Lo soy... pero, ¿Por casualidad saben dónde está Kanato? – Reiji negó con la cabeza, mientras que Ayato asintió.

Lo vi ir al bosque con Shuu; Shuu perdió un perro o algo así y fue a buscarlo con Kanato – Al escuchar eso y sin perder más tiempo, la niñita comenzó a correr de nuevo. Al entrar al bosque se topó con Raito.

¡Raito! ¿Has visto a Kanato o a Shuu? – Raito sonrió radiante, mientras se apoyaba en el tronco de un árbol.

¡Pues algo así! Shuu estaba jugando con el perro que encontró el otro día, y a Kanato no lo eh visto hoy - Apoyó sus dedos contra la barbilla, como señalando que estaba pensando y tratando de recordar mejor.

Ayato dijo que habían ido a buscar al perro de Shuu al bosque... - Raito negó con la cabeza riendo entre dientes, con una sonrisa coqueta.

Seguro era una broma, ¡No dejaste que te contara el final de la broma que había preparado! Eso es de mala educación – Sonrió nuevamente. Le indicó la dirección en que se encontraba Shuu – Sigue por esa dirección y quizá encuentres a Shuu.

¡Gracias! – Se internó en el bosque algo asustada, pero si cruzar por allí le ayudaba a encontrar a Kanato lo haría sin dudar. Al lado del lago encontró a Shuu en compañía de otro niño.

Shuu, escuché un ruido... - El desconocido se volteó algo asustado, preparando su posición defensiva - ¡¿Q-QUIÉN ERES?!

¡Tranquilo Edgar! Es una amiga – Le sonrió. El cachorro también fue a darle la bienvenida - ¿Qué te trae por aquí?

Quería saber si habías visto a Kanato... tengo que encontrarle – Shuu asintió, acariciando al cachorrito.

A veces creo que soy el único que sabe dónde están todos, jaja. Kanato hoy no salió de casa. Su madre le dijo ayer, que quería enseñarle algo... no sé, creo que tenía que ver con una muñeca o algo así. Creo que hoy está... bah, yo que sé, pero esta con su madre, dentro de casa – Entrar en esa mansión era algo horrible para cualquier mortal. Era básicamente una pena de muerte. Al ver la expresión en la cara de su amiga, decidió hablar. - ¿Tienes miedo, verdad? Yo te acompaño si quieres.

Bueno, adiós entonces Shuu – Edgar suspiró con tristeza; aunque Shuu quisiera estar más tiempo con su amigo, no podría. Su familia no debía saber que tenía amigos humanos... y mucho menos debía saberlo su hermano. Ambos se despidieron y antes de que Edgar se marchara, se detuvo frente a la muchacha, tendiendole una manzana – Toma, procura volver a hablarme algún día

Creo que le gustaste – Dijo Shuu en voz alta, con la intención de molestar a Edgar. Éste se volteo malhumorado y luego se fue corriendo. Ambos niños rieron antes de dirigirse a la mansión.

[...]

Al momento de entrar, Shuu rápidamente la dirigió a la habitación del de cabellos lilas.

Espérame aquí, ¿Bien? Es peligroso que te vean... - El niño se largó, dejando a su compañera observando la habitación. Estaba lleno de juguetes y todo era muy bonito. Dio unas cuantas vueltas por el lugar procurando no tocar nada. Luego de unos minutos, Shuu volvió corriendo a prisa.

...Y-ya sé dónde está... baja la escalera, a la derecha y al final del pasillo, última sala... es ahí – Se le veía un poco preocupado, pero sin que esto le importase a la muchacha, siguió las instrucciones del rubio.

Corrió por los pasillos, y al momento de estar frente a la sala alguien se la llevo de allí, tapándole la boca y teletransportándola a un sótano extraño. En ese lugar, calló inconsciente.

Eres Tu... Teddy? [Kanato - DL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora