Capítulo 28

2.7K 235 16
                                    

Evolución final

No me entraba en la cabeza. Mi propio padre, mi propio aunque corrupto cuñado, Orochimaru... Mi corazón se retorcía, negándose a aceptar aquello. Enredé mis dedos en mi pelo negro en un gesto de desesperación, derramando lágrimas amargas en mis piernas. Era todo tan... espantoso...

- Luego de matarla a ella quedó claro que teníamos que encontrar a su hija antes de que evolucionara, pero como no sabíamos que estabas en prisión llegamos tarde- explicó Sasuke-. Pero gracias a la muerte del subordinado de Orochimaru supimos que habías sido tú, así que sólo quedó esperar al momento oportuno para repetir lo mismo contigo. Yo ya he cumplido mi parte. 

Le oía hablar, le escuchaba, le entendía todo lo que revelaba... Pero ésa era sólo mi parte humana. La segunda evolución de mi clan provocaba vibraciones en mis orejas, mis uñas dolían y mis ojos escocían. Mis dientes se afilaban más de la cuenta. Ellos parecieron darse cuenta de eso, y sus rostros se torcieron en un gesto de pánico.

- ¡Si se transforma ahora estamos perdidos!- anunció Suzuki. No les dio tiempo ni para terminar de entrar en pánico: mi cuerpo se retorció como si fuera de goma, de mi garganta salían constantes gruñidos inhumanos, y mi piel cambiaba de color. 

Era la segunda evolución de mi clan: en cualquier momento después de los dieciséis años (aunque había miembros que morían sin sufrir esta fase, como mi padre), éramos capaces de transformarnos en el felino que nuestro cuerpo decidía. Orejas naranjas y ojos verdes, un tigre. Orejas amarillas y ojos dorados, un león. Orejas amarillas con manchas y ojos azules, un leopardo o un guepardo. Orejas grises con ojos celestes, un lince. Y el más peligroso de todos por su gran poder... orejas negras y ojos rojos, una pantera. 

Y yo me había tornado pantera. 

**********************************

No sólo evolucionábamos a grandes felinos, sino que cuando nos volvíamos felinos conservábamos la mente humana conjuntamente con las capacidades físicas del animal. Además, dependiendo del grado de furia del sujeto, habían tres tamaños: si simplemente optabas por transformarte, tamaño normal del animal. Si era para defensa y huida, medías metro y medio de alto para mayores capacidades. Y si, como yo, te volvías furioso y atacabas a matar... medía la friolera de tres metros de alto con un poderoso cuerpo, musculoso y ágil a la vez. 

Rugiendo a pleno pulmón, mordí y arranqué la cabeza de mi padre, destrozando su cuerpo con las garras y pisoteando su cabeza. 

Pisé a Orochimaru, aplastándolo entre mis garras para después convertirlo en una mancha roja sin huesos ni carne usando mis colmillos apocalípticos y mis garras de bestia. 

Finalmente, dejándolo aposta para el final, Sasuke. 

Pero él era más listo que sus dos compinches... y yo era consciente de eso.

Una batalla a muerte se inició en el claro del bosque entre nosotros dos. 

La Cárcel AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora