Capítulo cinco

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« Harry's POV »

Estaba perdiendo la cabeza. Desde que sin querer hice que Alice se torciera el tobillo, empecé a llevarla y traerla del instituto conmigo en el coche, por lo que volvimos a acercarnos un poco más el uno al otro. Y yo estaba ya volviéndome loco. Sabía que apenas quedaban dos días para que el curso acabara. Por tanto, quedaban tres días para que Alice se fuera a un convento. Nunca creí que realmente fuera a conocer a alguien que entrara en un convento. Y mucho menos que ese alguien fuera la chica a la que tantas ganas tenía. No sabía qué hacer. No dejaba de soñar con Alice, pensar en Alice... no podía sacarla de mi cabeza, y en tres días tendría que sacarla de mi vida.

— ¿Harry? ¿Estás bien? – preguntó Alice, cuando ya estaba aparcando frente a casa.

— Sí... – susurré, sin querer mirarla.

— No pareces estar bien... ¿quieres hablar de algo? Has estado cortante todo el día.

— No quiero hablar de nada, Alice – dije cortante, saliendo del coche. Ella se apresuró en seguirme.

— ¿He hecho algo que te haya molestado, Harry?

— No, todavía no. En tres días lo harás.

— Oh... es por eso.

— ¡Claro que es por eso! ¿En serio quieres que esté bien sabiendo que no voy a volver a verte?

— Harry... esto es lo que he querido toda mi vida. Desde que tengo memoria. Es para lo que he estado preparándome toda mi vida.

— ¡Pues no está bien! – bufé, abriendo la puerta principal y yendo hacia mi cuarto.

Alice no me siguió. No le gustaba la confrontación, ni discutir, así que simplemente cerré mi puerta de un fuerte golpe y me tiré sobre la cama. Un par de horas más tarde, escuché unos tímidos golpes en la puerta. Suspiré y le dije a Alice que entrara. Sabía que era ella porque no era posible que mi madre o Aaron hubieran llegado todavía de trabajar. Efectivamente, Ali entró poco a poco en mi cuarto. Se acercó hasta la cama y se sentó en ésta.

— ¿Qué quieres, Ali?

— Hablar contigo.

— ¿De qué?

— Yo también te he cogido cariño estos meses, Harry. Y también me va a ser difícil despedirme de ti. Pero tienes que entender que esto es lo que he querido hacer... desde siempre. Tú también te terminarás marchando... ahora que te he ayudado a aprobar, podrías entrar en la universidad si quisieras... Es la vida. La gente entra y se marcha de ella. Pero que se vayan, o que no les vuelvas a ver, no significa que te olviden. Yo no voy a olvidarte, Harry.

— ¿Por qué quieres hacer esto?

— Porque quiero dedicar mi vida al Señor.

— ¿Por qué? Si tan poderoso y sabio es... te ha dado una vida para ti, para vivirla. No para que se la dediques a él... para eso ya tendrás la eternidad cuando mueras y vayas al cielo... ¿no?

— Entiendo que tu falta de fé te haga cuestionar mis decisiones, aunque intentara explicártelo, jamás podrías llegar a entenderlo.

— Lo que te dije hace unos meses sigue en pie.

— ¿El qué?

— Que no quiero dejarte meterte a monja sin que hayas, siquiera, besado a un chico una vez.

— Harry... – murmuró, bajando la mirada al suelo.

— Ali, me gustas mucho. Y me muero de ganas de besarte desde hace meses... solo quedan tres días para que desaparezcas de mi vida. ¿Me dejarías, por favor, besarte una sola vez?

Amen · DISPONIBLE EN DREAMEWhere stories live. Discover now