Capitulo 20: Oscuridad

5.6K 501 56
                                    

Días en la academia: solo.

Se convirtió en gennin: solo.

Dejó la aldea: solo.

Conoció a Hinata y ¿Para qué? Para terminar aún más: solo.

La catalogaba desde una cualquiera para abajo. Su confianza la había comido, escupido y pisoteado reiteradas veces. Por lo menos ya consiguió lo que siempre quiso; su libertad.

Se estremeció mientras intentaba conciliar el sueño, se rehusaba a admitirlo pero extrañaba tenerla a su lado, el tiempo volaba y el solo acariciaba sus cabellos azulinos mientras su cabeza estaba apoyada en su pecho, se permitía envolverse en la simpleza del momento.

Cada noche, la Hyuga se debatía internamente acerca si quedarse o no, el nunca entendió porque a ella si quiera se le ocurrió la descabellada idea de dormir sola por ahí si donde el estuviera, ella tenía que estar. Fin.

Pero el entretenimiento era inigualable, apenas el decía que tenía sueño, ella se levantaba por inercia y se mantenia estática como si estuviera exponiendo; podía pasar hasta veinte minutos balbuceando para preguntarle si acompañarlo o que. El la molestaba tanto con eso de "No escucho, Hinata" que un día casi llora por lo que tuvo que jalarla hacia la cama y repetirle que cada noche debían estar juntos, porque si no, el mismo saldría en sus pesadillas.

Ahora había espacio innecesario donde ella debería estar. Ni siquiera su brazo roto le dolía tanto como su ausencia. Se estaba conteniendo de no estallar su impotencia contra el mundo. Lo que le hacía recordar a Naruto.

Quizás ella estuviese cuidandolo porque tampoco se lo iba a entregar en bandeja de plata, bastante estropeado y casi muerto lo dejo. Casi. Con todo y lo inútil que era, era el único rival que podía darle una buena pelea.

Descargo hasta lo más mínimo de su enojo con el rubio. La adrenalina le recorrió frenéticamente por sus venas, mientras más golpes le propinaba, más lejos se llevaban a su novia.

Casi un día entero duro su enfrentamiento. Insultos iban más nunca venían, su amigo jamás intento matarlo solo queria hacerlo recapacitar. Y le cabreaba.

Pudo haber hecho mucho más, pudo arrastrarla con el -secuestro-, pudo dormirla y despertarla en una isla -secuestro- o también pudo matar a los no bienvenidos y regresar a su habitación a darse unos cuantos besos -sangriento secuestro-.

Sin embargo no hizo nada. ¿Qué podía hacer? No encontraba ninguna excusa para seguir alejandola de su vida aparte del ya reciente descubrimiento que estaba enamorado.

Ahora se sucumbía en una tediosa soledad. Se adentraba en una oscuridad algo distinta a la anterior, esta lo consumia lentamente, que lo volvía suyo y era muy celosa, una vez que lo probo, no lo dejaría ir tan fácil.

Pero había sido acogido una vez por la claridad, tenía un lugar soleado donde sentía un calor casi familiar, quería recuperar ese sentimiento con todo y lo desgraciado que era.

Por ser tan maldito había conocido la venganza, ella sí no se iría de su cuerpo ni un centenar de años. Primero su orgullo luego la chica.

Que se joda Naruto y toda Konoha. Si querían guerra se la daría.

"•¿Todo quedo claro?• la voz rasposa carente de vida lo hizo volver a la realidad.

Desde qué había empezado a hablar de un plan de mierda tan inútil como el, se había aburrido.

•Mph• asintió •Sabrás que mis intenciones no son iguales que las tuyas ¿cierto?• pregunto Sasuke.

•Si, ¿A qué se debe la pregunta?• cuestiono obstinado. Era cómo la quinta vez que lo decía.

Deseo Tenerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora