Capítulo 4 "-Estás loca"

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La cabeza me martillea con fuerza. Todo está oscuro, sin embargo, los ojos de aquel chico se filtran en mi mente. Misteriosos, cautelosos y cargados de una rabia inexplicable.

Escucho la respiración calmada de alguien a mi lado y lentamente empiezo a mover mis párpados abriéndolos con un poco de esfuerzo.

Me despierto como si todo lo que hubiese pasado fuera solo un sueño, un simple sueño. Como si mi alma estuviera descansando y mis ojos se abrieran después de dormir por varios meses.

Mad está durmiendo a mi lado, estamos en mi habitación y la ventana está abierta, un aire frío inunda toda la habitación y me estremezco involuntariamente.

Me levanto de la cama con mucho esfuerzo, aún siento un gran malestar en el pecho, como si un gran peso me dificultara respirar normalmente. Me dirijo a cerrar la ventana.

-¿Qué haces? -la voz ronca de Mad me sobresalta.

Volteo un momento para mirarla.

-Cerrar la ventana.

Miro la calle de enfrente, está solitaria y un fresco viento nos envuelve.

De repente imágenes de aquel chico observándome en la calle se apoderan de mi mente. Siento las manos de Mad aferrarse a mi codo y hacerme retroceder de la ventana.

-Necesitamos hablar -alega y cierra la ventana por mí.

Ambas nos sentamos en la cama y mi mirada se desvía involuntariamente hacia la ventana.

¿Volverá? ¿Acaso podría hacerme más daño?

Me siento rara. Más rara de lo normal. Es como si algo me atrajera hacia aquel chico, pero al mismo tiempo me alejara de él.

¿Pero quién era? Mejor dicho, ¿qué demonios era?

Está claro que no es un ser humano normal. ¿Quién podría hacer lo que él hizo?

Lo más raro de esta situación es que no tengo tanto miedo ahora que ya ha pasado, sino curiosidad de saber que es lo que está ocurriendo. Qué es lo que no sé, y principalmente, quién es él.

-Em, ¿me estás escuchando? -la voz de Mad me saca de mi ensimismo.

-Lo siento, ¿qué decías?

Ella niega con la cabeza.

-¿Qué fue lo que viste? -me pregunta.

¿Debo decirle? ¿Me creerá loca? Pero es mi mejor, tiene que creerme, debe confiar en mí.

-Era él, Mad -respondo y trago saliva -El chico del callejón -me acerco a ella y susurro -Tiene poderes y al parecer me odia. Él hizo que me desmayara. ¡También puede hablar a través de las mentes!

La cara de horror de Mad me pone incómoda y no sé como interpretarlo. ¿Le tiene miedo o no me cree?

-Estás loca... -susurra.

No me cree.

-¡Mierda! ¡Que no estoy loca! -exclamo y me pongo de pie. Ella hace lo mismo.

-¡Date cuenta de tus palabras! -exclama -¡¿Te parecen coherentes?!

-Sí, me los parecen. ¡PORQUE YO LO VI!

Ella vuelve a sentarse en la cama y baja la cabeza abatida.

-Quizás deban volver a internarte -murmura abatida.

Abro la boca sorprendida por sus palabras. Mis ojos se cristalizan al instante. Siento que mi pecho se hunde mucho más y aunque respirar empieza a doler no me quedo callada.

ADAM (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora