante que decirnos sobre nuestro padre.

Tomé el aparato de su mano y hablé con voz masculina, incrédulo de lo que oía. ¿Qué podría ser tan importante para tener a Mason en esta situación?

– ¿Quién es, y qué quiere a esta hora?

– ¿Hablo con Wes Nolan? Buenas noches, mi nombre es Paul Miller, soy un antiguo colega de Andrew Nolan, su padre ¿no es así? Siempre ha sido un muy buen jefe, no sé si les habrá contado de mí – respondieron de otro lado de la línea.

Su voz se oía temblorosa, parecía nervioso y asustado a la vez. Sin embargo me mantuve firme.

– Vaya al punto – respondí secamente, la verdad nunca había oído de él, lo que me producía desconfianza en lo que fuese a decir.

– Pues, el doctor Nolan... se ha ido

¿Qué quería decir con eso? Guardé silencio esperando algún comentario de su parte, pero él hizo lo mismo que yo. Mi hermano mantenía su oído tan cerca del teléfono que apenas podía sostenerlo con mis manos.

Nos miramos estupefactos intentando disuadir la extraña y confusa noticia que nos habían comunicado. Mason tomó agresivamente el aparato, ahora se veía molesto.

– ¿A qué te refieres con que se ha ido, idiota? Además, ¿qué certeza tengo de que no nos mientes?

– Créanme, jamás le mentiría a nadie con algo así – explicó entre vacilaciones – y no habría buscado el número de teléfono entre los archivos del hospital si no fuese algo realmente importante. He trabajado con el Doctor Nolan por más de diez años, y nunca me atrevería a hacer una broma de tan mal gusto, yo siempre lo he admirado de sobremanera, por eso es que decidí informarles apenas recibí la noticia. Escúchenme por favor, su padre, Andrew Nolan se ha ido. Está muerto, está... está muerto.

No bien hubo terminado de pronunciar la última palabra colgó el teléfono, luego de un segundo sólo se oía ese ronco pitido. Mason y yo nos quedamos atónitos, preguntándonos qué había sido esa llamada tan extraña, y si ese hombre decía la verdad.

– ¿Niños? ¿Qué están haciendo? – la voz de Karen despertando nos sobresaltó a ambos – ¿por qué tienen esas caras? ¿Sucede algo?

– Un imbécil llamó, dice que es un doctor, colega de papá, y que está muerto. No me creo una palabra, Karen – se volteó para verme – y tú tampoco debes hacerlo hermanito.

Yo estaba de pie, inmóvil, mirando el suelo fijamente y con los ojos extremadamente abiertos. Apreté los puños y alcé la cabeza, y luego de un suspiro tomé nuevamente el teléfono y marqué un número que conocía de memoria.

– Amigo Andrew – oí la cálida voz del policía – ¿A qué debo el placer de tu llamada?

– Beau – respondí

Mi amigo pareció sorprenderse al escuchar una voz inesperada. Probablemente interpretó mi tono de angustia.

– Wes, ¿qué ocurre?

Von dem Schatten (Desde las Sombras)On viuen les histories. Descobreix ara