Capítulo veintiuno

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—¿Quieres desayunar fuera? —fue lo primero que preguntó.

—Sí... Digo, si te parece bien.

—Vamos.

Se sentó y besó mis labios, para luego levantarse de la cama. Ambos nos preparamos para salir. Cuando estuvimos listos, ella insistió en salir por la puerta trasera de la casa y tomar el auto de su hermana. Ella condujo hasta la cafetería más cercana y tomamos asiento, ella frente a mí.

—Siento mucho que me hayas visto anoche oliendo a eso, yo estaba con unos amigos y ellos la llevaron y siéndote sincera, me tenté —se excusó—. Disculpa.

—Ya pasó —traté de darle una sonrisa sincera.

—¿Qué tal todo en casa? Thomas, Mel, Lorianne... —mi cuerpo se tensó al oír su nombre— ¿Qué ha sucedido con ellos?

—Pues... Thomas está en algo más serio con Jenna, Mel dice que quiere que la llames y Lorianne... tiene salud.

—Fantástico —me sonrió.

Llegó una mesera y tomó nuestras órdenes. Cuando se retiró, seguimos hablando.

—¿Qué hiciste en año nuevo? —le pregunté.

—Estaba con mis amigos.

—¿Te la pasaste bien? —curioseé.

—Oh, claro que sí. La fiesta estuvo de locos, fue increíble —dijo sin evitar sonreír—. Había un tipo completamente ebrio colgando del techo, fue lo mejor.

—Me alegro —le sonreí también—. Y... ¿con quién estabas anoche?

—Con Will y Sandy, mis amigos de la secundaria. Me emocioné tanto cuando los vi de nuevo, ¡fue como tener 17 de nuevo! —exclamó riendo— Supongo que entenderás eso, te sucedió cuando viste a Lorianne.

Mierda, el nombre otra vez.


—Sí, sí... Ella llegó y yo dije: "¡Genial!" —inventé.

No sabía qué decir, sinceramente.

—¡Lo ves! Tú me comprendes —sonrió—. Por cierto, quiero que conozcas a Will y a Sandy, ¡no puedes irte de Minnesota sin hacerlo!

—¿Dónde están ellos?

—Les diré que vengan a desayunar con nosotros —dijo sacando su celular y tecleando rápidamente.

—Bien... —dije no muy convencido.

  
La mesera trajo nuestros desayunos y empecé a comer tranquilamente, mientras Ash me contaba cómo había conocido, en la secundaria, a sus mejores amigos de Minnesota. Una larga historia de poco menos de una hora.

—Los veremos esta noche —anunció, sin dejar de mirar su celular— en casa de Sandy.

Asentí y bebí de mi café.

No podía pensar cosas malas de los amigos de mi novia, no los conocía. Pero ya tenía una imagen de ellos: un chico, una chica, rodeados de humo, bebiendo, riéndose de cada estupidez que saliera de sus cerebros alucinantes, junto a Ashley, en el mismo estado. Claro, estaba usando estereotipos, no podía juzgarlos basándome en mi imaginación, pero no me era posible visualizarlos de otra manera.

—¿Nos vamos? —sugirió, luego de que pagué la cuenta.

—Claro —le sonreí a medias.


Nos levantamos de nuestros asientos y fuimos al auto.

Durante la tarde, no hicimos más que hablar cosas sin relevancia y mirar la TV, la verdad. Sentía que no teníamos la relación que solíamos tener antes de que se fuera. No sabía si era por el factor "Lorianne" o porque ella había cambiado. Supuse que fue por ambas cosas. No sabía qué sentía por la pelirroja, pero sabía que era peligroso, a pesar de que ya la había perdonado. Era peligroso porque tenía a Ashley y la amaba, o al menos eso quería pensar.

Bienvenida Otra VezOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz