Dio un enorme suspiro para tranquilizarse. Solo habían sido pensamientos, solo eso y no había pasado a más. Llego a la sala común donde varios alumnos conversaban en silencio y algunos otros estudiaban, puesto que no había nada interesante ahí para él decidió salir de la sala común a dar un paseo por los pasillos de Hogwarts. Había dicho que iría a cenar pero la verdad no tenía hambre.

Camino durante un largo rato donde se topo con algunos alumnos y con un grupo de admiradoras que no lo dejo en paz hasta que converso con ellas, después se dirigió hasta una torre vacía y aclaro sus pensamientos. ¿Cómo decirle a Sirius que le gustaba su hermano pequeño?

El haber descubierto que le gustaba Regulus en el tercer año había sido realmente extraño pero aun no estaba listo para dar ese paso y al final lo había controlado. Lograr aparentar frente a sus amigos y frente a Regulus había sido todo un éxito pero últimamente perdía el control sobre todo cuando estaba a solas con el Slytherin exactamente como esa tarde donde había intentado provocar a Regulus y él mismo había puesto a prueba sus límites

¿Y si no hubiera sido capaz de controlarse? ¿Hasta dónde habría sido capaz de llegar o hasta donde se lo hubiera permitido Regulus?

Eso era una de las cosas que más temía. Que Regulus y Sirius lo odiaran por tener aquellos sentimientos. El hecho de que Regulus lo rechazara después de estar enamorado de él por dos años sería terrible pero la idea de perder a Sirius era incluso insoportable. No era que quisiera, tenía que dejar pasar la idea de Regulus y él juntos por su propio bien. Deseaba desesperadamente sentir el calor de Regulus sobre su cuerpo, posar sus labios sobre los de él y sentir poco a poco la fuerza de una pasión salvaje.

De repente sintió el evidente bulto que crecía entre sus piernas y sin pensarlo se llevo las manos para aliviar su agonía. Cerró los ojos con fuerza mientras que con su mano derecha comenzaba a masturbarse. Suaves gemidos escapaban de su garganta mientras se imaginaba por completo al slytherin. Primero su cabello, sus ojos y sus labios que tanto ansiaba devorar. Aumento la velocidad de la mano haciendo su vaivén más feroz. La imagen de Regulus lo lleno por completo y por un momento imagino que el menor estaba junto a él y que era su mano quien lo tocaba de aquella manera que lo volvía loco.

El placer lo invadió llagando a cada centímetro de su cuerpo. Ya no pudo contenerse más y soltando un gemido de placer descargo todo en su mano.

---oOoOo---

Se sentía tan bien estar en la ducha. Sirius dejo que el agua le tocara el rostro y le recorriera la espalda. Así se quedó un gran rato, de cierta manera lo reconfortaba ante lo sucedido Pero qué carajo había hecho.

Besar a quejicus. ¿Por qué?

Comprendía sus acciones cuando se acercó a Severus como perro. Debía admitir que el slytherin tenía una sonrisa bonita, cautivadora y que lo volvía loco y como canuto se había dejado llevar por ella, al fin y al cabo nadie lo veía y Severus no conocía su identidad. Pero el beso...

Volvió a percibir aquella extraña sensación en su cuerpo y entonces. Golpeo con su puño la pared. El color de su cara había cambiado a un azul pálido. Conocía esa sensación en su cuerpo. La conocía desde el primer año en Hogwarts cuando su nombre se conoció en todo el colegio y él se había fijado en unas cuantas chicas. Era imposible que estuviera enamorado de Severus Snape. Volvió a golpear la pared una y otra vez hasta que su mano quedo roja de los impactos.

"imposible, imposible, imposible"- se decía el Black tratando de convencerse

Él, Sirius Black enamorado de "ese", eso jamás.

-Solo fue una broma- se dijo para si

Si eso había sido, solo una broma para poder humillar más a Quejicus y utilizarlo como quisiera. Respiro un poco aliviado pero aun no tan convencido. ¿Y ahora qué? Ya había humillado al slytherin lo suficiente y seguir con ese juego lo ponía a él mismo en peligro...

En peligro de que... ¿De enamorarse de Severus? Suficiente. Ya no pensaría más en ese tema.

Cerró la llave de la regadera y salió de la ducha. Sacudió la cabeza para alejar cualquier pensamiento y comenzó a vestirse. Cuando salió del baño solo encontró a remus que leía tranquilo.

-¿Dónde está James?- pregunto a su amigo

-bajo a cenar- contesto el licántropo sin apartar la mirada del libro

-maldito James, se atrevió a dejarme...

-parecía extraño- confeso Remus

Sirius se quedo pensativo un momento.

-A lo mejor tenía hambre- Comento risueño pero a él también le había parecido extraño la actitud de James de camino al castillo. No había querido contarle nada acerca de Regulus, aunque él tampoco le había contado nada sobre la búsqueda con Severus. De pronto recordó algo muy importante

-Oye... Rems...- titubeo Sirius

-¿Qué sucede?

-Tienes que enseñarme a leer mapas...

---oOoOo---

La puerta se abrió de golpe espantando a Lucius. Vio entrar primero a Regulus que tenía su cara completamente roja. Y después entro Severus que de nuevo estaba mojado y algo sucio. Y sin contenerse pregunto:

-¿Qué sucedió?

-¿Conmigo o con él?- comento Severus apuntando a Regulus que entraba al baño y cerraba la puerta de un gran golpe. Lucius miro a Severus con cara de interrogación pero solo se encogió de hombros -Ni idea de que le pasa

-¿Y a ti?

-Debo decirlo- lo interrumpió Severus mientras se dirigía a su cama al lado del Malfoy

Lucius entendió sin palabras.

"Sirius"

Y ya no quiso preguntar más, aun podía interrogar a Regulus.

Severus comenzó a quitarse la túnica mojada acomodándola con cuidado junto a su cama y sin poder evitarlo observo la mesita de noche junto a la cama de Lucius y se percató de que había algo fuera de lugar

-¿Y ese pañuelo? – pregunto al desconocer aquel objeto. Obviamente no pertenecía a Lucius porque todos los pañuelos de éste solían estar bordados con los colores de la casa de Slytherin. Tampoco pertenecía a Regulus, no tenía las características de los gustos del Black.

-Es mío – dijo Lucius. Tomo deprisa el pañuelo y lo guardo entre sus ropas

-¿Enserio?- dijo incrédulo Severus

-Si

-¿Y porque llevaba las iniciales R.J.L? -Severus se había percatado de inmediato de las letras que sobresaltaban de color dorado

Lucius lo fulmino con la mirada

-Metete en tus asuntos –y sin decir más salió de la habitación

Severus se sorprendió al ver que Lucius lo evadía. Se quedó pensado "R.J.L, R.J.L, R.J.L" le sonaba de algún lado pero no sabía de dónde. Había visto pañuelos parecidos antes o con las mismas características, el mismo gusto pero...

¡Claro! que las había visto antes. R.J.L siempre lo ayudaba cuando sus amigos se metían con él y le provocaban alguna herida y éste siempre le ofrecía sus pañuelos para limpiarse. Pero que hacia Lucius con un pañuelo de Remus John Lupin.

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Primer amor (merodeadores Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora