『¿ESTÁS BIEN?』

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-Por favor... Ya basta- susurró a la nada mientras se dejaba caer de rodillas en el suelo, con la mirada perdida en el mismo -Ya no quiero más ... Detente- repitió pero nadie apareció, estaba solo, inmerso en la oscuridad de la habitación, sus pupilas rojas como la mismísima sangre, siempre con un brillo peculiar que expresaba las características de su portador, ahora yacían opacas, vacías, tal y como se sentía el esqueleto en este momento -me duelen tantas mentiras y falsas esperanzas, quiero que se termine de una vez por todas...- sus manos se encontraban tensas, cerradas con fuerza y temblando ligeramente, parecía que sus huesos se romperían por la fuerza aplicada pero eso no le importaba, nada le importaba, unas pequeñas lágrimas color carmesí amenazaban con salir, sin embargo, una parte en su mente aún se encontraba consciente y por ello no se permitiría derramar ni una sola lágrima, al menos no por ahora, trataba de encontrarle sentido a todo lo que le estaba pasando, el por qué tiene que seguir sufriendo por un amor no correspondido, ¿por qué en primer lugar se enamoró de su hermano?, de un momento a otro su cuerpo entero se puso tenso al escuchar la tormentosa voz que yace en su mente con su típico tono de burla "Mírate... Tan patético, me da lástima verte de esta forma después de todo lo que has hecho, ¿sabes que eres uno de mis juguetes favoritos?, y por lo visto, las cosas finalmente se están volviendo interesantes". Sans se levantó lentamente del suelo con la mirada en busca de la voz y recurriendo a la poca energía que le quedaba decidió encarar a lo que sea que le hablaba, él no era un juguete, no permitiría que alguien que nunca se ha dejado ver le diga esa clase de cosas -Deberías mirarte en un espejo primero, miserable, ¿cómo eres capaz de decir eso si nunca te has mostrado frente a mí?, eres mucho más débil que yo y  nunca seré tu marioneta- mencionó con determinación, era cierto que estaba cansado pero esa voz también lo tenía harto, que se metiera en su mente y jugara injustamente con ella pero, ¿acaso existe la justicia en este mundo?, en respuesta lo único que obtuvo fue una escalofriante risa, resonando por todos lados sin especificar algún punto de la habitación, poniéndose en posición de defensa Sans esperaba cualquier cosa, sin embargo nada más que una sombra se formó a unos metros de su lugar, cerca de lo que quedaba de la puerta principal "¿Querías verme?... Pues aquí estoy" dijo la sombra comenzando a avanzar hacia el esqueleto, Sans por instinto activó su magia y retrocedió unos cuantos pasos fijando su mirada en cada movimiento de su contrincante -¡¿Quién eres y qué quieres?!- le gritó pero no recibió respuesta, aquella sombra simplemente detuvo su andar, los ojos del contrario relucían entre la penumbra, rojos y brillantes como los que alguna vez Sans tuvo, la poca iluminación del cuarto no dejaba ver el cuerpo de la sombra de forma clara, pero de algo estaba seguro, tenía el cuerpo de un niño.

(...)

Papyrus no comprendía lo que estaba sucediendo, iban caminando por Snowdin cuando ya no sintió al menor seguir sus pasos, pero si se escuchó un golpe sordo en la nieve, Sans se había desmayado de un momento a otro -Espero que no esté borracho el imbécil o lo despertaré a golpes- se dijo a sí mismo regresando sus pasos hacia su 'hermano' -¡imbécil despierta saco de mierda!- lo pateó con poca fuerza comprobando que estuviera vivo, aunque si fuera el caso contrario se habría vuelto polvo -¡Estúpido bueno para nada!- dijo y repitió la acción de patearlo aplicando un poco más de fuerza en ello pero sin obtener resultados. Soltando un suspiro y dispuesto a golpearlo para que despierte algo llamó su atención, Sans mantenía un gesto entre preocupación y dolor, eso sería algo normal pero el rostro del esqueleto desmayado se estaba coloreando de un tono rojizo, se notaba incómodo y comenzaba a temblar levemente, Papyrus se arrodilló enfrente de él y puso una mano en la frente del contrario comprobando algo, Sans tenía fiebre, su cabeza al igual que el cuerpo se encontraban calientes y estando en plena nieve solo podría agraviar el problema.

-"no es mi problema"- pensó decidido a dejarlo a su merced en el frío, sin embargo, algo no le permitió irse, por lo que viendo hacia todos lados comprobó que no había alguien mirando para no dañar su reputación y tomó al mayor en brazos retomando su camino, directo a 'casa' cargándolo como Sans lo cargaba cuando aún era un niño después de lastimarse en una pelea o tropezaba con las rocas ocultas en la nieve, ¿cuándo fue que las cosas pasaron de mal a peor en su relación?, sin embargo algo volvió a llamar su atención, Sans es un esqueleto regordete por toda la mostaza y comida grasosa que come a diario, pero ahora por alguna razón se encontraba más liviano, acaso ¿había dejado de comer? ¿Ya no comía la misma chatarra de antes? O ¿estará haciendo ejercicio?, Papyrus por obviedad descartó la última opción y sin darse cuenta aceleró el paso.

Al llegar abrió la puerta con una mano mientras que con la otra sostenía al mayor, aunque a decir verdad no se le hizo tan complicado como esperaba por el tema de que pesaba menos, al entrar cerró la misma con un pie y se dirigió escaleras arriba, justo donde las habitaciones se encontraban, ingresando en el cuarto del esqueleto en sus brazos, sin embargo la habitación se encontraba hecha un completo desastre por lo que tuvo que esquivar algunas cosas que se hallaban esparcidas por todo el suelo mientras hacía su recorrido hacia la cama donde todavía tuvo que tirar una cantidad de ropa exagerada que se encontraba encima probablemente sucia, luego recostó a Sans suavemente en la misma y lo cubrió con las sábanas, pero éstas se hallaban sucias y maldiciendo mentalmente fue a buscar unas que se encontraran limpias en su propia habitación puesto que en su armario guardaba unas de repuesto, -ahora que lo pienso... no había vuelto a entrar a su habitación desde el accidente...- soltó un suspiro y tomo las sábanas, disponiéndose a regresar pero...

"Crack"

El sonido de una ventana proveniente de la habitación de Sans resonó por toda la casa obligándolo a soltar lo que traía en las manos y correr hacia la habitación de su hermano sorprendiéndose al momento que abría los ojos completamente.

La única ventana que había estaba rota, Papyrus dedujo que por los pocos cristales que hay dentro de la habitación  probablemente haya sido destruida en un intento desesperado de escape... Y hablando de eso, sintió como un profundo malestar invadió su interior, combinación entre pánico y preocupación puesto que -Ya no está...- dijo admirando una cama vacía.

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Finalmente actualización, puede que me hayan extrañado :3 o no :c
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Atte:ArixReinitax

ANSIEDAD - Underfell FontcestWhere stories live. Discover now