Capítulo 14 "-¡No te me acerques!"

48.9K 3.9K 835
                                    

En multimedia: Adam saliendo de "Destello"

"Daniel. Tina. Asesino"

Esas palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza, haciendo que se graben permanentemente allí.

"Daniel"

¿Era él? ¿Fue solo un sueño? Pero él siempre fue tan amable conmigo, siempre se preocupó, más de lo que debería...

"Tina"

Él sabía que en la habitación de mis padres estaba la única tina, ¿pero cómo? ¿Ha estado espiándome?

"Asesino"

¿Él... Él es un asesino? ¿Realmente intentó asesinarme?

Recuerdo cómo luché contra él, prácticamente suplicando que me dejara y él ni siquiera se inmutó, no tuvo siquiera remordimiento. Recuerdo cómo el aire empezó a faltar en mis pulmones, cómo aquel dolor en mi pecho incrementó...

De repente empiezo a sentir el mismo sentimiento que sentí en aquel momento. Como si mis pulmones se quemaran, como si ardieran en mi pecho.

¡No puedo respirar! ¡NO PUEDO RESPIRAR!

Mi cuerpo se retuerce en el lugar mientras sigo sumergida en la oscuridad. Mi pecho se eleva y abro la boca en busca de oxígeno. Tengo arcadas y finalmente mis ojos se abren como platos y empiezo a toser como si mi vida dependiera de ello.

Me incorporó en la cama en la que me encuentro... Un momento, es MI cama y eso sin mencionar que tengo puesta la camiseta que siempre uso.

¿Daniel me trajo aquí? ¿Acaso no intentó asesinarme?

Estoy muy confundida.

-¡Auch! -me quejo al sentir una horrible punzada de dolor en mis sienes.

Flexiono las rodillas y hundo mi rostro en ellas mientras cierro los ojos con fuerza tratando de controlar el dolor.

Respiro hondo un par de veces hasta regularizar mi respiración.

Entonces escucho a la puerta abrirse y rápidamente alzo la mirada hacia ella.

-Despertaste -afirma Daniel con esos azules ojos clavados en mí.

Abro los ojos como platos y me hago una bola en la esquina de la cama en un intento de protegerme.

-No tengas miedo, Emma -dice acercándose cautelosamente a mí.

-¡No te me acerques! -exclamo mientras mi cuerpo vuelve a temblar.

Agarro una almohada para usarla de escudo.

-No voy a hacerte daño.

Rio irónicamente aunque mi voz se escucha algo temblorosa.

-Claro -digo -Y debería creerte después de que intentaste ASESINARME.

Las lágrimas amenazan con salir a chorros, pero las mantengo a raya, no le daré la satisfacción de verme llorar.

-Emma, tranquila -sigue dando pequeños pasos hacia mí -No es lo que piensas...

-¡HE DICHO QUE NO TE ME ACERQUES! -grito y rápidamente me pongo de pie.

¡Maldición! ¡Justo ahora me tienen que empezar a temblar las piernas como gelatinas!

Miro a mi alrededor en busca de un arma o algo con lo que me pueda defender, sin embargo, en mi simple habitación no hay algo lo suficientemente efectivo que pueda usar.

ADAM (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora