Treinta y Tres

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-Escuchame Nina! No puedes irte de aqui!.-dijo tirando un vaso de vidrio hacia la pared, justo a escasos centimetros de mi.-

-Piensas que soportare vivir de esta forma? Estoy viviendo una pesadilla!.-grite mientras mis lagrimas caian por mi mejilla.-

-No es justo! Tu tienes que estar conmigo y nada mas que conmigo.-tomo mi brazo y lo apreto hasta que se formara un moreton en el.-

-Me lastimas Dylan!

-Lo hare hasta que digas que me amas y que te quedaras conmigo.

-No... no lo voy a decir.

-Entonces esto dolera peor.-tomo un cuchillo de la mesada y lo clavo en mi muslo haciendome gritar y arrepentirme de todo.-

-Dylan!.-irrumpio Carrie.- Sueltala.

-Tu callate anciana.-dijo con una voz grave y a la vez tipica de un demonio.-

-Trate Nina, lo siento.- levanto los brazos y se fue hacia su cuarto.-

-Maldita perra.-susurre.-

-Dime que me amas y que te quedaras conmigo.

-Por supuesto que no. Hazme todo lo que quieras, matame si quieres, pero jamas dire algo que ya no existe.

-No no no... no digas eso princesa. Tu eres el amor de mi vida.-acaricio mi mejilla y a la vez acomodaba mis cabellos.-

-Mas bien soy poca cosa para ti.

-Eso no es cierto...

-Claro que lo es! No hiciste mas que maltratarme y herirme ¿Donde esta el Dylan que conoci en aquel bar? ¿Donde esta aquel que me salvo de aquella enfermedad y de mi hermano? ¿Que paso? Dime.

Tomo mi menton para que mirara sus ojos demoniacos, y solo respiro profundo.

-No esperes a que ese Dylan llegue, porque jamas pasara.

-Esperare lo que sea necesario. Te amo Dylan O'Brien, no puedo evitarlo.

-No puedo creerlo.-dijo entre risas.- Eres una ingenua! Piensas de que alguna vez te amare y vivire a tu lado para siempre como en los cuentos? JA! Por favor!

-Que?

-Querida eres mas tonta de lo que crei.

-De que hablas?

-Estaba engañandote para que dijeras que me amas! Tus neuronas al parecer murieron con tu enfermedad.

-Dylan...

-Por favor, no me des el sermon de todos los dias. Aburres Nina! No entiendo como pude traerte a mi casa.

-Eres un...

-Maldito? Si por supuesto! Fui bendecido por El Diablo, claro que estoy maldecido! Te dejare libre solo porque estas dandome lastima. Ten.- lanzo unos billetes de cien dolares al aire.- Comprate algo.

Me levante a duras penas, cogi los billetes y se los lance a su cara.

-No necesito tu dinero putrefacto para sobrevivir, prefiero hacerlo siendo buena persona y no una energumena como lo eres tu.-escupi.-

-Energumeno? Yo? Por favor Nina! Solo vete y dejame en paz. 

-Eso es exactamente lo que hare.

El Dia Que Me Quieras - Novela de Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora