Capítulo 7. "Los entrenamientos"

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El Capitolio. Panem.

Me libro de las imágenes de los sueños de esta noche y abro los ojos en busca de mi mesita, pero solo encuentro un enorme ventanal con vistas al mañanero Capitolio. Me apoyo sobre los codos y observo algo perdida la estancia en la que he despertado. Un enorme armario que elige tu ropa, una pequeña cómoda donde descansa la corona que llevé en el desfile de tributos y a la derecha, las dos puertas: la del baño y la que da al exterior de la habitación. Un poco más despejada me levando y voy al baño. Me desnudo y observo en el espejo mi cuerpo, delgado, sin músculo...Sinceramente no sé cómo lo haré en el estadio, pero al menos tengo que sobrevivir al baño de sangre. Me meto bajo la ducha y empiezo a tocar los al menos cien botones que regulan la temperatura y cualquier capricho de tu ducha. Logro poner  a mi gusto, algo caliente quizá. Después, no sé exactamente cómo pero le doy a algún botón que programa los olores y las espumas y termino bajo una fina capa de espuma perfumada a frutas desconocidas para mí. Salgo antes de tocar algo más y un increíble aparato me seca y desenreda el pelo. Alucinante la tecnología del Capitolio. Salgo del baño envuelta en una toalla y encuentro la ropa para los entrenamientos en mi cama: botas negras bajas de cordones, un pantalón muy fino color burdeos y una camiseta negra de manga corta ajustada. Al menos, es cómoda.
Voy a desayunar y me encuentro a Suzanne hablando con Sly, en general, se llevan bien. Su toco de voz es serio y objeto que están muy metidos en la conversación. Suzanne que es más atenta me ve llegar y levanta la mano animada.
-Buenas, Deanne. ¿Que tal has dormido?
-Buenos días. Bien, muy bien.-Y en realidad, no miento. La noche no ha sido mala ya que la cama era muy cómoda y los sueños a pesar de ser estraños no llegaban a ser pesadillas.
-Me alegro, hoy os espera un día muy duro.-Comenta Sly.
-Qué ánimos.-Contesto sarcásticamente y ellos ríen suavemente.
-¿Has visto a tu compañero?-Pregunta ella.
-Hmmm, no.-Estará durmiendo o preparándose.-Pero me muero de hambre.
Voy hacia una de las mesas donde hay de todo y escojo un ligero plato de fruta y una taza de lo que Suzanne denominó chocolate caliente.
-Siempre te vas a por lo más dulce, así si que vas a ganar kilos.-Dice Sly y me encojo de hombros de buen humor.
-¿Que debo hacer hoy?
Enarca una ceja al darse cuenta que paso de Chad, en realidad, lo ha decidido él.
-Ya que no sabes nada...en especial, dedícate aprobar un poco de todo. Comienza por cuestiones de supervivencia: nudos, plantas, refugios, etc y mañana empezarás con las armas, ya que si pesan mucho para ti te dolerá un poco allá donde haces esfuerzos a los que no estés acostumbrada.
-Vale. Entonces, ¿que resultará más útil en la arena?
-Ve a los nudos esenciales y lo que te he dicho antes, básicamente. Respecto a los refugios, cómo a de ser se tendrá que aprovechar las habilidades y tú tienes que sentirte orgullosa de tu distrito, así que escala un árbol.
-¿Y si no hay árboles?
-Suele haber, si no...escóndete dónde puedas.
-Oh, buenos días, Chad.-Dice Sly ya que mi compañero acaba de aparecer.-Hablábamos sobre las estrategias, únete.
-Sí, en seguida voy.
Me saca de quicio esa indiferencia suya.
-Deanne, lo que necesites dímelo, no hay demasiado tiempo antes de la arena.-Dice dirigiéndose de nuevo a mí.-¿Cómo te suelen llamar? Deanne se me hace muy largo.-Sonríe y no puedo evitar reírme.
-Mi hermano me suele llamar Dee y...eh...a veces también me han llamado Ann.
-Su amigo le llama Ann.-Interrumpe Chad desde la mesa y yo le lanzo una mirada asesina.
Sly me mira y bajo la vista, ruborizada.
-¿Tienes...novio? Eso para las entrevistas puede ser bueno.
-¿Ya estás pensando en las entrevistas? Son dentro de tres días. Oh, solo tres.
-Ajá, así que debo ir buscando algo con lo que enfocaros.Pero de eso ya hablaremos.
-¡Ah! Y no.-Respondo a su pregunta anterior, tenía que dejarlo claro.
Desayunamos ligeramente mientras Chad y Sly trazan estrategias y me preguntan de vez en cuando. Lo que sea que le pasase a mi compañero de distrito conmigo, parece ir solucionándose.
Suzanne comienza a meter prisa cuando aún quedan veinte minutos para las diez, que es cuando empezamos los entrenamientos en la planta baja llamada gimnasio, dónde nos prepararemos para, lo que ellos llaman: el arte de la supervivencia  qué, en resumen, significa matar, correr y no morirte antes de una pelea con otro tributo.
Estamos a punto de ir al ascensor y se me ocurre algo importante que preguntarle a nuestro mentor.
-Sly.
-Sí, dime.-Responde, acercándose.
-¿Podemos hacer aliados?
-Si buscáis aliados que no sean del 1 ni del 2. Si buscáis profesionales en todo caso el 4 pero suelen ser muy solitarios. El Distrito 10 suele controlar algo de armas, claro que sean de ganadería. En el 11 algo de agricultura y eso. Buscad los humildes.
Y Suzanne tira de mí hacia el ascensor.
-¡Chicos, suerte!-Grita Sly a nuestras espaldas.
Cuando bajamos solo faltan un par de distritos. Cuando llegan el 6 y el 12 los demás ya estamos en grupo rodeando a instructor que nos cuenta las normas, la finalidad de los tres días y los horarios, nada que no supiéramos ya. En este intervalo de tiempo me dedico a observar a los tributos con los qué lucharé en poco tiempo. La chica del 1 es alta y con los ojos inyectados en sangre, se ve que es de las que se presentan voluntarias a los 18 años, al igual que sus compañeros profesionales. El chico del 1 vuelve la vista y yo la aparto, mirarle a los ojos ahora solo abre la nostalgia. La chica del 2 está cruzada de brazos, indiferente a todo. Es de estatura media y algo más musculosa de lo estéticamente bonito, su cara es fina, ojos muy claros y pelo oscuro. Al lado está el otro tributo de su distrito, alto y fornido, ya que después de entrenar desde pequeños no se puede obtener otro resultado, es rubio muy claro y su iris se puede definir como caoba o algún color por el estilo. Los tributos del 3, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12 somos prácticamente iguales: delgados, con hambre desde hace años y con miedo. Todos vamos vestidos con la misma finalidad, camisetas ajustadas, ya sean de manga corta o tirantes con un trozo de tela con el número de tu distrito en la espalda  y los pantalones y la botas del mismo estilo. Observo la chica del Distrito 4, tratados como profesionales pero independiente y no van de vencedores antes de siquiera ver la arena. La chica tiene catorce años, como yo y lo raro es que no se haya presentado nadie para ocupar su lugar. 
La gente se comienza a ir a los distintos puestos cuando el instructor nos da permiso y yo me quedo quieta  en mi sitio y me empieza a abrumar la soledad. Como no veo nada que me apetezca hacer de verdad me dirijo donde aprendemos a reconocer los animales. En menos de una hora lo domino todo bastante bien. Voy al puesto de nudos donde está la chica del 4 poniéndole objeciones al encargado más que aprender, claro, allí en su distrito suelen tejer las redes, cestas, etc. 
-Hola.-Saluda ella y yo me sobresalto, ya que no esperaba que me dirigiera su atención.-Soy Jacqueline, pero me puedes llamar Jackie.-Sonríe, encantada.
-Eh, hola. Soy Deanne,-Dudo si decirle Dee o Ann.-Dee si lo prefieres.
Estamos un rato haciendo algunos nudos que ella ya conocía y me ayuda a perfeccionarlos. Después nos pasamos por los puestos de "dónde encontrar alimento y agua" y estamos ahí al menos un par de horas. No queremos morirnos de hambre. Finalizamos la mañana en el puesto de refugios.
Pasamos el resto del tiempo bajo los comentarios de los vigilantes, presididos por Matt Adkins. 
He llegado a la conclusión de que Jacqueline necesita hablar para liberar la presión y así hemos pasado la mañana: ella habla, yo comento, asiento y respondo a sus preguntas. Podrá parecer que no, pero estoy encantadísima con ella y es lo más parecido a una amiga que he tenido jamás...y he tenido que estar aquí para conocerla.
-Vamos a comer.-Dice, después de contarme una de sus aventuras en el mar.
Nos sentamos juntas lo más lejos posible de los profesionales, y ya los llamamos así porque ella no se considera uno de ellos. Afirma que tiene las misma oportunidades que yo de volver a su casa.
-¿Que te parecen el 1 y el 2?-Susurra mientras les miramos.
-Mmm,-lo medito un poco antes de contestar.-acojonantes.
-Verás que bien se lo pasan en el baño de sangre.
-¡Jackie! 
Comemos un rato en silencio.
-¿Quieres que seamos aliadas en los Juegos?-Pregunta, algo indecisa.
Sonrío ampliamente y me la devuelve, mi respuesta está hecha.
-Vemos, enemigos a tener en cuenta.-Dice, poniéndose seria.
-¿El 1 y el 2?-Pregunto como si fuera obvio.
 -A ver. La chica del primero es algo...-Chasquea los dedos buscando la palabra adecuada.-sádica. La he visto lanzar cuchillos y manejarse con el arco y de verdad que lo mejor será matarla por sorpresa.
-O que la maten.-Comento mientras me meto un trozo del pan del Distrito 4 en la boca.
-El chico podemos descartarlo, no será el enemigo a batir.
-¿Que no?-Pregunto alzando la voz.
-Si te mira tanto es que le pareces mona. No irá a por nosotras si somos un equipo.
Le lanzo una mirada asesina y sonríe.
-Los profesionales del 2 solo puedo añadir que lo mejor será no encontrarnos en su camino.
Los vigilantes indican el final de la comida y todos nos levantamos obedientes a los puestos. 
-¿Qué te apetece hacer?-Le pregunto a Jackie.
-Vamos a reconocer plantas.-Dice con falsa ilusión.
Nos acercamos y una mujer con ojos calculadores y expresión concentrada se acerca. Nos habla de los distintos escenarios y los tipos de plantas. No pone delante de unos grandes paneles con al menos mil siluetas de bayas, más tarde de tubérculos y así estamos al menos tres horas, reconociendo la venenosas. No tenemos que concentrar muchísimo ya que tenemos que hacerlos en el menor tiempo posible. Deslizo los dedos por el panel moviendo los ojos rápidamente, tocando la silueta negra de las plantas venenosas y me confundo en una de ellas y la pantalla de pone en rojo con las frase "GAME OVER" en la gran pantalla.
Gruño bajo, frustrada. Esto es como un rompecabezas que no consigo resolver.
-Muy bien, 7.-Dice la entrenadora con su irritador acento del Capitolio.-La adelfa. Es una planta tóxica para los seres humanos. Si se consume puede llevar a la muerte ya que afecta al aparato digestivo y a órganos como el corazón, provocando alteraciones en el ritmo cardíaco.
-Vale, bien.
Jacqueline se acerca a mí sonriendo. Lleva un rato parada ya que perdía las partidas antes de la mitad de la duración de las mías.
-No mires, pero el tributo del 1 te lleva mirando todo el rato desde el lanzamiento de lanzas.
Me sonrojo y bajo la mirada, azorada.
-¿Probamos ya las armas?
-Mi mentor me aconsejó que no, ya que tengo pocas posibilidades de coger un arma.-Me encojo de hombros.
-Pues vamos a hacer fuego.-Dice y la verdad es que no se nos había ocurrido a ninguna hasta ahora.
Nos lleva un rato y ella consigue encender el tronco y a mí me lleva al menos quince minutos más.
Terminamos el día construyendo un refugio cerca de un río y no terminamos en este puesto, supongo que seguiremos mañana.
Me encuentro en el ascensor con Chad y veo que sonríe algo burlón  al chico del 3. También entran los del 1, 2, 8, 9 y 12. <<Menos mal que los ascensores son grandes>>-Pienso. 
-¿Que tal tu día?-Pregunta cortés. Dudo que le interese lo más mínimo.
-Bien, gracias. ¿El tuyo?
-Bien.
El ascensor para en la primera planta y cuando van a salir los del primer distrito, el chico pasa rozándome(prácticamente empujándome) para salir.
El ascensor sube hasta la séptima planta y cuando las puertas se abren Suzanne se acerca con una sonrisa y nos encontramos con la mirada inquisitiva de Sly.

LOSS. (FanFic The Hunger Games)Where stories live. Discover now