18.

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Entre los feriados de fin de año y las tormentas que habían pasado por su casa y por casi todas las calles de la ciudad, Daniel casi no había salido de su cuarto. Generalmente sus padres movían cielo y tierra para que su hijo tuviera asistencia perfecta, pero tampoco podían arriesgarse a tener un accidente automovilístico por recorrer una calle congelada. El comunicado en la página de la escuela demostraba que las clases estarían suspendidas hasta comienzos de enero, retomando las actividades normales un miércoles. En todo ese tiempo que estuvo en su casa, Daniel y su hermana la habían pasado sin internet debido a los problemas que tenía la red.

—Hombre, hasta el campus tiene mejor recepción que este lugar. Apenas puedo recibir los mensajes —comentó Charlotte, observando su celular mientras observaba la pantalla de su laptop. El único juego que parecía entrar en ese lugar era Tokidoki Diaries, y aún le faltaba completar varias rutas. A Daniel no le parecía extraño disfrutar ver a su hermana jugar un videojuego para chicas; a veces sus reacciones les parecían graciosas, como si estuviera viendo a un streamer—. Y ni siquiera puedo revisar mi Switch.

—Al menos Konno te quiere —comentó Daniel.

—Ya no voy más por Konno —replicó la joven, mientras escribía el nombre de su personaje para una nueva partida—. Tuve suficiente con el final que me dio. Ahora Shimizu tendrá que soportarme hasta que vuelva el internet. ¿Cuántos días llevamos vivos desde que se fue la conexión?

—Aproximadamente cinco —respondió, recordando el poco tiempo que había pasado. Ya había comenzado a extrañar no sólo a Wrath, sino a todos sus compañeros del club de computación. Especialmente a Christophe. «Desde que me contó lo de su padre no hemos vuelto a hablar», pensó, algo decaído al recordar lo que le había contado. «¿Estarán bien?». No tenía su número telefónico, y menos la señal como para mensajearlo si lo hubiera tenido.

—Oye, Tierra a Dani, ¿te sientes bien? —preguntó Charlotte, sacando a Daniel de su ensimismamiento—. Estás demasiado callado.

—Oh, uhm, lo siento —contestó. Aclaró su garganta; tenía suerte de no haber pescado un resfriado con todo ese temporal—. Sólo estaba pensando en cosas.

—¿Qué cosas? —cuestionó ella mientras pasaba la escena de introducción del videojuego. El chico dudó si contestarle o no. Podría inventarle un tema al azar para distraerla de la pregunta, no quería contarle lo que sucedía con Christophe. Notó que se estaba tardando demasiado en responder—. Vamos, hermanito. Algo que te ponga así no sucede todos los días. Y no me vengas con que es la tarea, porque tú tampoco tienes clases estos días.

—No tenemos conexión a internet —afirmó Daniel—. Y tampoco podemos salir. Es bastante aburrido aquí.

—Déjame adivinar, también extrañas a tus amigos por internet —completó Charlotte. En parte tenía razón—. Entiendo el sentimiento. Pero sólo queda esperar que la compañía arregle el problema. —Se giró a la pantalla de nuevo, al finalizar la secuencia de opening—. ¿Listo para ver a tu hermana sufrir por chicos en 2D live?

—Listo —asintió, sentándose junto a ella para ver bien la pantalla. Necesitaba sacarse a muchas personas de su cabeza, al menos por un rato.

***

Los sonidos en el pasillo de la escuela un miércoles agitado se le hacían poco familiares cuando entró al pasillo. Hacía demasiado frío como para salir en los recreos, por lo que decidió quedarse dentro del aula en lugar de ir al frío patio. Al menos podría estar en la sala de computación por la tarde, y luego de almorzar y de tener sus últimas horas de la tarde comenzó a dirigirse a la sala.

Detrás de la pantalla [Gay]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن