Capítulo 1: Como todo inició.

14 0 0
                                    

Un chico delgado, de piel pálida y cabello castaño se encuentra acostado en su cama. Son a penas las seis de la tarde de un día sábado y está profundamente dormido. De repente, un brazo pasa por encima de él y lo abraza con fuerza. Es otro joven quien está a sus espaldas. Éste joven es un poco más alto y también un poco más robusto. Su cabello es oscuro y un tanto alborotado.

¿Por qué estos dos chicos están juntos? Bueno, eso es porque son pareja. Han estado en una relación por más de siete meses y han estado viviendo juntos por casi dos.

¿Por qué no vamos a donde todo inició? Vayamos un tiempo atrás; 12 años para ser más exactos...

~ ~ ~ ~ Flash Back ~ ~ ~ ~

En una arcadia se encuentra un grupo de cinco jóvenes de primer año de secundaria jugando muy pacíficamente después de haber salido de la escuela para calmar sus presiones.

— Oigan, iré a pedir sodas, ¿de qué quieren? — Pregunta un muchacho de ojos verdes y cabello marrón.

— Yo pido una de sangría. — Responde un pelirrojo.

 —Si, yo también. — Replica un ojiazul.

— No tengo sed, gracias. Zarún, ¿tú de qué quieres? — Un muchacho de cabello oscuro y ojos cafés habla y voltea a ver a un chico castaño de ojos miel.

— No, yo paso. Tengo una botella llena de agua en mi mochila, a penas y le he tomado. Gracias.

— Mmm... Okay. Ahorita vengo. — El joven de ojos verdes se retira por un momento para ir por las bebidas dejando a los otros cuatro muchachos jugando en las máquinas traga-monedas. Los amigos se la pasan divirtiéndose en los juegos y haciendo bromas entre sí, cuando el joven Zarún se da cuenta de la hora.

— Oh rayos... Ya es tarde. — Dice el chico de ojos miel. — Me tengo que ir, mañana tengo que ir a hacer examen y a penas y he estudiado. Aparte de que mi madre me va a matar si llego después de las cinco.

— Te acompaño, a mi también se me hace tarde. — Comenta el chico de cabello oscuro. — Tengo que ir con mi abuela, ya sabes que los fines de semana me la paso con ella.

- Ah, Okay. - El castaño le sonríe para después agarrar su mochila y pasarle la de su amigo. Ambos salen de la arcadia despidiéndose de sus amigos, deseándoles buen fin de semana.

Los dos jóvenes van caminando en la calle, platicando como siempre lo han hecho desde que se conocen. Éstos dos han sido amigos desde segundo de primaria y varias veces han sido confundidos por hermanos o primos por lo cercanos que son. Ellos viven a cuatro cuadras de distancia del otro, así que no es problema cuando se trata de irse a visitar de vez en cuando.

— Anubis, ¿tú ya terminaste tus exámenes? — Pregunta el castaño.

— Mm... Hace falta que nos pongan el de inglés, pero esa materia está demasiado fácil. ¿Por qué?

— Oh, umm... Me preguntaba si me podrías ayudar a estudiar para álgebra.

— ¿Ese harás mañana?

— Si...

— Bueno, puedes ir a mi casa ahorita, yo me voy a la casa de mi nana hasta las siete, así que te puedo ayudar un poco antes de irme.

— ¿En verdad? Gracias.

El chico de ojos cafés sonríe. — No hay por qué. En verdad se me hace algo estúpido que tengas que ir en sábado a la escuela por un maldito examen.

— Bueno, el maestro dijo que si no nos lo ponía mañana iba a haber problemas ya que no hemos hecho muchos trabajos con los cuáles nos pueda sacar promedio...

EdénWhere stories live. Discover now