Esperando órdenes.

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Estaba siendo acribillado por sus propios amigos.

Había intentado por todos los medios evitar que aquel tema saliera a colisión en sus conversaciones, no quería que Gokudera o Yamamoto se preocuparan por él y aun así, ¡Reborn había llegado para echar todos sus esfuerzos al caño!.

—No me ha hecho nada, Chikusa, Chrome y Ken son testigo de eso—Repitió por doceava vez.

Los mayores miraron fijamente a la chica, en busca de dudas o complicidad, últimamente les resultaba demasiado extraño el deseo de Rokudo por poseer el cuerpo del castaño. Si bien en primera instancia habían ignorado todo aquello debido a que el sospechoso frutal no había insistido más en el tema desde la batalla en kokuyo-por lo menos no que recordaran-, es por eso que cuando después de la batalla representativa el guardián había vuelto con aquella "amenaza", lo habían tomado un poco más en serio y eran muy conscientes de las maneras en que esa piña podrida podría intentar tomar al décimo ahora que vivían juntos.

—Boss está a salvo, Mukuro-sama no lo ve de esa manera «Por ahora» y en caso de que algún día lo haga nosotros cuidaremos que no le haga nada—«Ya quisieran».

—Confiaremos en ti, no nos hagas arrepentirnos.

La seria mirada de Takeshi fue suficiente como para que el tema se diera por finalizado, aunque Tsuna no entendió muy bien qué había sucedido a pesar de estar allí mismo. El resto de la mañana paso con normalidad, Ryohei intentando que Tsuna se uniera a su club, Hayato intentando matar a Lambo, la lluvia intentando calmarlo y-por si fuera poco- por último, pero no menos importante estaba Hibari en su intento por aplicarle un kamikorosu a Sawada, quien era salvado a duras penas por Dokuro mientras Reborn los mantenía a todos vigilados desde uno de sus escondites. Definitivamente en Namimori la vida no era normal.

Estaba aburrido, ¿De quién había sido la idea de asistir a clases?.

No lo admitiría nunca, pero Mukuro acababa de recordar que había sido idea suya, ¡Dios! ¿Qué pasaba con él? ¡Se estaba comportando como un estúpido!. Como sea. Existían demasiadas cosas en las que quería pensar, cosas de las que no se sentía precisamente orgulloso, un ejemplo claro de eso era que dejaría a Sawada Tsunayoshi, el décimo capo de Vongola vivir con él, aunque podía empezar a superarlo, después de todo era culpa de Reborn.

—Pero también es mi culpa por dejarlo convencerme... Soy un idiota por eso.

Rokudo no gasto su tiempo en disimular lo distraído que estaba, poco le importaba que su profesor se diera cuenta de que el paisaje a su lado-más especifico en la ventana que tenía junto a él-, de cierto modo era un genio. Inteligente, talentoso y el mejor ilusionista que pudo haber pisado la faz de la tierra. ¡Las matemáticas no eran nada para él!.

La mañana avanzo con rapidez, más de la que hubiera deseado y pronto se dio cuenta de que se encontraba sentado en Kokuyo Land en espera de la llegada de los estudiantes de Nami-chu, algo le decía que Nagi planeaba algo y necesitaba urgentemente asegurarse de que no tenía nada que ver con él. Conocía a su linda Chrome mejor de lo que cualquiera pensaría y era muy consciente de que cuando algo pasaba por aquella imaginativa cabeza, nada saldría como él lo deseara, ya lo había demostrado en más de una ocasión, como fue semanas atrás, cuando la chica había decidido... Bueno, mejor no pensar en las relaciones amorosas de la chica.

—Estás tenso, ¿Te preocupa algo, shishou?.

El aludido miró al francés, no había notado su llegada y el niño le observaba con indiferencia, ligeramente aburrido y aun así Mukuro era consciente de que ese mocoso estaba planeando algo en su contra, la curva casi imperceptible de sus labios de lo dijo, Fran estaba sonriendo con picardía disimulada.

—Mukuro-san está pensando en las mejores maneras de poseer a Sawada, no le molestes ahora, Fran.

Chikusa se acercó a ellos con la más inocente de las miradas y el teléfono en la mano, si lo pensaba un poco ¿No estaba utilizándolo demasiado desde días antes de la llegada de Tsunayoshi? No, más importante, ¿De dónde lo había sacado? Bueno, como sea.

—Uh~, shishou está pensando en hacerle cosas sucias al décimo, tal vez deba acusarlo con el jefe de Bel-senpai y el capitán~.

—¡No hables así de Mukuro-san estúpido mocoso!.

La diversión de los inexpresivos murió al ver aparecer a un sonrojado castaño, un malhumorado rubio y una sonriente pelivioleta, Mukuro sólo suspiro cansado, observando en silencio la extraña discusión que tenían su aprendiz y su subordinado más fiel, discusión en la que el tema principal era las posibilidades que tendría su maravillosa persona de salir libre de una condena por "abuso" en contra del décimo, en serio, ¿Qué pasaba por la mente de los miembros de su grupo?.

Por su parte Tsuna no sabía muy bien qué pasaba, ¿Por qué se estaba hablando sobre Mukuro y él... haciendo cosas? Era vergonzoso, más aun tomando en cuenta que en realidad ya había pensado en cosas de ese tipo. En serio, ¡El jodido mundo estaba loco! Pero más lo estaba él por sentirse atraído por alguien como su guardián de la niebla.

—Bu-Bueno, mientras ustedes siguen... Discutiendo, yo... Tengo algunas cosas que hacer así que...

—¡Voy contigo!—Exclamaron tres personas al unísono.

Fran miró a Kakimoto, que a su vez observó a Chrome que mantuvo su mirada fija en Tsunayoshi. Los tres estaban trabajando en complicidad de Reborn y Uni, parte de su trato era que ­­­­­­quien logre provocar aunque sea la mínima reacción en los idiotas, podrá decidir libremente lo que pasara con... Una sonrisa espeluznante se plasmó en los rostros de los tres personajes, habían tomado una decisión.

—Mejor que te acompañe Chrome, vas a ir a ver a Hibari-san, ¿No es así?—Un fuerte sonrojo se apoderó del rostro del castaño y miró sorprendido al Chikusa. Por algún motivo Mukuro se sintió molesto—Será mala idea que vayas con alguno de nosotros si vas a verlo y Chrome es parte de Nami-chu así que no podrá quejarse... Por lo menos no tanto.

—¿Qu...? Yo no...

—¡Nada! Vamos yendo que se hace tarde, volvemos en unas horas, Mukuro-sama, no piense demasiado en cómo poseer el cuerpo de boss, no puedo permitirle ese capricho.

Y con eso dicho, Sawada Tsunayoshi, Décimo Vongola, futuro orgullo de la organización, el alumno favorito del mejor hitman del mundo-aunque el susodicho no lo admita-, se vio arrastrado por una chica menor que él y considerablemente más débil.

Una vez los chicos fuera, tanto el azabache como el peliverde sonrieron, ambos tomando sus respectivos celulares y realizando cierta llamada. Se divertirían demasiado en los próximos días.

Muy bien, el plan empezó con una pequeña improvisación, de ahora en más esperare tus instrucciones.

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Pues no sé :v ¿Ideas para el plan de "conquista" o de "posesión"? 7u7r estoy corta de ideas respecto a eso x.x #HelpMe.

Conviviendo con la piña.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora