Capítulo 18 "-¿Quién eres realmente?"

48.7K 4K 1.4K
                                    

En multimedia: El asombro en los ojos de Emma.

Hago todo lo posible por calmar mi respiración. Ya han pasado unos quince minutos y no ha llegado, creo que tomé prisa sin razón.

He pensado en el plan perfecto para conseguir respuestas y lo voy a llevar acabo.

No puedo quedarme más tiempo en la ignorancia, quiero saber más, ¡necesito saber más! Es decir, ya estoy lo suficientemente metida en esto, ¿por qué no saberlo todo ya?

Sé que hay algo extraño en todo esto, sé que es algo anormal e inhumano, ¿pero qué podría ser? No tengo idea, pero voy a averiguarlo.

Sigo manteniendo los ojos cerrados por las dudas, y justo cuando pienso en darme por vencida y abrirlos, escucho el leve sonido de la ventana siendo abierta.

Oh Dios... El corazón se me va a salir del pecho. Debo calmarme. Respirar hondo y permanecer consciente.

Los suaves pasos de Adam se van acercando hasta mí con cautela.

¿Sabrá que estoy despierta? ¿Puede escuchar el latir de mi corazón? ¿Qué es realmente? ¿Tiene súper poderes? ¿Tendré miedo? ¿Me hará daño?

"¿Me hará daño?" siempre lo hace, no sería una gran sorpresa que lo volviera a hacer.

¿Y si se le ocurre golpearme? Muchas veces ha recurrido a la violencia, como aquella vez que me empujó en el callejón con mucha fuerza o hace unos días cuando me soltó y caí de rodillas en el suelo. No sé si su intención realmente es hacerme daño o si lo hace inconscientemente. Pero entonces, ¿por qué me sanó las piernas? ¿Y aquella vez que amanecí con los codos curados? Esto es demasiado confuso. Él es demasiado confuso.

Sigo sintiendo su presencia en la habitación, cauteloso, receloso, como si de él emanara un aura maligna pero protectora y expectante. Hasta que finalmente puedo escuchar su voz.

-Hay tanto que aún no sabes...

Casi frunzo el ceño por inercia, pero me detengo para seguir en mi papel de bella durmiente. Él sabe, tiene las respuestas que busco.

Siento como se hunde una parte de la cama. Se ha sentado.

"Emma, respira" me hablo mentalmente. Esto tiene que funcionar, pero su simple presencia hace que me ponga nerviosa y que mi corazón bombee con más rapidez.

Sé que sus ojos están clavados en mí, puedo sentir su penetrante mirada escaneando mi cuerpo.

Solo debo esperar un poco más...

Se queda sentado allí, observándome por una hora aproximadamente. Sin decir nada, solo contemplándome. Lo raro es que no me resulta incómodo ni psicópata, sino protector y de algún modo reconfortante.

¿Eso es lo que hace? ¿Me está cuidando? ¿Pero por qué haría eso? Se supone que no le importo y todo el tiempo solo intenta alejarme de él, aunque siempre es él quien vuelve a buscarme.

Siento como se levanta de la cama y a paso ligero se acerca más a mi rostro. Puedo sentir esa electricidad que ocasiona su cercanía e inconscientemente me estremezco.

Al parecer él no se percata de aquello, pues sigue acercándose y finalmente se agacha para plantar un beso en mi mejilla.

Cuando siento sus fríos labios chocar por mi piel, sé que es el momento de actuar. Abro los ojos rápidamente y me lanzo hacia él, logrando que ambos caigamos al suelo. Logro hacer que al caer mi cuerpo quede sobre el suyo.

ADAM (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora