Pesadilla

2.6K 344 32
                                    

Pesadilla

.
.
.

—¡Tsuna-kun! —exclamó Fon, viendo como el cuerpo del castaño aparecía en el objeto. Estaba hecho una bolita, y temblaba.

Todos se acercaron al niño, quien murmuraba cosas inentendibles entre sueños. Aunque más bien, parecía una pesadilla.

—Hay que despertarle —dijo Reborn, viendo la cara de angustia del cielito. Parecía estar sufriendo, y definitivamente no querían verle así.

Sin embargo, al hacerlo, no estuvieron del todo seguros de que hubiera sido la mejor opción.

Al despertar, el castaño les miró con un brillo de miedo, terror y confusión en sus ojos achocolatados. Aquella mirada rompía el corazón a cualquiera que le viese, más con aquella herida en su rostro.

Vieron paso a paso como los orbes del pequeño se inundaban de agua salada, y echó a llorar todo lo que había contenido en aquel tiempo.

—Mamá… Aria-nee… yo… —decía entre sollozos, siendo consolado por los animales, quienes no dudaron en acercarse al chiquitín en cuanto apareció—. Lo… siento…

Los arcobalenos no sabían qué hacer. El niño se había puesto a llorar como si no hubiese mañana, y no parecía querer detenerse pronto. No sabían lo que había visto, no sabían qué le había pasado y tampoco qué había soñado.

El sentimiento de impotencia era algo general en ellos, y cada uno lo expresó acorde a su
personalidad. En esos momentos querían aniquilar a quien hubiera hecho llorar al adorable pequeño y encima le había dado  un golpe.

Pero por el momento solo podían observar con lástima el recorrido de las lágrimas por su dulce rostro sin detenerse, descargando en ellas todo lo que sentía, sin poder hacer nada. El llanto era lo único que se escuchaba en el lugar, como una lúgubre música, aminorando poco a poco conforme el castaño se iba agotando.

Los ojos del niño estaban rojizos debido al continuo sollozo, y aunque el temor había desaparecido de ellos, este había sido reemplazado por la nada.

Los orbes chocolate que solían expresar amor, inocencia y alegría, todas las características del cielito, habían parecido desvanecerse. No expresaba nada, solo eran unos iris marrones que no tenían nada que decir.

La pregunta fue general, como si sus mentes estuvieran anexadas.

¿Qué le habían hecho a su adorable Tsuna?

El niño cayó rendido, algo normal considerando que había pasado un buen rato llorando. Ni siquiera el arcobaleno del rayo, acostumbrado a controlar y calcular todo matemáticamente, había visto el tiempo que el pequeñín había pasado llorando.

.

Veía los cuerpos ensangrentados de las personas en el suelo, preguntándose por qué.

Por qué estaban muertas, pese a que no tenían buenas intenciones. Por qué estaba sucediendo eso. Por qué tenía que presenciar eso.

Cayó al suelo, pero no le dolió.

Solo podía fijarse en otra escena aún más sangrienta que tenía lugar frente a sus ojos.

La mujer que hacía momentos amenazaba su vida había acabado por ser aniquilada. Sus iris sin vida parecían reprocharle el no haber hecho nada, por no haberlo impedido.

TravelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora