Capítulo 13

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Voces distorsionadas se escuchaban a lo lejos, por más que deseaba entender lo que decían me resultaba imposible, la cabeza me dolía como la mierda. ¡Puta resaca!

La negrura que me envolvía se fue disolviendo poco a poco, intenté abrir los ojos pero mis parpados estaban demasiado pesados. Unas risas llamaron mi atención. ¿Dónde estamos? Intenté reintegrarme a la realidad una vez más, la luz dañaba mi vista, volví a cerrar mis ojos para darles un descanso antes de que volvieran a enfrentar la claridad.

Un murmullo se sintió a unos pasos de mí. Logré aclarar mi vista y me arrepentí en el momento de no haber seguido en la inocente inconsciencia. ¿Qué había pasado? Los recuerdos de nuestro encuentro con Anna se agolparon todos juntos en mi memoria, sus manos, sus besos, y por último su cara de terror. Nos habían secuestrado.

¡¿NO ME DIGAS GENIO?! ¡¿En serio?! ¡¿Tú crees?! ¡Nah! No puede ser, seguro que nos ganamos un premio a unas vacaciones gratis.

No voy a hacerte caso, ni a ti ni a tu sarcasmo.

Seguramente Jason está detrás de todo esto.

Que extraño, por primera vez estamos de acuerdo en algo.

Tres hombres estaban dentro de la sucia habitación, a algunos metros de mí Anna estaba sentada en el piso, atada con cadenas de pies y manos, con un corte en el labio y una mirada fría y calmada. Alguno de estos hijos de puta la había golpeado.

Sólo en ese momento me volví consciente de mi estado, la ratoncita no era la única atada en la habitación, pero mientras que ella estaba sentada en el piso, con las manos y pies atados delante de su cuerpo, yo estaba acostado de lado con las manos y pies atados en la espalda ambas cadenas unidas por una tercera, restringiéndome así cualquier tipo de movimiento. Eran listos, sabían que yo era la mayor amenaza en este cuartucho.

Los tres miraban a Williams con diversión, mientras que ella lucía indiferente ante su presencia, mirándose las uñas con aburrimiento. Por un segundo su mirada cruzó la mía e intenté transmitirle que todo estaría bien, porque después de todo era lo único que podría hacer por el momento, intentar. Uno de los hombres volteó en mi dirección y al ver que estaba despierto sonrió con malicia.

-La bella durmiente despertó de su sueño encantado, ya era hora, nos estábamos aburriendo- Sentí su pie golpear fuertemente mi estomago, quitándome el aire.

La pesada puerta de metal rechinó al abrirse de par en par dejando ver a un cuarto sujeto, este último parecía más un profesional, los otros claramente eran amateurs, lamentablemente no sabía quién podría llegar a ser peor, alguien con la cabeza fría que supiera como explotar las diferentes debilidades de sus victimas o unos imbéciles sanguinarios capaces de torturar por placer, pero que podrían a largo plazo cometer algún error que propiciara nuestra libertad.

-A él lo mataremos lentamente. A ella el jefe la quiere entera, su familia tiene mucho dinero así que podremos pedir un buen rescate- Les dijo a los idiotas –Veamos qué tanto te quieren tus padres princesa- Sonrió dirigiéndose a Williams que le respondió rodando los ojos y negando con la cabeza.

-Esta niña necesita aprender modales, su familia la querría igual aún sin un par de dedos ¿no?- Una sonrisa diabólica se instaló en el rostro del hijo de puta que me había pateado.

Una carcajada sonora, lunática, invadió el ambiente, todas las miradas se dirigieron a la castaña causante del alboroto, quien se recostó contra la pared estirando una mano en dirección al hombre que la había amenazado al tiempo que levantaba una ceja retándolo a llevar a cabo su plan. Mi estomago se contrajo el verlo dar un paso en su dirección.

La Nerd PerfectaWhere stories live. Discover now