My Room, My Rules | Harry Styles

Mom & Dad

{ Harry }

— ¡¿Qué hago?! — miré con frustración hacia Amanda, ella me miró sin saber qué hacer.

— ¿Son tus padres? — asentí repetidas veces con mi cabeza — ¡Pues ábreles, tonto!

— ¡No! ¡Estoy en ropa interior! — le apunté mi bóxer.

— ¿Ves por qué no es bueno dormir casi desnudo? — ella me lanzó una sonrisa burlona.

— ¡Harold Styles! — escuché a mi madre gritar desde afuera, se oía notablemente molesta.

— ¡No tengo tiempo para tus sermones Amanda! — salí corriendo a la habitación.

— ¡¿A dónde vas?! — me gritó.

— A ponerme algo — me encerré en la habitación.

— ¡¿Qué hago yo?! — oí sus gritos histéricos pero no le hice caso.

Me puse lo primero que encontré en mis cajones y salí de la habitación. Lo primero que vi fue a mis padres sentados en el sofá junto a Amanda. Mostré una sonrisa nerviosa y vi a mi madre mirarme con una cara llena de furia.

— Hola padres. Un gusto verlos — alcé mi mano en forma de saludo.

— ¿Después de azotarnos la puerta frente a nuestras caras? Sí, qué felicidad — dijo mi madre  sarcástica,  yo mordí mi labio inferior y bajé mi mano lentamente.

— Fue un accidente, ya sabes... no estaba en buenas presentaciones — comenté — Por eso debes de avisarme cuando vendrás y así no hubiera ocurrido tal cosa.

— Eso que importa, por lo menos ya sabemos cómo son tus comportamientos en este lugar — ahora habló mi padre — ¿No que ya no ibas a tener esas actitudes? Hijo ya tienes 17 años. Deberías madurar.

— Sí, deberías madurar — dijo Amanda molesta, pero luego se calló por la vergüenza — Uh, lo siento.

Yo le miré mal al igual que ella a mí, pero rápidamente quitamos nuestras expresiones al sentir la mirada de mis padres. Anne lucía aún enojada. Y es que joder, odio que tengan que vigilarme aún teniendo esta edad. Se supone que me vine a estudiar aquí para no tener que aguantarlos, es decir, estoy en otro continente, en un estado medio desconocido, y a esos señores no les interesaba tener que venir hasta aquí para hincharme los cojones.

— Que tal si olvidamos el suceso anterior y salimos a comer — sugerí, ellos suspiraron — ¿Verdad que es buena idea? Vengan, así hablaremos con más calma.

— Mientras nos saques de este sucio lugar pues está bien — habló mi madre, yo asentí.

Se pararon del sofá mientras yo rápidamente abrí la puerta para salir. Vi a Georgina a punto de tocar pero obviamente no lo hizo porque yo ya había abierto la puerta. Sus ojos se llenaron de brillo al verme, se me lanzó contra mis labios. Ni siquiera le correspondí, pues mis padres me estaban viendo.

— Para... para — la detuve, miré a mis padres que me estaban viendo con atención — Basta Georgina, es... que mis padres están aquí.

Sus ojos se agrandaron y después mostró una sonrisa.

— ¿Y por qué no me dijiste, tontito? — golpeó suavemente mi mejilla, pasó detrás de mí y saludó a mis padres de un abrazo — Hola, señores. Soy Georgina, novia de su hijo.

Empecé a toser y miré sorprendido a Georgina, ella ni siquiera me miró por andar hablando con mis padres. Ni siquiera le pedí ser mi novia y ésa ya nos estaba etiquetando. Cada vez mis ganas de tenerla se iban esfumando. Odio a las locas posesivas que creen que cualquier cosa es suya. Miré hacia Amanda, quien estaba en una esquina mirándome. Solté un suspiro y caminé hacia ella. La chica apretó sus labios al tenerme frente a ella. Nuestros ojos se inspeccionaron por un momento.