Pasado y presente

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"Vamos...apresúrate, mama nos dijo que llegásemos más temprano hoy – Murmuró algo molesto el niño.

¡No puedo caminar más rápido! Además, no veo muy bien – La luna se tornaba rojiza y el cielo tan solo se iluminaba por la radiante y misteriosa presencia de los astros. Ambos caminaban lo más rápido que podían; que el cielo estuviese así, no era nada bueno. El chico se detuvo por un momento, poniendo atención a su entorno.

No puede ser... - Escuchó más atentamente a su entorno. Tomó la mano de su hermana y comenzó a correr hacia su casa, la cual, se encontraba un poco más lejos.

Con suerte lograron llegar y al entrar, el muchacho cerró la puerta rápidamente. Cuando se volteo nuevamente hacia la sala, encontró un gran desorden.

No... – Susurró asustado. Se internó un poco más, revisando las habitaciones; el desorden solamente se encontraba en la sala. Alguien tocó a la puerta y sin saber bien que hacer producto de la confusión e inocencia, la pequeña niña tomó el pomo de la puerta entre sus manos. Al notar eso, su hermano mayor corrió hacia ella.

¡No! – La empujó, haciéndola caer bajo la mesa tumbada en el piso. Alguien golpeó la puerta fuertemente, haciendo que la madera se torciera, y que una de las bisagras cediera dejando la puerta en mal estado. Con el impacto, la puerta se abrió, dejando al descubierto la asustada expresión del muchacho. Un hombre alto, de vestuario y cabello negro, le miraba seriamente.

Cordelia... ¿Es necesario hacer esto? – Una mujer apareció entre la niebla de la noche oscura.

¿Intentas cuestionarme, Richter? Nadie les cuidara; su madre está acabada ¿Quieres que sufran más? – El hombre de cabellos negros asintió, dándole un fuerte golpe al niño y dejándole inconsciente. Suspirando de forma dolida, cargó al muchacho entre sus brazos, y ambos, se marcharon del lugar.

[...]

Caída la mañana, la niña despertó encontrándose tras una mesa. Bostezo somnolienta y salió del escondite, notando la destrozada puerta. Buscó a su hermano y a su madre, y al no encontrarlos se desesperó. Sin tener a nadie más a quien acudir, decidió ir a buscarlo a "él".

[...]

Corrió sin parar por mucho tiempo. Divisó el gran jardín de rosas blancas, y sin pensarlo se internó en él. Un albino la saludo.

¿Qué haces aquí? ¿Buscando a Kanato? – La muchacha asintió – Eso no está bien... sabes que si te ven-...

Lo sé, pero necesito encontrarlo ahora... por favor, Subaru – El niño asintió algo molesto por la insistencia. No podía negarse a ayudar.

Muy bien... yo no sé dónde está, ya que siempre está en un lugar diferente. Creo que Shuu debe saber... ten cuidado de todas formas – El albino se alejó en silencio mientras continuaba regando las rosas del jardín. La chica continúo corriendo, y más tarde, bajo la sombra de una glorieta, se encontró a un niño leyendo; parecía algo aburrido. Al percatarse de los pasos de la muchacha, rápidamente dejó el libro de lado.

¡Oye! ¡Te he dicho que tengas más cuidado al venir aquí! ¿Qué haces visitándonos de nuevo? – Se le notaba un poco serio. La chica respiró con insistencia, algo cansada.

Ocurrió algo muy malo...necesito a-... - Sin dejarle terminar, una nueva voz interrumpió la conversación.

Oye... ¿tu eres quien creo que eres? – El pelirrojo estaba algo confundido. Había escuchado muchas veces a su hermano hablar de esa niña, pero nunca la había visto – ¡Tu eres A****! ¿Verdad?

Eres Tu... Teddy? [Kanato - DL]Where stories live. Discover now