Capitulo 5

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Severus estaba lanzando golpes y patadas al aire. Había llegado a un pequeño claro junto a un arrollo que corría entre las piedras, se sentó en una roca junto al agua y se llevó las manos al rostro sin contener el recuerdo de hace unos momentos.

Se arrodillo junto al arrollo y respirando profundo se lavó la cara con esa agua fría una y otra vez hasta que sintió como su temperatura corporal bajaba, pero aun sentía tibias sus mejillas. Lo invadió de nuevo el recuerdo. ¡Por Merlín!, Sirius Black lo había besado...

Sirius Black...

Se pateo mentalmente. Se trataba de Sirius Black, un mujeriego en potencia y un claro bromista. Seguro se estaba burlando de él, solo era una más de sus bromas y el muy tonto había caído, le había correspondido. Si, le había correspondido porque eso era lo que quería, quería sentir a Sirius de esa manera que deseaba tanto desde hace mucho tiempo.

Lo deseaba tanto que no llegaba a importarle las cosas que le hiciera con tal de que Sirius de fijara en él. Había sentido sus labios junto a los suyos, respirado su aliento y por unos segundos la lengua del Black dentro de su boca. Pero en último momento reacciono de la única manera en la que pudo apartando e hiriendo a Black por sorpresa.

Se quedo mirando su propio reflejo en el agua hasta que escucho ruido a sus espaldas. Preparado para sentir el ataque de Sirius se volteo con la varita en la mano pero su sorpresa fue ver a un gran perro negro que salía de los pinos.

Durante unos momentos se quedo quieto

No se movió mientras el perro se acercaba. Por un momento tuvo miedo y apunto la varita hacia el perro que se quedo quieto al instante, pero al ver que el perro cojeaba por una de sus patas delanteras le dio lastima. Se arrodillo en una pierna y alargo una mano hacia el perro.

-Ven- dijo con una voz segura

Sirius lo miro. Había planeado asustarlo por sorpresa o intimidarlo con físico. Se conocía muy bien y estaba consciente de que como perro era uno grande y atemorizante incluso algunas criaturas del bosque le huían. Pero Severus no le demostró miedo. Y le pedía que se acercara. ¿Qué haría? Si se iba quedaba como un cobarde, aunque él fuera el único que conociera eso no quería sentirse como tal. Lo único que le quedaba era acercarse.

Poco a poco se acerco. Aun le dolía el brazo con el que había detenido la piedra que éste le había arrojado y por eso no podía evitar cojear un poco al caminar. Por fin llego junto a Severus que sin miedo le acaricio la cabeza. Su mano era pequeña cálida y lo acariciaba con ternura.

Severus sonrió y a Sirius se le iluminaron los ojos

-No te hare nada- dijo mientras tomaba la pata herida de Sirius, que agacho la cabeza. No temía a que pudiera hacerle algo, simplemente estaba rendido a sus pies.

-No parece que sea muy grave- continuo mientras seguía examinando la pata- Conozco varios hechizos de curación pero... no se qué clase de perro eres, así que no puedo hacer ningún encantamiento contigo.

Con la varita hiso aparecer un par de vendas. Con cuidado tomo una y comenzó a vendar la pata de Sirius.

-¡Listo!- exclamo Severus cuando termino y le dedico una sonrisa a canuto.

Durante un minuto Sirius mantuvo la mirada fija en Severus. Era la primera vez que lo veía sonreír de aquella manera tan abierta y sincera. Era una sonrisa hermosa. De pronto se levanto en dos patas apoyándose en Severus que por poco perdía el equilibrio y le dio un enorme lengüetazo en el rostro.
Severus se sobresalto cuando el perro cayó sobre él mientras empezaba a mover la cola. No pudo evitar reír mientras intentaba apartar al perro que se pagaba más. Comenzó a acariciarle la cabeza y las orejas.

Primer amor (merodeadores Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora