Make The Love

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{ Harry }

Terminó la última hora de clases. Estaba feliz por eso, ya que mantener mi preciado trasero en esas bancas era un dolor de culo. Mientras salía, visualicé a la enana de Amanda comprando una botella de agua en el dispensador de bebidas. Iba muy concentrada en lo que hacía que ni se percató que la estaba viendo. Caminó unos cuantos pasos y miré su perfil. Se veía claramente su moretón en el ojo.

— Te ves horrible — hablé alto y claro para que me escuchara. Ella dio la media vuelta y me miró sin expresión alguna.

— Ya soporté todas las miradas y los susurros de las personas hacia mí el día de hoy que tu comentario no me afecta en nada — dio un respiro fuerte cuando terminó de hablar.

— Eso es bueno — sonreí burlón.

— Adiós, Harry — rodó los ojos y se fue sin pensárselo dos segundos.

Reí entre dientes. Pelear con ella era como resolver un crucigrama sin respuestas. Espera, ¿eso lo saqué de una canción? No tengo idea, estar en Música me hace pensar en letras y esas cursilerías.

Pasé por un montón de chicas que hablaban del ojo de Amanda. Ese grupito de perdedoras hablaban del chisme del cine. Supe que el chisme se expandió por nuestra universidad "diciendo" que Amanda intentó robarle el novio –o sea yo– a Georgina y que por eso mismo la golpeó directo en el ojo. Ni siquiera me importaba el chisme ni a Amanda, lo que me importaba y sobre todo me asustaba, era el hecho de que estaban diciendo que Georgina es mi novia. Estoy seguro que las chicas no querrán acercarse a mí por miedo de que la rubia aparezca para golpearlas. ¡Me lleva un jodido huevo!

— Se veía horrible. ¿Viste su rostro? Eso le pasa por ser una perra...— se calló cuando me miraron — H-Hola, Harry.

¿Tan pronto saben mi nombre? Apenas es mi segunda semana aquí.

— Hola chicas. ¿Saben? No deberían hablar de cosas que no las incuben. Y dos cosas...— me acerqué a ellas, ellas retrocedieron — Una: Georgina no es mi novia. Dos: Amanda se ve hermosa con o sin su ojo hinchado. Adiós, damas.

Les guiñé un ojo antes de irme. No pude evitar reír al ver sus reacciones llenas de sorpresa. Al salir del edificio de Música, me topé con un cuerpo, un enorme cuerpo. Miré y vi a Trevor. Maldije por dentro pero fingí una sonrisa.

— Hola, ¿qué te trae por aquí, amigo? — saludé, él sonrió un poco nervioso.

— De hecho venía hablar contigo — murmuró, tratando de sonreír.

— Venga, suéltalo.

— Pero... a solas. Es algo... privado.

Encogí mis hombros y ambos fuimos hacia las bancas de la cafetería que estaba en el aire libre. No había tanta gente por lo que podríamos hablar de las tonterías que ese gordo me diría. Nos sentamos, yo le miré esperando a que hablara de una vez, pero él solamente tenía las mejillas sonrojadas.

— ¿Bien? — empiezo.

— Quiero hacerlo con Amanda.

Alcé una ceja.

— ¿Hacerlo? O sea, ¿tener sexo? — pregunté algo asqueado, él asintió rápidamente — Una pregunta: ¿ella es virgen, cierto?

— Sí, sí lo es al igual que yo. Por eso vengo a pedirte consejos. Ya sabes, creo que tú tienes mucha experiencia — habló en voz baja.

— Sí, la tengo — crucé mis brazos.

— Ahí está. Necesito consejos, es decir, jamás lo he hecho y no sé cómo complacer a una mujer — explicó, y era cierto, él no tendrá ni idea, hasta me asombra que haya tenido su primer beso pero sabiendo que fue con Amanda no es mucha la sorpresa.

My Room, My Rules | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora