Capítulo siete

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Al terminar de mover los sofás en distintas posiciones que tenían cada uno, Ashley me ofreció beber algo y comer algún bocadillo. Acepté y ella me sirvió un vaso de su jugo de frutas casero, lo cual me resultó extraño, porque no creí que me fuera a dar jugo.

—Así que eres nuevo en el edificio —asentí—. Ya hacían falta vecinos bonitos por aquí.

Ella iba a beber de su vaso, pero se detuvo al pensar lo que había salido de su propia boca.

—Es decir, vecinos bonitos de... de personas jóvenes, amables... No creas que siempre ando buscando vecinos atractivos físicamente —hablaba rápido mientras que su rostro se tornaba color rojo—, porque no es que tú no seas un vecino bonito, es que yo...

—Ya comprendí, tranquila —le interrumpí, con una sonrisa—. En realidad pienso que duraré bastante tiempo viviendo aquí, me gusta mucho.

—Mi compañera y yo venimos a vivir aquí justo cuando terminamos el primer año de universidad —explicó—. Y en realidad es bastante acogedor.

—Lo es.

—Y dime, Chad, ¿a qué te dedicas? —me miró con atención.

—Me gradué de arquitecto hace unos meses y por el momento no lo estoy ejerciendo, esperaré un par de meses más.

—Genial, así que supongo que debes hacer varias cosas. Sabes dibujar, ¿no? —asentí— ¿Qué dibujas?

—No lo he vuelto a hacer, pero solía dibujar cualquier cosa, escena o persona que veía en la secundaria, era bastante entretenido.


Recuerdo que Lorianne me decía que dejara de dibujar, aunque le "gustaban" mis dibujos, y que fuéramos a hacer otra cosa.

—Algún día debes enseñarme alguno de tus dibujos.

—Lo haré.


Tomó mi vaso vacío y el suyo y los llevó al fregadero. Volvió a su antiguo lugar, mirándome.

Ashley era una chica linda, rubia, sus ojos oscuros y una mirada cargada de curiosidad. ¿Qué provocaba que su mirada estuviera así? Sí, era "nuevo" en el edificio, pero eso no tenía nada de extraordinario.


—Tal vez no sea de mi incumbencia, pero ¿qué hacías sentado en las escaleras?

—Pues, estaba esperando a la chica que tiene mis llaves —su sonrisa se borró.


¿Qué pasaba? ¿Por qué de repente se veía seria y decepcionada?

—¿Qué pasa? —pregunté.

—Sabía que esto era un error —se puso las manos en el rostro—, ahora tú tendrás problemas, yo tendré problemas y probablemente muera atacada por una chica y sus celos de novia alfa.

—Espera, ¿qué? —sonreí— ¿Novia? —asintió y quitó sus manos de su rostro— No, no tengo novia —reí levemente.

—¿Entonces? —preguntó con un poco de vergüenza.

—Ella es mi... —me detuve.


¿Le diría que estoy viviendo con mi ex? No sabía qué tan raro sonaría eso, aunque en realidad, lo había dicho varias veces ya y las expresiones de mis receptores no eran muy gratas.

Bienvenida Otra VezUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum