Embarazamos Unas Nerds. Little DirectionFt Zayn Malik&Eleanor Calder.

Capítulo 4

—¡¿Eleanor siempre tendrás esa horrible apariencia?! —Leigh me interrumpe mirándome molesta y yo fruncí el ceño impresionada —Lo lamentó pero es la verdad no nos agrada tu forma de vestir, tal vez es por eso que recibimos bromas diariamente.

—Creí que te gustaba, creí que me aceptabas —mire a las cuatro y están bajan la cabeza.

—Las amigas se tienen confianza Eleanor y no sabemos nada de tu —dijo Jade tomando sus cosas del suelo.

—Si no vienes no es mi problema y ya no serás nuestra amiga, si deseas que sea así, así será —dijo Leigh-Anne.

—Oh créeme que lo será, aún no puedo creer que las considere como amigas —tome mi bolso y salí del gimnasio azotando la puerta.

Jade

Después de decírle eso a Eleanor me sentí culpable claro que me debía arrepentirme, fue la única amiga que tuvimos a parte de nosotras.

—Vamos —seguimos a Leigh y subímos al auto de su hermana Sarah.

—¿Que hay Lee? —su hermana la saluda y Leigh rueda los ojos subiendo como copiloto.

—¡Reyna las espera! Esta lista —ella aceleró y antés de alejarnos de instituto vimos a Eleanor observándonos con impresión para después subir al auto negro.

Cuando llegamos a casa de Leigh una chica muy linda de nuestra edad se levanta del sofá con una apariencia que la caracterizaba como nos la había descrito Leigh-Anne era baja, buenas curvas, cabello y ojos negros, con algunos tatuajes en sus brazos delgados al igual que unos pendientes de más en su oreja.

—Ustedes son —. Jade... —me señaló y asentí —. Perrie —señalo a mi amiga rubia —. Jesy —le sonrió a mi amiga castaña —. Falta Eleanor, una chica más.

—Ella no vendrá —Perrie miró la puerta de entrada.

—De acuerdo entonces solo serán ustedes —sonrió y asentí —. ¿Qué esperan? Vamos —sonreímos emocionadas y volvímos a subír al auto de Sarah para dirigirnos al centro comercial.

Eleanor

Cuando ví como las chicas se iban en un auto con mucha emoción yo subí al de mi tío.

—Por fin —acarició mi pierna y dejo un beso en mi cuello haciendo que me ponga mas asqueada de lo normal—. Tranquila —noto mis nervios y dejo de tocar mi pierna.

—¿Esta tarde puedo salir? —me atrevo a preguntarle poniéndome el cinturón de seguridad y desear una respuesta positiva.

—Tal vez.

—Solo serán unas horas —mencionó.

—Esta bien, a donde iras? —pregunta curioso y no sabía que contestar así que digo lo primero que se me ocurrió.

—Solo ire a caminar.

—¿Por que mejor no vas a conseguír un trabajo como siempre lo has deseado?

—Eso es lo que pienso hacer —digo golpeándome mentalmente por lo que acabo de decir, él me mira confundido y vuelve su vista a la carretera.

—Bien te dejare en casa y despues yo me ire al trabajo.

—De acuerdo —estacionó el auto frente la casa y se fue a una dirección desconocida, entre con mis llaves y me vestí para mi cita con Sinjin.

Intento decirle a ese hombre la verdad pero no serán buenas noticias para el, pues no quiere que tenga novio ya que sigue teniendo esa estúpida idea de que soy suya.

Me mire en el espejo varias veces tratando de estar muy linda para mi novio. Sonreí y baje, salí de casa y camine hasta el parque en donde Sinjin me estaría esperando, cuando lo ví de espalda lo tome por sorpresa con un susto por detrás.

—Hola cariño —bese su mejilla.

—Hola —sonrió bobamente —. Aún no puedo creer que somos novios.

—Siempre dices eso —rodee los ojos divertida -—. No es nada raro que esté enamorada de tí —sonreí y tome su mano haciendo que se sonroje como siempre —. Vamos —jale su brazo y comenzamos a hablar de nuestro día en la escuela.

—Deberías tratar de hablar con ellas —dice.

—¿Que? No ellas no quieren hablarme y se pusieron bastante extrañas hoy, siento que me piden su espacio a gritos

Leigh-Anne

Mi prima y hermana se pasaron toda una tarde comprandonos ropa y llegó el momento en el que las 6 nos cansamos y entramos en el auto de mi hermana.

—Este me encanta —Perrie sonrió mirando su vestido azul que llegaba hasta sus muslos —. No puedo creer lo emocionante que será nuestro cambio —sonrió emocionada.

Cuando llegamos a mi casa bajamos del auto y cuando entramos vimos a mi madre quien veía TV tomando una taza de café.

—Ya llegamos —avisa Sarah dejando algunas bolsas en el suelo.

—Esta bien —sonrió levantándose del sofá para besar nuestras mejillas —. Quiero estar presente chicas —subimos a mi habitación y sacamos las compras de sus respectivas bolsas.

—Vamos, quiero verlas al mismo tiempo —dijo Diana mi prima, después las cuatro entramos emocionadas a mi baño y vestirnos.

—Si esto no me queda bien, lo dejaré —menciona Jesy quitándose la ropa.

—Ya salgan, nosotras seguimos aquí afuera —escuche a Sara decir pero cierra la boca cuando salimos un poco incómodas con el atuendo ya que acostumbramos a usar ropa holgada y no tan apretada. Estas se miraron serias entre sí luego Diana se sienta sobre mi cama sin saber que decir.

—Solo —Diana trago duro tratando de buscar algunas palabras pero lo piensa mejor y sonríe sin creerlo —. Wow.

—Mis hermosas chicas —mi mamá nos abrazo pero luego sostiene mi rostro en sus manos —. Mi hermosa Leigh-Anne, mi pequeña niña —suena nostálgica y me rodea con sus brazos.

—Cada una sería la abeja reina si lo quisieran —dijo Sarah —. Lo que digo es que me enamore de ustedes.

—Supongo que gracias Sarah —Jade ríe mirándose en el espejo y dejando sus anteojos aún lado.

—Perrie me gustaría hacerte un aro, si me lo permites, creo que se te vería genial —dice Diana sacando de cosas camisa.

—Bajen, las espero para cenar —dijo saliendo por la puerta pero se detuvo antes de cerrarla —. ¿Por que no las dejan un momento a solas —se adentra a la habitación tomando los brazos de Sarah y de Diana.

—Lo del aro está bien —dice Perrie antes de que Diana saliera por la puerta.

Ya completamente solas nos miramos emocionadas al vernos de la manera en que no solíamos hacerlo normalmente, no hacíamos estas cosas porque nos resultaba agotador o simple, la escuela nos impedía cuidar nuestra imagen, que estúpido.

—Esto es increíble —Jade camina por toda la habitación analizando lo que pasaba —. Ahora lo puedo ver, me doy cuenta que no soy fea.

—Nunca has sido fea —Perrie la abraza mientras caían en la cama.