Capítulo 18. "Jacqueline"

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Ese día nos sorprendieron dos cañonazos. En el cielo apareció el rostro de la chica del 1. Nos pareció muy raro, dado que era una profesional.

Vamos caminando buscando algo de comida, ya que nos faltan provisiones.

Jackie camina con el arco cargado espero ver algo que cazar y yo agarro el mango de un cuchillo, alerta a cualquier movimiento. Un movimiento de ramas nos alerta y ambas giramos la cabeza, ella apuntando con el arco. Sea lo que sea, hay algo entre los árboles. Una mano suelta una flecha, que se clava en el hombro izquierdo de mi aliada, que suelta un alarido de dolor. No necesito más signos que me hagan soltar el cuchillo en aquella dirección. El tributo chilla con un grito femenino, seguramente sea la chica del 2, aunque no lo sé con certeza. No espero a ver lo que ocurre a continuación, agarro a Jackie por el brazo que no tiene herido y echamos a correr, alejándonos de nuestra atacante. No se escuchan pasos ni nungún otro sonido. 

Una mancha plateada se refleja en los ojos de Jacqueline cuando la miro, preguntándole cómo está. Me giro y ahí está, el paracaídas plateado. Ella se sienta, apollada en un árbol. Sigue con la flecha en el hombro, sin atreverse a sacarla. Corro a por el paracaídas, deseando que sea cualquier pomada milagrosa, pero cuando lo abro, una lágrima cae por mi mejilla. Está sangrando demasiado, si no se le infecta morirá desangrada, ya que una herida así tardará muchísimo en cerrarse y cicatrizar. En la cajita sólo hay un rollo enorme de vendas muy gordas y algodón.

Me acerco a mi amiga e intento sonreírle, pero solo queda una mueca extraña.

-Ja-Jackie -eleva la vista para mirarme-. Tenemos que sacar la flecha.

No dice nada, asiente y se endereza un poco. 

-Siento hacerte daño -Me pongo de rodillas al lado de ella  y le miro. Cojo un chuchillo de mi cinturón y empiezo a cortar la flecha, cerca de su carne pero sin rozarla en ningún momento. Tengo la flecha en dos trozos, uno lo tiro al suelo y el otro lo agarro sin atreverme a tirar. Cojo aire y lo expulso. Tiro un poco del palo y ella chilla un poco, pero aprieta los dientes. Lo termino de sacar lentamente pero sin parar. Cuando está fuera, Jackie está sudando y con los ojos aguados. 

Le  quito la chaqueta, aparto su camiseta -que tiene una gran mancha de sangre-, echo agua en las heridas y le coloco el algodón. Cierra los ojos. Lo paso la venda por encima del hombro y la axila varias veces.

-Vamonos de quí - susurro y ella se levanta, no sin que le ayude -¿puedes?

-Es solo el hombro, no la pierna -Sonríe y me siento aliviada.

Caminamos por la arena en silencio, atentas a todo.

-Vamos a descansar un poco -pide Jackie y yo no tengo ningún problema en parar un poco. 

Bebemos agua, vamos a ir a por las mochilas, medio metro a nuestro lado, cuando una flecha aparece de entre los árboles y atraviesa la espalda baja de Jackie, que ahoga un grito. 

Siento cómo si el suelo se separase de mis pies, cómo si estuviera caminando por el agua hasta mi amiga, que ha caído de espaldas.

Me acerco a ella, llorando.

-Ma-mátalo.

Cojo su arco, no se por qué, pero lo cojo, lo cargo y disparo a los árboles un par de veces, sin resultado. Ya no está.

Vuelvo a su lado cómo puedo y me arrodillo.

-Jackie... ¿Por qué tú?

-De-Deanne, escúchame - La miro a los ojos, que pierden su brillo por segundos - Cuando t-te conté mi historia... Falt-taba algo. Cuando nació mi hermano, n-nos faltaba comida y yo fui a robarla. Cogí los peces que debían haber ido al Capitolio. Un día los agentes de la paz entraron en nu-nuestra casa, sabiendo que había s-sido yo la ladrona, pero mi... mi padre dijo que fue él. Los agentes se lo llevaron y no volví a verle. Justo ese año salí yo en la cosecha - lo dice en un susurro, mientra yo le acaricio el pelo, cómo si fuera mi hermana pequeña -. Dee, no dejes que Snow -dice el nombre con un golpe de voz duro, casi escupiéndolo - te controle. No le des un arma contra tí... - Se calla.

-Jackie - Su mirada está perdida, pero aún sigue viva. Mis lágrimas caen en su camiseta - gracias por todo. No deberías estar aquí sufriendo - me quedo sin voz por un sollozo. Ella sólo sonríe ligeramente -. Eres muy fuerte, Jackie, te admiro. No te olvidaré nunca.

-Toma -Se lleva la mano al cuello y se saca una cadenita de plata larga por el cuello y me la da - Te quiero...

Cierra los ojos y escucho su último suspiro. Un cañonazo. 

La observo con detalle. Su rostro fino pero fuerte. Sus ojos cerrados que debajo esconden un iris azul, cómo si el mar se hubiera enfadado. Su cabello por el hombro de color claro. Sus pestañas largas crean sombras en sus pómulos.

Le beso la mejilla dejándole mis lágrimas en su cara. Cojo su mano y tapo su herida.

-Adiós.

Me guardo su cadenita en el bolsillo sin mirar lo que cuelga de ella. Cojo las cosas de su mochila y la guardo en la mía. Cojo su arco y el carcaj de flechas y me lo engancho. Comienzo a andar, caminando por la arena con paso decidido, cómo si fuera a algún sitio, cuando soy una chica que ha perdido el rumbo. Lloro en silencio.

Entonces, se escucha otro cañonazo y me quedo en el sitio. Quedamos cuatro.

LOSS. (FanFic The Hunger Games)Where stories live. Discover now